Los chilenos de García: “Charly nos enseñó que pararse en un escenario contra viento y marea es lo más sagrado.”

Una charla con Kiuge Hayashida y Toño Silva en el backstage de Cosquín Rock, en la previa de su visita al “maestro” argentino

Por  MARTÍN SANZANO

febrero 22, 2024

Charly García, fielmente custodiado por los chilenos.

Foto: @tonaressilva

El territorio previo a los camarines de los músicos en el predio de Cosquín Rock se denomina “Patio de artistas”, un lugar neutro en el que conviven la prensa y las bandas, y en el que siempre hay que estar dispuesto para la charla.

El sábado a la noche, en el ocaso de la primera jornada de la última edición del festival, se presentan dos caras conocidas. El acento de ambos es inconfundible, al igual que sus sonrisas. Se trata del guitarrista Kiuge Hayashida y del baterista Toño Silva, dos de los famosos “chilenos de Charly” que, antes de ir a visitar a García a Buenos Aires, hicieron una escala en Córdoba para saludar a viejos amigos. 

Kiuge, Toño y el bajista chileno Carlos González se unieron a Charly allá por 2001 para acompañarlo en sus shows en vivo. Fueron parte de su banda estable durante la etapa del disco Influencia (2002), luego grabaron Rock and Roll Yo (2003) y Kill Gil (2010). Además, Kiuge y Toño también figuran en los créditos de Random (2017), el último álbum que editó García. Y siempre que los llama, cruzan la Cordillera para ponerse a disposición.

Kiuge Hayashida y Toño Silva, los chilenos de Charly García. (Foto: Gentileza Silvana Hidalgo)

“Somos invitados de honor de José Palazzo”, dice Toño mientras Kiuge saca del bolsillo una púa con su nombre y su logo estilo oriental (su apellido, Hayashida, es de origen japonés), y la extiende a modo de ofrenda. Ante la pregunta de por qué regalar una púa, el guitarrista corrige: “El nombre correcto es plectro, que es lo que tañe una cuerda. Acá, ustedes le dicen púa, nosotros le decimos uñeta. Es un buen regalo para hacerle a la gente, además de tocar y cantar en un escenario”, explica. Y enseguida se pone a hablar de su gran “maestro” argentino.

“A nosotros, tocar con el maestro Charly [García] nos regaló vínculos humanos, gente, amigos. Desde que nos vio por primera vez no nos soltó en 20 años y grabamos seis discos —señala Kiuge—. Charly tenía su merchandising, su púa con el símbolo de Say No More, un constant concept que quedó planteado en el tiempo y creó una brigada de seguidores de su música y su poesía. Lo que está detrás, es la inteligencia escénica, es lo que nos enseñó Charly: que pararse en un escenario contra viento y marea es lo más sagrado. Él pasó por todas las que pasó este país, los militares, la guerra. El rock argentino tiene tanta potencia que no lo va a destruir ni Milei”. 

Kiuge y Toño cuentan que están terminando de grabar el primer disco de SISU, su proyecto de rock pesado, y que planean lanzarlo este año. Mientras tanto, ya se puede escuchar un single, “Vida de hipocresía”. “Es heavy metal, ¿eh?”, aclara Toño. “Heavy metal progresivo, que está en la sangre”, agrega Kiuge y su compañero completa: “Es nuestra historia”. El nombre de la banda, explica el guitarrista, es un concepto finlandés que significa coraje inimaginable que se manifiesta en una situación límite. “Eso nos da la potencia de hacer música original nuevamente”, dice y recuerda una frase que le dijo Charly: “Tenés talento, pero tu talento sin bolas no te va a servir de nada”.

La charla con los chilenos vuelve a ir para ese lado. El año pasado formaron parte de la celebración neoyorquina en la Charly García Corner y ahora, como la gran mayoría, están con la cabeza en La lógica del escorpión, el esperado disco nuevo. “Charly está vivo y todos estamos esperando su último disco, ¡y lo hizo solo! Así tenía que coronar, es su vuelta al principio. Lo han hecho muchos artistas. Se reinventan, se autodestruyen y vuelven a nacer”, dice Kiuge.

Días después de la entrevista con Rolling Stone, Toño y Kiuge fueron a visitar a Charly a su casa y se sacaron algunas fotos con él. El encuentro fue después del almuerzo y duró alrededor de dos horas. Toño declaró luego que vio a Charly “feliz, relajado y muy contento”. Mirá las imágenes:

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