Mi vida en 20 canciones – Ale Kurz, de El Bordo: “Lo que pasa con la gente que sigue a un grupo es increíble”

El Bordo, la banda que salió del Carlos Pellegrini y llegó a los estadios, celebra su primer cuarto de siglo con un show en el Luna Park

Por  HUMPHREY INZILLO

mayo 6, 2024

“Bob Dylan dijo alguna vez que las canciones tienen vida propia y yo soy de los que piensan igual: creo que las canciones nos vienen a buscar”, dice Alejandro Kurz. El cantante y guitarrista de El Bordo reflexiona sobre el arte (y el oficio) de la composición, el que realiza al frente de su banda desde hace 25 años. “Cuando alguien dice que compuso una canción, yo creo que es al revés, que la canción te fue a buscar a vos y la canción te usó a vos para salir. Yo trato de dejarla que salga. De hecho, la mayoría de las veces que escribo una canción en el primer momento ni siquiera sé qué está pasando. No busco entenderla, busco que salga. Después me pongo a analizarla, busco que encaje, reviso la cantidad de sílabas, todo eso…”. 

Para celebrar su primer cuarto de siglo, El Bordo ofrecerá un concierto en el Luna Park, el sábado 18 de este mes. “Es uno de esos espacios que no son meramente cuatro paredes. Es un lugar en el que sucedieron tantas historias, con tanta gente tan grossa y tantas vivencias, que impregnan esas paredes de una mística. Ahí peleó Gatica, ahí cantó Frank Sinatra, ahí tocaron todas las bandas que nos imaginemos, donde Sui Generis hizo el Adiós Sui Generis, donde Billy Bond dijo, o no dijo, ‘Rompan todo’. Yo vi a los Stone Temple Pilots, a Divididos, a Los Piojos, a Ciro… Caminando por el pasillo, antes de salir a cantar, me pasó lo mismo que en Cemento. Empecé a pensar en todos los que habían pasado por ahí. En Cemento, pensaba en Luca, que también habría estado caminando por ahí rumbo al escenario”, se emociona. 

En la vida de Ale, hay un personaje fundamental en su vínculo con la música: Cacho Woloski. “Él es primo de mi mamá, y le presentó a mi papá. Así que mi hermano Diego [guitarrista de El Bordo], mi hermana Carolina y yo estamos acá por esa unión”, explica el cantante. “Pero además Cacho fue el primero que agarró una guitarra delante mío. En las reuniones familiares había un momento en que mi papá le decía: ‘Bueno, Cachito, agarrá la guitarra’. Y Cacho encendía un pucho, lo ponía entre las cuerdas y eso formaba un halo de humo, una cosa medio misteriosa. Yo quedaba embelesado. Y apenas agarré la guitarra, él me enseñó a tocar ‘Blackbird’ y para mí fue una cosa mágica”, evoca. Con su primo Matías, uno de los hijos de Cacho, Ale se desempeña como productor y curador musical del proyecto Portal Bosque, en Punta del Este. “Armamos un estudio para generar buena música en un lugar hermoso”, se entusiasma. “Ya grabaron Mike League y Bill Laurence, de Snarky Puppy, con Rubén Rada; No Te Va Gustar, con Mel Muñiz de invitada; Mat Alba… Se está armando un catálogo muy interesante, y todo desde un lugar de ensueño”. 

De los conciertos en el Colegio Carlos Pellegrini a estadios emblemáticos y festivales masivos, El Bordo, que nació como la oda a un vino barato de cartón, se ganó el respeto de sus colegas, apuntó al grunge como norte estético y construyó un cancionero que su autor repasa en un viaje emocional. 


“Los perdidos”

El Bordo – Carnaval de las heridas 2002

Los Redondos habían sacado Momo Sampler y de alguna manera estábamos viviendo un carnaval. La idea era celebrar, pese a lo complicado que estaba todo. En enero de 2001, el año después de terminar el secundario, se me rompieron dos dedos de la mano jugando al fútbol, y el médico me dijo: “No sé si vas poder tocar de nuevo la guitarra”. Me operaron dos veces y sólo tenía dos dedos disponibles. Entonces, “Los perdidos” lo compuse mientras empezaba a rehabilitar mis manos. Y haciendo este tema con una base de blues con algo medio rioplatense encima. Y la letra tiene algo medio arrabalero: “Viene tambaleando, chamuyando historias”. Y hablaba de este encuentro con los poquitos seguidores que teníamos, que en esa época eran realmente muy poquitos y estaban perdidos, estaban diseminados. Había dos de acá, cuatro de allá… Y aunque los lugares no estaban llenos, la gente cantaba las canciones. 

