Ni los pronósticos más optimistas se animaban a confirmar que este domingo, la última jornada del festival Lollapalooza Argentina se daría bajo un sol radiante. Pero, para sorpresa de todos, a las tres de la tarde, El Zar inauguró el segmento “palmas” con el clima perfecto.
En el escenario Samsung, el dúo (que en rigor ya es toda una banda) aportó la dosis justa de mood festivalero en el momento preciso, armados con su cancionero pop (arrancaron con “Qué pasa”, “Lo que fuimos” y “Tarde o temprano”), su pulso funkie y sus estribillos que siempre van al frente. El link más lógico se dio de manera orgánica: entre el público, cantando desaforada, una chica mostraba su remera de Conociendo Rusia. Al costado, dos pibes de no más de 9 años se subían a los hombros de sus padres. Y también cantaban. Una postal cada vez más habitual de este evento.
Los más precavidos aprovechaban la danza para esparcirse protector solar en la cara, los hombros y el cuello. Los rayos picaban, pero eran más que bienvenidos después de tantas nubes. Al igual que Ximena Sariñana, que recién había terminado su show en el escenario contiguo y ahora se sumaba a cantar “Bandido” con El Zar, uno de pocos cruces de la primera parte del domingo.
Todavía se hacía sentir el sol cuando Jessie Reyez invitaba a mover las manos de arriba hacia abajo, en lo que sin dudas fue uno de los mejores shows de la fecha. La canadiense, hija de padres colombianos (en un momento se subieron a cantar y a bailar con su hija), animó a su público jugando con la idea de una primera cita.
Con clips clásicos de comedias románticas en las pantallas, hizo gala de su sangre latina en un spanglish bien colombiano, con menciones al poder de las mujeres y mucha complicidad con la gente. Tardó apenas 15 minutos en ponerse la camiseta de la Selección argentina, un regalo de una de sus fans.
Además, Jessie aprovechó la oportunidad para tocar el cover que le encargaron para la película de Bob Marley, “Is This Love”. Un desafío que, según comentó, le costó aceptar, pero que esta tarde, la última de Lollapalooza Argentina 2024, con la camiseta argentina puesta y las imágenes de archivo del ícono jamaiquino a sus espaldas, funcionó sorprendentemente bien.
El hilo conductor que había empezado a tejer más temprano El Zar tuvo su continuidad horas más tarde, en el escenario Flow, con Bandalos Chinos haciéndose cargo del horario central de la tarde. Una buena oportunidad para que Goyo Degano y compañía desplegaran su arsenal de hits en un set compacto y sin interrupciones.
“Después de toda esta lluvia, hoy no era el día para quedarse en el departamento”, celebró el cantante en una de sus breves intervenciones (“¡No hay plata!”, dijo en modo irónico al arranque del show), justo antes de comenzar a cantar “Departamento”. Poco a poco, el sol empezó a esconderse en sincro con la candencia soul de “Demasiado”. Y se ocultó del todo con los últimos acordes de “Dije tu nombre”.
La noche traería la oscuridad al Hipódromo de San Isidro. Y también al line up. Primero, un poco de melancolía irlandesa con Hozier. Luego, mucho delineador y emo revival con Thirty Seconds to Mars y más tarde, melancolía nu metal con Limp Bizkit.