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A través del lente de Camo

Con sus ‘Camografías’, el fotógrafo cartagenero balancea su trabajo entre lo que está socialmente aceptado y sus opuestos

Por  MELISA PARADA BORDA

noviembre 14, 2023

Camo Delgado

El arte queer es tan diverso como quienes se dedican a crearlo. Personas que han desafiado lo establecido partiendo desde el hecho de permitirse ser y sentir lo que les nace, así como de enseñar las partes dulces y amargas de lo que significan las vivencias LGBTIQ+.

Camo Delgado es fotógrafo y director de cine, pero si de etiquetas se trata, a él mismo le gusta presentarse como un ‘camerahuman’ y antropólogo visual que “desnuda el cuerpo ya desnudo”, especialmente el de quienes se oponen a la heteronorma.

Fotografías por Camo Delgado

“Para mí, la desnudez es vulnerabilidad, pero al mismo tiempo es trascendencia de una vigorosidad humana, entonces es una fortaleza”, dice. “Es un secreto, es un tesoro. Para otros es un libro abierto, escrito en el cuerpo. La desnudez no solo es no tener ropa”. Por la naturaleza de sus ‘camografías’, Camo ha librado una lucha constante no solamente contra el baneo en redes sociales, sino también contra la censura en espacios culturales donde, en teoría, las expresiones artísticas más transgresoras son bienvenidas.

Es originario de Cartagena, una ciudad que continúa teniendo una cultura machista muy marcada y en donde tuvo que “autocensurarse” para evitar ser víctima de violencias por ser gay. Cuando llegó a Bogotá pudo sentirse más libre, aunque, irónicamente, las burlas que recibió al llegar a la capital colombiana no fueron tanto por su sexualidad, sino por ser costeño. Sin embargo, continuó rebelándose ante el clasismo y los prejuicios, hasta que llegó el momento que significaría un antes y un después en su carrera.

Fotografías por Camo Delgado

Para su tesis de grado, había preparado una investigación sobre la imagen que iba acompañada de una exposición de arte visual, en la cual había un pequeño frasco con un fríjol germinado y una fotografía instantánea de la primera vez que tuvo sexo homosexual. “Era yo sosteniendo esa salida del closet en mi mano delante de mis profesores y defendí lo que yo consideraba que era mi arte”, explica. “Era realmente una autoexploración y de paso explorar a toda una sociedad que había estado cohibida”. El trabajo lo perdió, pero a partir de entonces halló una luz dentro del mundo del arte queer.

Camo ha enfocado su lente sobre las subculturas y la escena underground desde una perspectiva etnográfica, enseñando a través de sus piezas cómo es y qué implica ser una persona gay, lesbiana o trans dentro de una sociedad aún tan mojigata como la de Colombia. A la par, equilibra esta parte de su obra que suele ser censurada con su trabajo en lo comercial; dos extremos que a primera vista parecen tan contrarios, pero que se mantienen en una relación simbiótica que lo ha impulsado a desarrollar proyectos con impacto positivo.

Uno de estos es el colectivo La Pomada, que formó junto a Alejandro Quijano y Rafa Contreras, y que se ha convertido en una familia interdisciplinaria que ha creado fashion films para marcas y cortos independientes. Alejándose de los estereotipos, han manejado una visión más amplia de lo queer, buscando generar diálogo social a partir de la incomodidad y la inspiración.

Fotografías por Camo Delgado

Su primera película se tituló Malungo y es una mirada crítica de cómo es ser “maricón” en Cartagena. “Es un performance vuelto cine”, explica, añadiendo que la cinta también tiene algo de ficción, documental y falso documental. Actualmente, La Pomada se encuentra trabajando en su próximo filme, Cierra los ojos, el cual toma inspiración de Party Monster (2003) de Fenton Bailey. Este girará en torno a la vida nocturna de la escena LGBTIQ+ bogotana, donde hay fiesta, moda, drama y libertad sexual.

Paralelamente, también está vinculado a la fundación de rehabilitación social Amor Real, creada por la diseñadora Diamantina Arcoíris, donde funge como director creativo. La organización trabaja principalmente con personas habitantes de la calle, a quienes les enseña a bordar para que puedan comenzar a generar ingresos y obtener nuevas oportunidades. Son sus manos las que están detrás de las prendas de alta costura que salen de su taller ubicado en el barrio Santa Fe. “Dicen que la moda sale de las calles; eso es lo que nosotros también queremos reiterar”, señala.

Fotografías por Camo Delgado

La experiencia de Camo es tan extensa como transversal. En ella hay cabida para la desnudez, la multiculturalidad, la moda, lo camp, lo social, y la lista podría seguir creciendo. Dice que su obra siempre ha oscilado entre antípodas, entre lo underground y lo mainstream, pero traduciendo lo que se ha mantenido en las sombras a un lenguaje visual que pueda salir a la luz. Es así cómo ha ido combatiendo la censura, utilizando su trabajo como una cura contra la mojigatería.