Primera gira por la costa atlántica, verano de 2000 (Archivo El Bordo, gentileza).

“A mi favor”

El Bordo – Un grito en el viento 2004

Siempre me gustó mucho Oasis, por eso tiene como esa cosa guitarrera de “Rock and Roll Star”. Viene un poquito por ahí. También es una de las primeras canciones en las que desarrollé una técnica que sigo utilizando hasta hoy, que es la de componer sin una guitarra. La compuse afuera de mi casa y como no tenía el instrumento a mano, memoricé los intervalos, incluso antes de tener la letra. Cuando llegué a casa agarré la guitarra, era exactamente lo que yo me había cantado en la cabeza, el riff, la armonía y la melodía. Siempre pensé que si la canción es suficientemente buena me la voy a acordar.

“Volando”

El Bordo – Un grito en el viento 2004

Es el primer hit que tuvimos. Es, indiscutiblemente, la primera canción que cantaba mucha gente, y aunque  no tuvo difusión radial, la cantaban en todos lados. Ese es el disfrute máximo que puede tener un compositor. Creo que lo de ponerlos a los perdidos en la canción era la proyección que tenía yo de lo que estaba buscando generar, pero este tema me superó. Aunque todavía no llenábamos lugares, con esa canción pasaba algo tremendo. Ya desde las primeras veces que la tocábamos, las chicas se subían a caballito. Otra de mis bandas de cabecera en esa época era The Doors, y la canción dice: “Hoy te quiero llevar al otro lado”, en una cita de “Break on Through (to the Other Side)”. Pretendía llevarte a un estado alterado de conciencia, a ese estado de ensoñación que te genera cantar una canción en un lugar lleno, con las luces. Era como llevarlos a volar un rato con nosotros.

“En la vereda”

El Bordo – En la vereda de enfrente 2006

En 2005 pasamos de tocar para 300 personas a agotar tres veces El Teatro de Colegiales [hoy Vorterix]. Pero cuando salió En la vereda… nos fuimos a Obras. Fue tremendo. Y bueno, en ese estado de ebullición yo compuse esta canción que tiene la particularidad de que el riff está en 6 x 4. En esa época nosotros parábamos mucho en el Marquee. Yo me había quedado después de un ensayo jugando con ese riff, y después me fui a tomar una cerveza a un bar que había en Scalabrini Ortiz y Aguirre. Ahí me puse a escribir la letra. Hacía muy poquito había fallecido mi querida tía Claudia y la primera frase era esa cosa muy existencial: “No entiendo por qué vinimos acá, no entiendo por qué alguien dice suficiente y te lleva del montón, te separa de presente”. La canción después deriva para otro lugar, pero desde ese cuestionamiento inicial que tenía yo. En el medio tiene ese monólogo bastante antisistema, ¿no? o el supermercado que significaba para mí el capitalismo, y cómo desde la tradición de las religiones, con la culpa y con el perdón, nos tienen dominados y nos tienen mansitos y bueno, yo estaba buscando desde mi humilde lugar despabilar un poquito en esa dirección.

Diego y Ale Kurz en la sala de ensayo, a principios de 2006 (Archivo Rolling Stone).

“Silbando una ilusión” 

El Bordo – En la vereda de enfrente 2006

Lo que estaba buscando era que mucha gente cante mis canciones. Yo en esa época estaba trabajando con mi prima, que tenía una fábrica de cosméticos. Mi viejo me prestaba el auto y yo llevaba mercancías a distintos lugares. Todavía cursaba Comunicación en la facultad, y no me iba mal, pero ya estaba en otra. El laburo estaba bueno porque yo llevaba las cajas con cosméticos, tenía el plan de ruta y ponía ‘Day Tripper’ o La Mega. Pero siempre ponía el cuaderno en el asiento de acompañante, por si aparecía alguna idea. Y me acuerdo patente de frenar en Salguero y Corrientes, ahí donde están las paradas de colectivos, porque me apareció el estribillo circular de esta canción: “Vengo arrastrando esta pena que ruge y agita lamentos de un corazón roto”. La escribí y cuando volví del laburo, agarré la guitarra y ahí estaba.

