30 años de El Imaginario, el bar cultural de la bohemia y el under porteños de los 90 apadrinado por los Redondos

Los festejos serán durante todo este mes, en la esquina de Guardia Vieja y Bulnes, con exposiciones, ciclos y conciertos. La historia detrás de un ícono cultural de Buenos Aires

Por  SEBASTIÁN RAMOS

septiembre 4, 2024

Javier "Lecu" Lecumberry, El Soldado y Skay Beilinson zapando en el sótano de El Imaginario. FOTO: MARIANO LARRALDE

A principios de la década del 90, un grupo de jóvenes discutía en sus encuentros la idea de comprar un barco para recorrer río arriba y bajar en los puertos y asistir a la gente y dar espectáculos de variedades. Eran artistas, músicos, pintores y actores, pero también había, claro, amigos psicólogos, sociólogos y hasta un dentista, aseguran. Una idea decimonónica que apuntaba a ser vanguardia.

“Pero no se pudo”, dice Javier “Lecu” Lecumberry. “El barco terminó encallando en una esquina de Palermo”, completa para coronar el capítulo cero de la historia oral de El Imaginario Cultural, el bar que él cofundó junto a su amigo Matías Godio -uno de aquellos que se reunían a pensar en utilizar un barco como si se tratase de una balsa existencial, en años de poshiperinflación y protohistoria de la convertibilidad- y que por estos días cuplirá 30 años de acción cultural en el under porteño.

“El día de la inauguración, que estuvo a cargo de Miguel Rep y Sometidos por Morgan, desde el centro de la plaza Serrano llegaron 25 jóvenes disfrazados de personajes de distintas épocas. Había piratas, clowns, rufianes, zancos. Los vecinos y los clientes fueron sorprendidos cuando llegaron al Imaginario y cada uno fue ocupando un lugar en el nuevo espacio, ahora más colorido, en la periferia”. La bandera del bar encallado en Honduras y Armenia, el 21 de septiembre de 1994, era ese: llevar el centro a la periferia.

Lecu y Matías Godio, en ‘La guerra contra el centro’. FOTO: MARIANO LARRALDE

 “Hay una foto que es parte de una serie que llamamos Las fotos de la guerra”, dice Godio. “Una guerra imaginaria que libramos durante nuestro primer año en el viejo bar. Habíamos establecido como enemigo a centro, a la plaza Serrano como metáfora de la norma, de la ley. Y nos situábamos como experiencia periférica. La propuesta era invertir eso de ir de la periferia al centro, sino del centro a la periferia. De ahí surge la idea de Honduras Doblada (no esquina) Armenia. Porque allí se desviaba el camino al centro hacia lo que llamábamos la plaza del desierto (la de Costa Rica) y en dirección al río”.

Palermo no era el de hoy y esa esquina, hoy visitada por miles de turistas por minuto, era “la periferia”. Y las“intervenciones” de El Imaginario también. Por eso el lugar no tardó en convertirse en anfitrión de gente del arte y la bohemia local. “Fue todo muy rápido, empezaron a pasar personajes como (Jorge) Pinchevsky y ahí se fue armando todo el pesto”, recuerda Lecu, que por eso días se puso al frente del grupo La Doblada y años después terminaría codo a codo con Skay Beilinson en la dirección musical de Los Fakires, la banda que acompañó al guitarrista de los Redondos en su segunda etapa como solista, a partir de 2012.

