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Sobre el refugio y las nuevas caligrafías latinoamericanas con Juan de Dios Larraín

Conversamos con Juan de Dios sobre Fábula y sobre El refugio, su nueva serie que se encuentra en la plataforma digital Starzplay

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

julio 8, 2022

Cortesía de Starzplay

Muchas veces los productores y realizadores latinoamericanos sueñan con triunfar en el mercado norteamericano. Los chilenos Pablo y Juan de Dios Larraín, fundadores de la productora Fábula, invirtieron la ecuación, ya que ahora el mercado norteamericano ha ido hacia ellos buscando nuevas ideas y nuevos lenguajes. Pablo Larraín es quizás uno de los mejores directores latinoamericanos actuales, con una filmografía exquisita conformada por cintas inolvidables como Tony Manero, No, El Club, Neruda, Jackie, Ema y Spencer. Por otra parte, su hermano Juan de Dios se ha encargado de producir las películas de su hermano y de otros destacados directores como Sebastián Lelio, el autor de Gloria y Una mujer fantástica. Conversamos con Juan de Dios sobre Fábula y sobre El refugio, su nueva serie que se encuentra en la plataforma digital Starzplay.

ROLLING STONE: A las personas que nos encanta el cine y la televisión, algo sucede en nuestra vida que nos enamora. ¿Tú te acuerdas de cuando te enamoraste del cine y la televisión?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Recuerdo que cuando vi La naranja mecánica, fui consciente de lo que significa la experiencia del cine. De la posibilidad desde mi lejano país Chile de conocer gente distinta, especial. Universos, caligrafías distintas. El personaje de Álex me marcó. La naranja fue una película que vi mucho, que revisité, que me produjo una gran obsesión y, probablemente, ese fue el primer punto de partida. Luego, un segundo punto se produjo cuando Pablo Larraín, mi hermano, tenía un proyector de 16mm y él iba y rentaba películas alemanas en ese formato. Recuerdo haber visto Cobra verde y fue una expansión de esa idea que surgió en mí con La naranja mecánica.  Cuando vuelvo a mi infancia, mi primera conexión con el cine la encuentro con esas dos películas.

ROLLING STONE: ¿Cuál es la película latinoamericana que más te ha gustado?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Cuando vi Luz silenciosa me golpeó mucho. Y creo que La ciénaga, en términos históricos, fue una película que marcó un antes y un después en la caligrafía del cine latinoamericano. En cuanto a mi gusto personal, Luz silenciosa de Reygadas me voló la cabeza. Voy a revisitarla a ver si envejeció bien en mí, luego de todos estos años. Estoy seguro que sí.

ROLLING STONE: ¿Cómo surgió Fábula? ¿Cuáles son sus orígenes?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Fábula es un accidente. La verdad es que mi primer acercamiento a la producción se dio cuando estaba en la universidad, organizando fiestas masivas de año nuevo con algunos amigos y compañeros de trabajo. Cuando salí de la universidad, a los veinticuatro años, Pablo me dice: “Oye, escribí este guion, que se llama Fuga. Me encantaría que tú lo produjeras. Como tú realizaste todas estas fiestas, algo sabes de producción. ¿Qué te parece?” Yo también pensé que hacer fiestas era la base para poder producir películas y ahí estuvo el primer error, porque son dos cosas totalmente distintas. Sin embargo, nos lanzamos a producir una película mucho más grande de lo que debíamos haber producido, con un aprendizaje a partir de los golpes y también con la expectativa de un resultado que nunca llegó a ser. Esa fue una experiencia formativa muy dura y dolorosa en muchos niveles. Luego de eso estábamos bastante perdidos e hicimos una película totalmente distinta a lo que pensábamos, muy pequeña, donde comprábamos material de 16mm a punto de expirar procedente de Canadá y filmamos Tony Manero, la cual en gran parte estaba fuera de foco, porque los lentes estaban mal calibrados. ¡La mandamos a Cannes y quedó en la Quincena de Realizadores! Esta cinta nos puso en el mapa y pasamos de una experiencia de fracaso a una de éxito. Comenzamos a conectar con un montón de gente y ahí me di cuenta que no me interesaba solamente producirle a Pablo, sino que había un montón de voces, primero en Chile y después en Latinoamérica, que podíamos representar. En ese momento la idea de la televisión no estaba presente, era inexistente. La producción televisiva en Chile en ese entonces era muy pobre. Es así que formamos una compañía para producir películas de cine y también enfocada en publicidad. De hecho, la publicidad nos permitió pagarnos un sueldo y financiar la estructura que nos permitió hacer cine.

