La Liga Bazooka cambia las reglas y pone a escribir a los raperos antes de subir al ring

Las batallas escritas le copan el teatro de operaciones al freestyle y después del gran crecimiento de los duelos de improvisación, ahora son los parlamentos elaborados los que ocupan el centro de la escena

Por  SEBASTIÁN CHAVES

marzo 20, 2024

De un bar de zona sur a agotar el Luna Park. Previos pasos por Niceto, Groove, el Ópera y el Broadway. El recorrido de una banda que va del under al mainstream es también el recorrido de la Liga Bazooka (que este sábado tendrá su edición consagratoria en el Palacio de los Deportes), la nueva gran cosa de las batallas de rap en la Argentina. No son freestyle sino escritas. Es una disciplina que se le parece, pero con sus propias reglas. Y que hoy predomina en las conversaciones y los gustos del ámbito del hip-hop.

La dinámica es así: unos tres meses antes, se anuncian los enfrentamientos. Desde entonces, cada batallero tiene tiempo para escribir, memorizar y desarrollar la puesta en escena de tres rounds de tres a cinco minutos. Durante la batalla, el participante recita su round de corrido, luego lo hace su rival y así hasta completar las tres vueltas. Si el freestyle valora la improvisación, acá se valora la pluma. Al estilo de las tiraderas, los diss tracks o el beef, se trata de demostrar ingenio a la hora de escribir bien sobre uno mismo, pero, sobre todo, mal del otro.

El origen de las escritas también fue Estados Unidos. Y si bien la región se hizo eco desde México primero, la disciplina no había encontrado la masividad ni la continuidad que sí tenía el freestyle. Eventos como Spit Mix y Línea 16 en México o War Fighters en España se establecieron como algo de nicho. En 2014, Dtoke –el año anterior, campeón internacional de la Red Bull Batalla de los Gallos– decidió crear la Liga Bazooka. En La Maja, un bar de Adrogué, se realizaron un par de fechas que tuvieron a Ysy-A, Acru y La Joaqui entre sus competidores, por citar nombres hoy muy conocidos. Pero la liga se discontinuó y volvió recién en 2022, con muchísima agua corrida bajo el puente del freestyle.

“Surgió la idea de retomar la liga y darle nuestra propia impronta –dice Dtoke–, más allá de lo que se veía en otros países. Meter categorías, segmentos. O sea, armar un cartel como hacen en las peleas de box”.

A fines de 2019, en plena rueda de prensa para la final nacional de FMS con un Movistar agotado (el año que Trueno le gana a Papo), Juan Ortelli, de larga trayectoria como jurado de batallas, también exdirector de Rolling Stone, decía que el futuro estaba en las escritas y que a un público que viniera del palo del rock le recomendaba mirar escritas antes que freestyle. Hoy está vinculado a la Liga Bazooka como una suerte de asesor de Dtoke y a cargo de los face offs –un cara a cara que calienta la previa como los pesajes en el boxeo– y analiza así esa especie de profecía cumplida: “El freestyle se consolida en 2015 y explota con El Quinto Escalón en 2017. Después tenés en 2018 y 2019 el freestyle de estadios, y las escritas e incluso el freestyle más técnico quedan olvidados. Es muy loco porque en Estados Unidos la transición se da porque la técnica llega a un nivel en el que ya no puede ir más allá, entonces transiciona a las escritas. Acá, cuando estaba por ocurrir eso en 2016-2017, queda tapado por estilos más populares, simplistas, que tenían que ver con la llegada de un público tal vez todavía no apto para esas técnicas”.

En ese tiempo de parate de la Liga, Dtoke ganó experiencia como productor, se consolidó como uno de los freestylers icónicos de habla hispana y hasta tuvo un paso por la serie El marginal. Todo eso le permitió pararse de otra manera para revivir la liga. “Siento que entiendo bastante lo que la gente quiere –dice–, por lo menos dentro de este ámbito. Entonces nos propusimos llevar la Liga Bazooka a otro nivel. Sentía que el freestyle se había vuelto muy deportivo y dejaba de tener esos grandes momentos de show. Esto es mucho más artístico, tiene más rosca. Cuando una batalla está bien planteada, lo que se logra es increíble”.

Chili Parker: “Somos como personajes del Mortal Kombat”, dice uno de los referentes de las escritas.

Si la pandemia le dio tanta exposición al freestyle, que terminó por agotarlo, la Liga Bazooka estaba ahí para ganar su espacio y desarrollar nuevas narrativas y personajes. “Cuando viene la pandemia, el freestyle sale rápido con eventos –dice Ortelli–. Antes de los tres meses ya estábamos de nuevo con FMS Argentina en el estudio de tele de Ideas del Sur. Una situación muy loca en la que el freestyle salió a ocupar un lugar. Creo que en ese momento del freestyle, más de plató de televisión, sin público, los pibes empiezan a rapear mucho mejor, pero al público le empieza a interesar menos el producto, todo se vuelve más estándar, empezando por las transmisiones. Eso termina de lavar la imagen de las batallas. Sumado a que la llegada de Ibai vuelve todo muy popular, pero a la vez es como que rompe el juguete”.