“Cansado de ser”

El Bordo – En la vereda de enfrente 2006

Yo en ese momento tenía 22 años. Para chicos tan jóvenes como nosotros, Cromañón fue un golpe de realidad. Nosotros, el 31 de diciembre de 2004, en vez de estar celebrando estuvimos yendo a velorios de, al menos, dos chicos que iban a ver a El Bordo e iban a ver a Callejeros. Fue muy fuerte. Yo escribí esta canción pensando en todos los que habíamos atravesado Cromañón, a toda nuestra generación. Nos apoyábamos en nuestros amigos, porque no había nadie en nuestro entorno que no hubiera perdido a alguien. Sumo fue una de las bandas que más me marcaron y es lógico que se note la influencia de “Mañana en el Abasto”. Esa canción es el relato de nuestro día a día, aparece el encargado de mi edificio, que era hincha de San Lorenzo; aparece mi mamá, Graciela, diciéndome que me abrigue… Y yo estaba en esa nube, como diciendo: “Bueno, si llueve no importa, me mojo”. En los shows, cuando yo nombro a Graciela, toda la gente de alrededor la empieza a mirar. La saludan, le piden fotos. Y yo, cada vez que viene ese momento, dejo de tocar la guitarra para saludarla.

“Tesoro”

El Bordo – En la vereda de enfrente 2006

Yo todavía vivía con mis viejos y una noche, un amigo me contó que su hermano tenía una enfermedad. Y yo me quedé muy impactado, y le quise escribir una canción de aliento. “Reís, llorás, peleás, pero siempre adelante vas…”.  Me quedé escribiéndola toda la noche. Y mi viejo es muy fanático de la pesca, un pescador consuetidinario capaz de irse de casa a las tres y media de la mañana para llegar al amanecer al medio del río. Era de madrugada, y mientras estaba terminando la canción, mi viejo salía a pescar. Me preguntó qué hacía despierto y le conté que estaba terminando una canción. Se la mostré y le gustó mucho: “Me hace acordar a León Gieco”, me dijo. Yo se la grabé a mi amigo en un casete y se la mostré a otros amigos. Todos me decían que la tenía que tocar en vivo. Así que le pedí permiso a Checha, mi amigo, y por suerte se copó. 

“El Regreso”

El Bordo – Yacanto 2007

Yacanto es una localidad de Córdoba muy hermosa a la que nosotros empezamos a ir porque tenemos una amiga que tenía una casa ahí. Y cada vez que íbamos a tocar a Córdoba nos íbamos todos juntos como en una peregrinación y nos llevábamos guitarras, unas botellas de vino y nos quedábamos ahí unos días, compartiendo, disfrutando, pasándola bien. Era un lugar de mucha conexión, porque ahí no hay cable, ni internet. Yo estaba muy encendido en ese momento porque la banda estaba explotando. “En la vereda” había funcionado muy bien, el disco venía bárbaro y me fui de vacaciones. En esa época era mochilero a full. Me fui a Perú, a México… El disco anterior cerraba con “Sentado en la luna”, un tema inspirado en [El libro de Antoine de Saint-Exupéry] El principito, con el protagonista mirando atentamente el planeta Tierra, preguntándose un montón de cosas, si él es parte de un sueño o alguien lo está soñando, una cosa medio Borges. Así que el disco termina diciendo “Así ya volveré…”. Y Yacanto arrancaba diciendo “Ya regresé a este mundo de locos”. La canción nace de un riff que tiene una cosa medio arabesca y se convirtió en uno de nuestros temas más emblemáticos. Desde que salió ese disco creo que nunca dejamos de tocarlo. Tiene una cosa muy romántica: “Me queda ese beso que nunca daré, me quedan las cosas que sólo vos ves y por eso yo canto”. Una cosa muy a flor de piel. 

