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No te preocupes cariño

La segunda película como directora de la actriz Olivia Wilde es un producto irregular que logra transmitir su alegoría feminista

Olivia Wilde 

/ Florence Pugh, Harry Styles, Chris Pine, Olivia Wilde

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Warner

Luego de múltiples controversias (la vergonzosa citación pública de divorcio a Olivia Wilde, el despido o renuncia de Shia LaBeouf, el posible escupitajo de Harry Styles en la cara de Chris Pine, el enfrentamiento de Florence Pugh con su directora, las fuertes críticas al acento de Styles), se estrena por fin la cinta de ciencia ficción distópica No te preocupes cariño.

Dejando atrás todos los escándalos y rumores, hay que decir que el segundo largometraje como directora de Wilde (luego de la simpática Booksmart), es una cinta de horror feminista que nos recuerda mucho a The Stepford Wives, el clásico de 1975 basado en la novela de Ira Levin (El bebé de Rosemary) sobre un grupo de esposas hermosas y sonrientes que ocultan un oscuro secreto en conexión con una conspiración masculina.

Sin revelar mucho de la trama, se puede decir que No te preocupes cariño supuestamente se ambienta en los años cincuenta, en un suburbio muy similar al vecindario ficticio de Stepford ubicado en Connecticut y que le dio el título a la perturbadora cinta de Bryan Forbes (y al decepcionante remake del 2004, protagonizado por Nicole Kidman).

En esta ocasión, el idílico suburbio está ubicado en la mitad del desierto de California, con casas suntuosas, autos lujosos, vestidos elegantes, música vintage y un grupo de parejas conformadas por hombres jóvenes y apuestos que trabajan para la compañía Victory, en un proyecto secreto comandado por el también joven y apuesto Frank (un odioso Chris Pine). Por su parte, las mujeres, también jóvenes, bellas y elegantes, se quedan en el hogar asumiendo el papel de amas de casa modelo, esposas devotas y madres abnegadas (aunque los niños prácticamente están ausentes).

En este escenario tremendamente similar a los de las series de televisión Desperate Housewives y Mad Men, encontramos a una de estas parejas, conformada por Jack (Harry Styles con un acento británico correspondiente a su personaje) y su esposa Alice (Florence Pugh en un papel muy similar al de la estupenda Midsommar). Jack no deja de amar y desear a su esposa y, a la vez, está a punto de ser ascendido en el trabajo. Alice tiene como mejor amiga a Margaret (KiKi Kayne), otra de las esposas de Victory, pero también departe con Peg (Kate Berlant), Bunny (Wilde) y Shelly (Gemma Chan), las esposas sumisas y obedientes de Bill (Douglas Smith), Dean (Nick Kroll) y Frank, respectivamente.

Poco a poco vamos a ver como estas familias chapadas a la antigua se comportan como los miembros de un culto y cómo dos de las esposas (primero Margaret y luego Alice), comienzan a percibir que detrás de esta sociedad perfecta e ideal se esconde mucha podredumbre.   

No se puede decir que los actores se distingan en la cinta de Wilde, ya que no tienen la oportunidad de brillar (queda la duda sobre lo que hubiera hecho LaBeouf con el personaje asumido por Styles). Asimismo, The Stepford Wives, Desperate Housewives y Mad Men no son los únicos referentes asumidos por No te preocupes cariño, ya que Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, Sin salida, Westworld, Get Out y Midsommar también están presentes en el relato guionizado por Katie Silberman (Booksmart).

La diferencia está en que todas las cintas mencionadas son productos muy superiores a la cinta de Wilde, la cual llega a ser irregular y con pocos momentos genuinos de tensión o suspenso. Sin embargo, la interesante alegoría que denuncia el deseo posesivo del hombre hacia la mujer, está más que presente y se logra comunicar de una manera efectiva. 

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