Rocambole en una de las muestras de El Imaginario. FOTO: MARIANO LARRALDE

Claro, Skay y la negra Poli –en la década del 90, en medio del torbellino del Patricio Rey más explítico- vivían a un par de cuadras de allí y fueron unos de los tantos que se apropiaron, de una u otra manera, del bar cultural. La lista es interminable, pero fantástica y testimonial: Willy Crook, Patán Vidal, Daniel Melero, Fernando Noy, Catupecu Machu, Estelares, Los Tipitos, Diego Capusotto, Triciclos Clos, Buenos Muchachos, Moris, Daniel Melingo, Rodrigo de la Serna, Malena Guinsburg, El Soldado, Chillan las Betias, Erica García, Las Canoplas, Vicente Zito Lima y el resto de la troupe ricotera: Rocambole, Semilla Bucchiarelli, Sergio Dawi, Walter Sidotti y el Indio Solari, aunque “él venía de vez en cuando, porque vivía lejos”, explica Lecu y recuerda con picardía el día en que El Imaginario cerró al público para celebrar en privado los dos estadios de River de Patricio Rey junto a familiares y amigos: “Esa noche el Indio le comentó a Skay: ‘Toda la noche Calamaro me quiso hacer creer que me quiere más que vos’”.

Willy Crook leyendo poesías en El Imaginario: “Lo extraño mucho a Willy, él estaba todo el tiempo acá”, dice Lecumberry. FOTO: ENZO LAMAISON

En 1999 El Imaginario se mudó a otra esquina, Guardia Vieja y Bulnes, en la zona del Abasto. La crisis del 2001estaba a la vuelta, pero Palermo ya esbozaba algo de lo que es hoy. “Nos fuimos porque era como un shopping al aire libre. Era el centro, no la periferia. Y buscamos otra zona periférica. En los primeros años se hizo un trabajo de campo, la gente por ahí dejaba la basura en la calle y nosotros sin decirles nada, se la levantábamos. En tres o cuatro meses los vecinos se empezaron a dar cuenta y la zona empezó a estar limpia. Lo que sí había eran muchos teatros, no menos de veinte, en el cuadrado que formaban Corrientes, Salguero, Bulnes y Córdoba”.

Exposiciones, muestras, intervenciones, performances, músicos mezclándose con otros músicos, zapadas, ciclos de cine, charlas, presentaciones de libros, lectura de poemas y charlas interminables son parte del adn de este reducto que continúa manejando, con pasión admirable, Javier Lecumberry, que tras dejar la banda de Skay luego de diez años al palo, ahora promete volver a los escenarios con su propio proyecto musical, Lecu y Los Gnomos de Lata (sí, como el verso de “Canción para los días de la vida”, de Luis Alberto Spinetta).

Tras 30 años al servicio del under cultural El Imaginario aún está de pie y goza de buena salud con el compromiso de pelear por un espacio para el arte periférico en pleno barrio del Abasto. “La muestra por los 30 años del Imaginario es una excusa para hacer cosas nuevas y poder ver bandas nuevas también que están haciendo cosas muy buenas más allá del mainstream”, asegura Lecu, un bohemio irreductible y un hombre implacablemente hiperkinético, “Este momento es ideal para ser joven y contestatario, me parece. Es un momento perfecto para que el arte hable, pero desde el presente, no desde el pasado. La memoria ya la tenemos, sabemos todo lo que ha sucedido, pero hay que hablar de ahora. Por eso la búsqueda de esta suerte de nueva etapa del Imaginario está ahí y esto recién empieza”.

A partir de este mes habrá una muestra por los 30 años de El Imaginario

La agenda de septiembre, además de la muestra con fotografías, recortes de artículos, afiches y demás recuerdos de los 30 años del bar, incluye un cruce de artistas como Cocó, Rama Sideral, Martín Carrillo, Daniel Melero, Oime, Flor Maleva, Magenta, Viajeros del Tiempo, Planeador y El Soldado. “Para muchas bandas jóvenes seguimos siendo su lugar de encuentro. La última banda grande que hizo base acá fue El Plan de la Mariposa. Ojalá a otras bandas que hacen base ahora acá pronto les quede chico el lugar y aparezcan otras y así. Nosotros seguimos haciendo exposiciones, pasando cine, presentaciones de libros, algunos espectáculos teatrales también. Ahora estamos haciendo un espectáculo con Fernando Noy. En cierto punto es una especie de refundación del Imaginario lo que está pasando”.

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