En 1984, Tom Hanks protagonizó una inolvidable y alocada comedia conocida como Despedida de soltero, colmada de situaciones subidas de tono y de índole sexual, la cual sería imposible de realizar en la actualidad, debido a la obsesión a nivel mundial por lo políticamente correcto.
Lo mismo se podría decir de las delirantes comedias sobre el despertar sexual adolescente que llenaron las salas de cine de los años ochenta como Porky’s, Barquillo de limón, Negocios riesgosos, El último americano virgen, Admiradora secreta, La venganza de los nerds y Rompecocos, por nombrar algunas. Y las herederas de esta tradición, como American Pie, Very Bad Things, Proyecto X, Y tu mamá también y The Hangover, hacen evidente la tremenda brecha generacional que se ha instaurado en la última década.
La solución para revivir las comedias sexuales está en invertir la ecuación y abandonar la perspectiva masculina (“los chicos quieren sexo”) por una femenina (“las chicas también”). Esto funcionó de manera aceptable en cintas como Hasta que el cuerpo aguante, Plan de chicas, La noche de las nerds y la finlandesa Girl Picture. Y siguiendo esta línea, nos encontramos con el equivalente femenino de Despedida de soltero y The Hangover.
Confeccionada por Adele Lim, la coescritora de Crazy Rich Asians en su debut como directora, producida por el chico malo Seth Rogen y protagonizada por cuatro talentosas actrices de origen asiático, Locas en apuros es una cinta refrescante que comprueba una vez más que la comedia, por esencia, no puede (ni debe) ser políticamente correcta.
El prólogo de la cinta escrita por Cherry Chevapravatdumrong y Teresa Hsiao (dos mujeres asociadas a las series Family Guy, American Dad y The Orville de Seth McFarlane), comienza en 1993 y como si se tratara de un guiño a esa hermosa cinta animada sobre el despertar sexual femenino llamada Turning Red nos muestra cómo dos niñas se hacen amigas de una manera espontánea, sin tener en cuenta de que son las únicas de ascendencia oriental en un parque estadounidense llamado White Hills y colmado de niños blancos y rubios.
Audrey (Ashley Park de Emily en París) es una niña adoptada que crece para convertirse en una exitosa abogada y algo reprimida. Lolo (encarnada por la comediante Sherry Cola), es la hija de una pareja de inmigrantes chinos que crece para convertirse en una artista obsesionada con los órganos genitales masculinos y femeninos y que no tiene filtros para decir lo que siente y piensa. Ambas siguen siendo las mejores amigas, pese a sus estilos de vida diametralmente opuestos.
El jefe de Audrey la envía en una misión de trabajo que consiste en viajar a China para confirmar un trato con un prestigioso cliente. La abogada convence a su jefe de llevar a Lolo como su traductora y viajan a Beijing en plan triple: cerrar el trato, divertirse un poco y, de paso, buscar a la mamá biológica de Audrey. Las dos amigas nutren su grupo con Deadeye (interpretada por la comediante Sabrina Wu), la prima de Lolo y fanática del K-Pop; y con Kat (Stephanie Hsu de Todo en todas partes al mismo tiempo), la mujer amiga de Audrey en la universidad y ahora una famosa estrella de series de televisión en China.
Como es de esperarse en este tipo de comedias, el viaje termina en una serie de peripecias que jamás se imaginarían las dulces ancianitas de Cuando ellas quieren y que incluyen un consumo excesivo de drogas fuertes a bordo de un tren, sexo alocado con medio equipo de baloncesto (con trío y vibrador incluido) y el enorme tatuaje de un demonio en la vagina de una de las chicas, que luego se convierte en todo un fenómeno viral.
Aunque Locas en apuros intenta hablar de la experiencia de los inmigrantes asiáticos en Norteamérica, como lo hacen hoy en día las series Los Huang y Akwafina es Nora de Queens (creada por Hsiao), así como la ya mencionada cinta animada de Pixar, lo cierto es que lo que hace realmente potente a esta comedia es su espíritu políticamente incorrecto y el enorme talento de sus actrices protagonistas, por no hablar de su química.
Actualmente sigue siendo imposible volver a hacer cintas como Despedida de soltero o The Hangover sin que surja la controversia. Sin embargo, es tremendamente liberador ver en la pantalla a un grupo de mujeres buscando sexo y diversión como lo hicieron en décadas anteriores sus contrapartes masculinas. Ya era hora de una retaliación.