Si estuvieran en Wikipedia, su definición arrancaría por decir que se trata de un colectivo de mujeres DJ y selectoras de vinilo de Buenos Aires, que nació en 2019 y que desde sus inicios buscó visibilizar la presencia de mujeres en la escena de la música en vinilo. También detallaría que está formado por Bárbara Aguirre, Nina Misterio, Bárbara Fortuna y Mathilda Maute. Que las integrantes se conocieron por redes sociales y por las ganas de hacer. Y que juntas cada año marcan hitos en lo que respecta a eventos, actividades y militancia feminista en este nicho.
Durante todo este período activas musicalizaron diferentes escenarios tanto porteños y bonaerenses como virtuales. Armaron sus sets en ciclos del Congo Centro Cultural, en el Centro Cultural Kirchner, el Encuentro Internacional de Diseño (Trimarchi), la Usina del Arte y el Strummer Bar. El trabajo, la amistad y los vinilos las llevaron a armar el Festival Pibas Vinileras en el Centro Cultural Recoleta, que se llevará a cabo este 7 de octubre. El encuentro consistirá en una serie de actividades que van desde talleres sobre el cuidado de vinilos, mezcla en bandejas y conversatorio hasta el intercambio de experiencias de mujeres DJ que trabajan en la industria.
“El año pasado dijimos ‘¿para qué queremos este colectivo? ¿vamos a ser cuatro chicas y las que se sumen e ir a tocar y ya? ¿O vamos a pensar algo más en grande, potenciar este equipo para que más pibas se sumen?’”, dice Mathilda. “Y entonces vimos la posibilidad de conectarnos con el afuera, con otros colectivos, vimos que nuestra posibilidad era crecer. A partir de eso, nos planteamos este evento”, agrega.
Para una musicalizadora no hay nada mejor que otra musicalizadora y esta actividad aspira a ser un llamador de chicas que no sólo busquen información de cómo convertirse en DJ, sino que también quieran formar parte de la industria. Las Pibas Vinileras también van a brindar data sobre el cuidado de discos y sobre cómo manipular los diferentes dispositivos en un espacio para generar lazos a través de la música en este formato.
Reconocen que el colectivo les dio, además de seguridad, mucha organización. En este grupo se trabaja la puesta en escena, el vestuario, el maquillaje, quién lleva tal bandeja, el mixer para tal fecha, quién se encarga del sonido, de la técnica. Agruparse también les sumó por el lado de la información: las Pibas Vinileras plantean un escenario en donde la data musical está disponible para todas, desde los trucos para evitar que el disquero cobre carísimo un vinilo de color hasta tips para comprar vinilos usados. Y aclaran que no hace falta provenir de una familia coleccionista para poder dedicarse a esto: lo demuestran ejerciendo, en paralelo, profesiones como la docencia y el comercio. También buscan sacarle cierta cuota de esnobismo al coleccionismo y volverlo más accesible, apto para todo público. Menos romantización y más amistad y trabajo.
“Siempre valoramos un montón el hecho de pinchar entre nosotras porque se produce algo distinto, se genera otra alquimia”, dice Barbi Aguirre, mientras sus compañeras sonríen y le dan la razón. “El objetivo macro es que pibas vinileras seamos todas”, añade. Disco a disco, van camino a eso.