“La banda”

El Bordo – Yacanto 2007

Lo que pasa con la gente que sigue a un grupo es increíble. Hay gente que se toma un micro de 20 horas, va al show, termina el show y se vuelve. Y eso lo hacen por esa energía que les da vivir ese concierto con vos. Entonces, yo quería escribir una canción para ellos. Y la puse en este lugar de doble sentido de la banda, que la banda son ellos y somos nosotros. La escribí en un micro, sin guitarras, yendo a Mendoza. El sello me había mandado a una de mis primeras giras de notas. Es una de las canciones a las que les tuve una fe inmediata. Yo sabía que ese tema iba a funcionar: era muy simple y muy cancionero. No me equivoqué. Cuando la tocamos, con la gente pasa algo tremendo, realmente.

“Noche extraña”

El Bordo – Yacanto 2007

En 2007 hubo muchos shows internacionales. Cuando vi a Velvet Revolver me volaron la cabeza. Ver a un guitarrista como Slash y a Scott Weiland, un cantante con esa cosa oscura, grunge, fue una revelación. Yo creo que nos influyó mucho ese sonido, por eso Yacanto tiene esa cosa entre Velvet Revolver y Nirvana, muy guitarrero, muy grunge. Por eso tiene una cosa tan Guns N’Roses, de mucho caos y velocidad. Y la letra es una mezcla entre [el escritor] Aldous Huxley y Kurt Cobain. En un momento la letra dice “la mami toma para ir a dormir, el hijo Ritalín, así es más dócil”. Yo soy un enfermo de las historias de Cobain, y una de las cosas que dicen es que a Kurt Cobain le dieron ritalina cuando era chico, a los cinco o seis años, porque era hiperactivo. El tema tiene todo este imaginario que traigo yo de ese caos, la velocidad, de noche. Me gusta mucho que las estrofas son oscuras, pero el estribillo te abre y tiene ese grito casi de auxilio.

“Soñando despierto”

El Bordo – Yacanto 2007

Para terminar las letras de ese disco me fui de viaje a México y ahí liquidé prácticamente todo lo que me quedaba. “Soñando despierto” es un tema al que yo le venía dando vueltas. Yo siempre tuve muchos cuadernos, y en mis cuadernos generalmente tengo una zona que yo le pongo “glosario”, con frases que voy anotando, en una charla o en lo que sea. Con esta canción hice como una especie de cadáver exquisito con todas las frases que tenía en el glosario y empecé a escribir. O sea, tenía el estribillo, pero las estrofas las trabajé mucho con todas estas frases que en un punto eran casi inconexas, pero eran parte de esta ensoñación de estar soñando despierto. Tiene que ver mucho con los cuadernos, con las lecturas y con escribir estas frases cortitas. El tema iba a ser un mid-tempo. Pero el productor de ese disco, Dany Albano, dijo: “Este tema está tan bueno que quiero que arranque con el estribillo”. Y es otro de los clásicos, es el tema con el que abrimos en nuestro primer Luna Park.

Ale en La Roca Power Studio, con una guitarra de Norberto “Pappo” Napolitano (Foto gentileza La Rocka).

“Sueños de libertad”

El Bordo – Historias perdidas (vol.5) 2010

Estábamos en Yacanto con Anita, mi amiga de Córdoba, y un día me dice “si yo te cuento la historia de mi mamá, no la vas a poder creer”. La madre, cuando estudiaba en la universidad, militaba y tenía un novio. Los chuparon a los dos durante la dictadura, los separaron y a cada uno le dijeron que al otro lo habían matado.