El recambio de personajes tampoco fue fácil. Con Wos y Trueno como grandes referentes retirados de las batallas luego de campeonar en FMS y Red Bull, los nuevos nombres no pudieron hacerse tan fuertes y los competidores vieja escuela fueron más selectivos con los eventos. La Bazooka, por el contrario, puso en primera plana a competidores listos para cumplir ese rol y desarrollar una imagen propia. “Somos como personajes del Mortal Kombat”, dice Chili Parker, hoy considerado el máximo exponente de las escritas en la Argentina y que este sábado, en el Luna Park, será parte de la batalla estelar contra el mexicano Blue One. Parker, histórico miembro del colectivo Sudamétrica, cultor del rap old school, las barras al hueso y punchlines hardcore, dice que ahí está una de las claves del éxito de la liga: “Yo soy más radical, haría todos Chilis que se maten con Chilis. Dtoke tiene otra mirada, elige también competidores que no tienen nada que ver conmigo, pero le llegan a otro tipo de gente, eso es lo atractivo. Las escritas hoy son el último rincón en donde la corrección política no va. Ahí se puede decir y hacer lo que quieras, después tenés que hacerte cargo, pero eso creo que hace que la gente se sorprenda”.

Blue One aporta una mirada desde afuera, con años de experiencia y la perspectiva que le da venir desde México: “La Bazooka aportó algo clave, la constancia. Aquí, Línea 16 era un evento al año y la gente no lo veía como una alternativa al freestyle. Era algo más de morbo que de desarrollo de la disciplina. Entonces la Bazooka, teniendo a Dtoke al frente y sumando freestylers, jaló todo el público ese masivo e hizo que la gente se empezará a empapar más de esta cultura”. Tanto es así que el auge de la Bazooka contagió a otros países como Chile y Colombia a darles preponderancia a sus propias ligas y en México provocó un revival.

Freestylers como Replik y Stuart se sumaron a las escritas con un enfoque más poético y encontraron una veta que parece alentarlos a ir más allá de lo que el freestyle les permite. Acá pueden sacar a relucir con más precisión sus metáforas, juegos de palabras, doble sentido y aliteraciones.

El draft, otro evento de Bazooka, funciona como la cantera en la que buscan brillar los nuevos competidores. Y así, cada cosa parece sumar al auge de la disciplina. Una red de eventos, competidores y contenido que, por supuesto, encuentra en la viralización de Instagram, TikTok y YouTube una retroalimentación constante. “Los creadores de contenido, que son más formadores de opinión que creadores, ahora opinan de escritas”, dice Ortelli. “Hoy hasta da más clicks reaccionar a una escrita que a una batalla de freestyle”.

Y esa necesidad de ver batallas escritas convirtió a la Bazooka en lo que Ortelli califica como “un circo ruso”. Artistas ligados a la cultura hip-hop como Duki, Trueno o El Doctor han sido parte del público como invitados especiales arriba del escenario, pero también jugadores de fútbol como Juanfer Quinteros, Nahuel “Perrito” Barrios y hasta Stefy Xipolitakis. Dtoke cuenta que la Liga Bazooka nunca pagó por publicidad ni siquiera en redes sociales, y tampoco se dieron notas promocionales para los eventos. Esta es, de hecho, la primera nota que da para hablar al respecto. La clave está, remarca, en lo que ofrece la liga. La escritura, el ingenio y un vuelo que la acercan a la técnica de hacer una canción. “Eso creo que los motiva a venir, porque son escritores y tienen un nivel de apreciación muy alto de lo que hacen los competidores, lo entienden a otro nivel”, dice.

Para Chili Parker, la escritura es casi todo. Maestro en las gunbars (barras relacionadas a las armas de fuego) y los juegos de palabras, sabe que allí se define su estilo. Contra el español Blon, estructuró todo un round alrededor de la Selección Argentina y entregó una línea que se hizo viral: “Y de golpe Blon se empieza a elevar/ Y hay humo en la sala, se inhala/ Y no es que le di María, es que le di bala”, cerró con un juego de palabras entre marihuana, balas y Di María y Dybala. “En cada línea tenés que decir algo”, explica Chili Parker. “No podés no golpear, no existe el relleno”. Después también viene la etapa de memorización y puesta en escena. Tan clave como la escritura, una falla en la memoria puede arruinar un round completo. “No me pone nervioso la batalla, me pone nervioso no saberme bien el material”, explica Blue One.

En una entrevista después de la edición en el Teatro Broadway, Duki le decía a Juan Ortelli que encontraba en las escritas una “disciplina y una técnica de escritura” que lo atraían. “Hoy en la música el talento capaz se reduce a dos minutos, pero en este formato ves gente que se encierra tres meses a estudiar. Estos pibes son creadores. Las escritas son los Juegos Olímpicos. Es peor que una pelea de UFC o de boxeo, porque las palabras pesan el doble. Acá podés perder todo en dos segundos”.

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