La semana pasada, un grupo de alrededor de 10 migrantes provenientes de Honduras, El Salvador y República Dominicana protestaron el rechazo de sus visas humanitarias al coserse los labios.
Una enfermera de la organización Madre Tierra estuvo a cargo de suturar los labios de los voluntarios en Huixtla, Chiapas. El objetivo del grupo es presionar a las autoridades migratorias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que les sean entregadas Fórmulas Migratorias Múltiples (FMM) y poder continuar su camino hasta la frontera con Estados Unidos.
La caravana de migrantes, que suma alrededor de 8,000 personas estancadas entonces en su cuarto día en la región, desconocen las razones por las que México ha interrumpido su trayecto, declarando que el resto de los países que han atravesado han permitido que continúen su paso.
“Es para todos, no sólo para mí, sino para que miren que en verdad necesitamos, no lo tomaríamos como una medida de presión, para ellos no es presión esto porque han visto cosas peores, más bien, sería no grato, pero para nosotros sí, hablamos y hablamos y nadie nos pone atención”, dijo Rafael Cruz, de Honduras, una de las personas que accedió a coserse los labios entre manifestantes y la atención de los medios de comunicación. La reunida comunidad migrante apoyó a los primeros voluntarios entre gritos de: “¡No están solos!”.
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Irineo Mújica, director de Pueblos Sin Fronteras, declaró que la mitad de las personas migrantes son mujeres y niños, los cuales “no se desploman por los 50 kilómetros que hemos caminado, se desploman porque son meses que los tienen en los parques, durmiendo en las calles, sin comer. Por eso abogamos no sólo por los que vamos aquí, sino también por los que están en Tapachula que no tuvieron la fuerza, la fe o simplemente no pudieron acompañarnos”.