Años después, salieron y cada uno hizo su vida, creyendo que el otro estaba muerto. Entonces él se fue a vivir a Estados Unidos y ella se quedó en Córdoba. Ella formó una familia, la tuvo a Anita y a su hermano, y 25 años después alguien le dijo a la mamá de Anita: “¿A que no sabés quién está en Buenos Aires?”. Él daba una charla, ella lo fue a ver y se sentó en primera fila. Y cuando él la vio le dijo a todo el auditorio: “Disculpen, acabo de ver a una persona que no veo hace muchos años, no voy a poder dar esta charla”. Se fue a hablar con ella y hoy siguen juntos. Cuando me la contó, pensé: “Si yo hiciera cine tendría que hacer una película, pero hago canciones”. Hacer esta canción fue un desafío. En ese momento yo estaba muy copado con The Who. Quadrophenia, el formato ópera rock, y justo en esa época Green Day había sacado American Idiot. Este tema pasa por cinco ritmos distintos y fue una canción muy importante pero al mismo tiempo muy difícil para que la pasaran en las radios. Pero eso habla de la libertad con la que siempre nos tomamos el proyecto, si la canción merecía nueve minutos le íbamos a dar nueve minutos.

“¿Adónde vas?”

El Bordo – Historias perdidas (vol.5) 2010

Esta canción yo no se la quería mostrar a nadie. Se la canté por primera vez a mi mamá y a mi hermana y les dije: “Se las muestro, pero me da vergüenza. Es una canción para que quede acá de entrecasa”. Pero ellas me decían que era una canción hermosa. Creo que me mostraba muy vulnerable, sentía que me estaba desnudando, que me estaba sacando la coraza que me había armado en Yacanto, que es un disco muy poderoso. Tan poderoso, que un día me llamó Chizzo para contarme que había escuchado un tema de La Renga en Rock & Pop y que después habían pasado “El regreso”, y que se quería matar de lo bien que sonaba nuestro disco. Por eso llamaron a Alejandro Russo, el ingeniero de grabación que había laburado con nosotros, para laburar con ellos. Y yo acá me estaba desnudando, estaba haciendo un registro íntimo con la voz limpia, cantado sobre un arpegio. Pero la grabé y, finalmente, fue uno de los temas que más difusión tuvieron entre todas las canciones que hicimos. 

“Hermanos”

El Bordo – Hermanos 2014

Después de Historias perdidas hicimos una gira y yo estaba muy desencantado: no estaba contento con lo que estaba pasando, ni con cómo estábamos sonando, no me estaba hallando a mí mismo. Les dije a los chicos que necesitaba tomarme un par de meses para volver a enfocar y me fui de viaje a México y a Estados Unidos. Fui al Lollapalooza, a ver a Foo Fighters, a los Arctic Monkeys, a Muse, a Eddie Vedder en Los Ángeles. Fui a recargar un poco las pilas y ahí volví a componer. Con ese aluvión guitarrero, entre Eddie Vedder, Pearl Jam y Foo Fighters, volví a conectar con eso. Y en un momento del viaje, empecé a jugar con algo que me hacía acordar a Kings of Leon, y les quise escribir a los chicos de la banda. Fue una canción de amor para ellos. Básicamente que los extrañaba y que por el vínculo que teníamos, como dice la canción, “no podrían quebrarnos, porque quebrarnos es partirnos en dos”.

“Existir”

El Bordo – Hermanos 2014

En ese momento tenía dos horizontes estéticos, habían salido Wasting Light de Foo Fighters y Backspacer, de Pearl Jam. Tenía a los dos en vinilo y los tenía muy a pleno. Constituían el universo estético en el que yo estaba y “Existir” nace de ese espíritu guitarrero, o sea era un momento en el que, dentro del rock que estábamos haciendo nosotros, no sentía que hubiera alguien que estuviese ocupando ese lugar del rock grunge, guitarrero. Cuando salió esa canción fue un balazo, porque sorprendió a todos. Nadie se lo esperaba. Desde nuestros inicios se asumía a El Bordo como una banda que sonaba rolinga. Nosotros nunca sonamos rolinga.

“Instinto”

El Bordo – Hermanos 2014

Tiene una historia tremenda. Teníamos una cantidad de maquetas considerable, nos fuimos de vacaciones en enero, y la idea era estar grabando en marzo. Se venía la grabación del disco. Y una noche, que salimos con amigos a dar vueltas en auto, escuchando música, en un momento me empezó a agarrar como una sensación de ansiedad y empecé a decir “che, no estamos para grabar porque todavía no tenemos esa canción para el disco”. Cuestión que me agarré una borrachera letal, y terminé con un pedo depresivo diciendo “soy un desastre como compositor, suspendamos la grabación”. Me fui a dormir en ese estado, y a la mañana, cuando me levanté, escribí esta letra entera, sin hacerle ninguna corrección, y al mismo tiempo hice la música. Cuando se levantó Pablo [Spivak, el bajista], se la mostré y me dijo que estaba tremenda. “Bueno, ahora sí podemos entrar a grabar”, le dije. 