ROLLING STONE: Uno de mis directores favoritos es Abel Ferrara. Tengo entendido que estuviste vinculado con él en una película que de hecho me inquietó mucho: 4:44 El último día en la tierra. ¿Cómo llegaste a trabajar con Ferrara?  

JUAN DE DIOS LARRAÍN: A Ferrara le hicieron un homenaje a su cine en un festival que se llama SANFIC y que se realiza todos los años en el mes de agosto en Chile. Me lo topé. Yo también era un admirador de él. Me topé a este tipo tan especial en un coctel después de la presentación de una película, y ahí un productor me dice: “Mira, Abel tiene un proyecto cinematográfico y con quinientos mil dólares puede filmar la película completa en Nueva York”. Nos comunicamos con Vincent Maraval, el cofundador de Wild Bunch, y con un agente de ventas llamado Peter Danner, y les dijimos: “Tenemos esta película. Por qué no ponemos doscientos cincuenta mil dólares cada uno y yo la produzco gratis”. Y así fue. Nos fuimos a Nueva York y ahí la armamos. Tuve la oportunidad de viajar con Willem Dafoe, en una experiencia muy grata de aprendizaje. Abel es un director muy especial. Yo llamaría a su estilo un caos ordenado, pero es un tipo muy difícil de seguir y entender. En algún momento yo lo comencé a entender. Fue una linda experiencia. 4:44 fue una película fue a Venecia, que tuvo su vida y que mostró a un Nueva York muy distinto. Fue nuestra primera experiencia fuera de Chile y fue de un gran aprendizaje.

Cortesía de Starzplay

ROLLING STONE: Te hablaba también de 4:44, porque ha resonado en la gente que la ha visto en época de pandemia. Y esto me lleva a El refugio que, de alguna manera, también se desarrolla en una especie de escenario íntimo y apocalíptico. Como fanático de los cómics, El refugio también resonó en mí, porque me recordó a El eternauta, el cómic argentino de Oesterheld y López. ¿Es válida esta conexión?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Sí. Yo creo que hay una conexión. También creo que El refugio es un ejercicio emocional de un inicio de pandemia. Estábamos pensando que el mundo se iba a acabar, que todos nos íbamos a contagiar, que se iba a morir gran parte de la población mundial. Era un momento de total incertidumbre, donde además teníamos que hacer una serie que transcurriera en una sola locación, para poder armar una “burbuja COVID” y así lo hicimos. Fue un ejercicio apocalíptico en su concepción y ejecución, como resultado de vivir en una época apocalíptica. Creo que gira en torno a la pregunta sobre cómo respondería un grupo de adultos que habitan en un espacio de realismo latinoamericano, cuando los vienen a visitar criaturas del más allá. Esa caligrafía en Latinoamérica no está muy desarrollada. Es un formato que pertenece más a la industria norteamericana. Por eso, mezclar el realismo de nuestra idiosincrasia con elementos fantásticos que pertenecen más a un género proveniente del cómic y del cine y la televisión norteamericana, se nos hizo algo muy interesante.

ROLLING STONE: A mi parecer, El refugio funciona en dos planos. Y creo que la ciencia ficción, en últimas, siempre trabaja así. Estamos hablando sobre un “¿qué pasaría?”, que aquí tiene que ver con visitantes extraños, pero creo que El refugio también nos habla sobre las dinámicas familiares, sobre la disfunción familiar. Sobre estas relaciones difíciles que se dan entre personas que tienen vínculos muy estrechos. ¿Estamos hablando de una serie muy psicológica que habla sobre la familia?   

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Sí. Yo creo que cuando la familia se reúne, y más cuando hay concentración y asedio, ocurren dinámicas bastante inesperadas. Es como un patrón tipo El señor de las moscas, pero llevado a la convivencia familiar cotidiana. Esta serie explora eso. Explora el rol de la autoridad al interior de la familia, las luchas internas, por supuesto las relaciones de pareja, que son tan complejas, en un universo donde la amenaza viene de una fantasía. Creo que sí. Creo que tú mirada es muy asertiva, porque aquí hay una historia familiar donde hay una lucha por los roles y una definición de lo que es la autoridad.

ROLLING STONE: Quisiera devolverme a los orígenes de El refugio. ¿Cómo es que surge este concepto y qué es lo que te impulsa a decir vamos a convertirlo en una serie?

JUAN DE DIOS LARRAÍN; Nosotros desde Fábula, cuando comenzó la pandemia, teníamos un equipo grande. Sabíamos que un frenón de muchos meses iba a ser muy complicado para una productora que, en últimas, es frágil, y que necesita estar en permanente movimiento. La serie surge a partir de la pregunta ¿Qué podemos hacer en una sola locación? También estaban las ideas de que la serie fuera mexicana, pero grabada en Chile, porque esto nos permitía tener unos costos de producción controlados; que fuera una serie de pocos capítulos, bastante acotada; que tuviera una profunda conexión con el espectador; y que nos permitiera reinterpretar la pandemia, porque en ese momento el futuro era incierto para todos. Estas ideas las recogió Julio Rojas, un tipo muy creativo y que domina mucho esos terrenos. Y a partir de Julio, con la gente de Fremantle nos acercamos a Starz y así se generó una sinergia muy positiva. Fue muy grato poder haber trabajado con estas dos compañías.

ROLLING STONE: Una de las protagonistas es Ana Claudia Talancón. Muchos la conocimos en El crimen del Padre Amaro, una gran película coprotagonizada por Gael García Bernal, quien trabajó con tu hermano en esa maravillosa cinta llamada No, como también en Neruda y Ema. ¿Ana Claudia llegó a ti vía Gael o llegó por otro lado para convertirse en la protagonista de El refugio? 

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Mira, la verdad es que vimos muchas oportunidades. Creo que ella llego a sugerencia de Alberto Guerra o de Zuria Vega en alguna conversación. Fue una gran idea. Por supuesto, todos vimos El crimen del Padre Amaro. Le mandamos el guion y ella se entusiasmó desde el principio. Así que esto fue un gran acierto. Ella es una gran actriz y haber trabajado con ella fue una experiencia muy potente.

ROLLING STONE: Viéndola a ella en El refugio, encontré una similitud con esos personajes femeninos fuertes característicos del cine de ciencia ficción. Estoy hablando de Sarah Connor de Terminator y Ripley de Alien. ¿Se pensó en estos personajes para la construcción del personaje encarnado por Ana Claudia?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: No hicieron parte de la conversación, pero son personajes tan fuertes que habitan en nuestro inconsciente y es imposible evitarlos a la hora de construir nuevos roles. Pasa un poco que una idea original, con un equipo de escritores y un director que le da forma al proceso, en una construcción de un imaginario donde hacen parte muchas personas con preconceptos iniciales, hace que una Sarah Connor, que está en la cabeza de todos, haga parte integral de un nuevo personaje. Pero más que una copia, creo que es un homenaje.

ROLLING STONE: ¿Es todavía muy temprano para hablar de una segunda temporada de El refugio?

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Como productor, a uno siempre le gustaría. Un proyecto como este necesita conectarse con la audiencia. Yo creo que, si eso sucede, todos deberíamos celebrar, abrazarnos e ir más allá. La serie termina en un lugar que es muy impresionante. No quiero hacer spoilers porque arruinaría la experiencia, pero es un viaje muy intenso. Sería genial que ocurriera y nosotros estamos más que disponibles, pero no depende solo de nosotros. Depende principalmente de la conexión que tenga con la audiencia, en términos de números, de maratones y de todas esas medidas que se tienen en cuenta hoy en día, en este mundo tan competitivo hoy en día, como es el mundo del contenido.

ROLLING STONE: ¿Qué hay en el futuro para Fábula? ¿Hay proyectos que se ya se están cocinando?  

JUAN DE DIOS LARRAÍN: Tenemos un montón de cosas. Estamos estrenando 42 días en la oscuridad para Netflix y para Apple+ estamos filmando en México una serie que se llama Familia a medianoche, basada en el documental del mismo nombre. Se estrena el próximo año. Y tenemos varios proyectos con directores tanto en cine como en televisión. Fábula es una empresa que aspira a tener mucha actividad multimediática, tanto en Chile, como en México y toda Latinoamérica. Muchos de estos proyectos se cocinaron durante la pandemia y ahora empiezan a ver la luz. La pandemia fue una época muy oscura, pero que también nos permitió generar muchísimas ideas. Pero esas ideas, a la hora de ejecutarlas, deben estar determinadas por nuestras capacidades de leer, mirar, opinar y pensar. Mientras tengamos en cuenta estos límites, vamos a continuar con mucho entusiasmo, sin perder el control de lo que estamos haciendo. No queremos hacer más de la cuenta.