“Corazones olvidados”

El Bordo – El refugio 2017

Fuimos a hacer una jornada solidaria en la radio La Colifata, en el Hospital Borda. Cuando llegamos, había un espacio común como una sala de estar donde había un piano vertical destartalado y estaba todo lleno de cuadros de cartón pintado, y nos reciben varios de los chicos que estaban allá. Uno se da vuelta y dice: “Buenas tardes, voy a ejecutar tal obra de Beethoven, ¡Muchas gracias!”. Se da vuelta y se pone a tocar el piano, que estaba todo desafinado. Y nosotros nos quedamos en silencio escuchando. Entonces ahí arranca con “un concierto que le da la bienvenida al refugio de sus almas donde sanan las heridas”. Lo que cuenta la canción es la historia de estos corazones olvidados. Yo cuento todo lo que viví en ese día que compartimos con ellos. En un momento uno de los chicos me dice: “Estamos acá porque porque acá nadie nos mira”. Entonces dice “corazones olvidados sin amor todo es en vano, desde lejos su rutina la ciudad ya no los mira”.

“El comienzo”

Ale Kurz – Brillando azul 2021

En la pandemia, encerrados con Vicky, mi pareja, estábamos escuchando mucho The Fragile, de Nine Inch Nails. Y me puse a hacer canciones. Tenía una loopera y empecé a jugar con eso. Y por sugerencia de Mikael, de Kapanga, empecé a usar el Garage Band en el teléfono. Así surgió “El comienzo”, inspirada también por la lectura de La sombra de la montaña [de Gregory David Roberts], que decía que al inicio de algo tiene que haber una luz azul, que es la luz que genera el Génesis. Así nace Brillando azul, que es mi primer disco solista y esa es la primera canción. Cuando la hice dije “esto no se parece nada a nada que yo haya hecho antes”. 

“Certezas de cartón” 

El Bordo – Irreal 2023

El primero o el segundo tema que tocamos en vivo fue “El 38”, de Divididos, y cerramos el primer show con “El ojo blindado”, de Sumo. Divididos siempre fue una de las bandas fundamentales.  Y Ricardo produjo la trilogía de La Renga, estuvo en discos de Los Piojos y de Almafuerte. Para nosotros, que empezamos a finales de los 90,  él es uno de nuestros héroes. Que a 25 años del nacimiento de la banda Ricardo se haya sumado a esta canción es increíble. No hice el tema pensando en él, pero cuando lo estaba grabando sentía que mi voz se estaba mollizando. Así que le mandé el tema, le encantó y a las dos semanas vino al estudio. La rompió. Además, nos dejó un montón de enseñanzas: hablamos de Sumo, de pedales, de lo que significa ser músico, de listas de temas. Es un hito para nosotros. Pero es una canción que me hubiera gustado no tener que escribir, porque está dedicada a El Chapo, el dueño de La Casona del Rock, un bar muy emblemático en la zona de Almagro y Boedo, al que íbamos nosotros y un montón de bandas de la zona. Una de las cosas de las que él siempre se vanagloriaba es que él había unido a Las Pastillas con El Bordo. Porque él había sido el punto de conexión entre el Piti y yo. Y es verdad, porque nos dejó unidos por esta historia.

“Siempre original”

El Bordo – Single lanzado en abril de 2024

Esta canción nació en la época entre Yacanto e Historias perdidas, pero en la preselección para el disco quedó afuera. Como nos gustaba mucho, la tocamos cuando grabamos Vivo en lo que pensás, (2012). Y fue reloco, porque la primera vez que la tocamos, la gente explotó. Como no tiene una versión de estudio, nos parecía un buen regalo para celebrar los 25 años de la banda. Así que lo invitamos a Javier Casalla, que con su violín aportó su toque de distinción.