Lali en el Luna Park: la noche de su consagración pop

Lali abrió el Disciplina Tour en el estadio porteño con un gran despliegue escénico y una demostración de por qué es la diva del pop local.

Por  JUANA GIAIMO

junio 24, 2022

Lali en la primera noche del Disciplina Tour en el Luna Park

Guido Adler

En un mundo de conteo de views y likes, Lali sabe que el pop, a pesar de su nombre, no se trata solo de ser popular, sino de ser icónica. En la primera fecha del Disciplina Tour y después de casi una década de carrera en la industria musical, se consagró como estrella, o diva, como dice su propia canción. Su voz potente, el baile coreografiado al máximo detalle, una escenografía de dos pisos para su banda en vivo y su carisma hicieron que brillara sobre el escenario del Luna Park.

Después de bajar desde una plataforma, el comienzo a las dos horas de show fue con versiones rockeras de “Eclipse” y “Asesina”, mientras ella vestía un traje de cuero apretado al cuerpo que recordaba a los comienzos de Shakira. Su profesionalidad se veía en cada paso que daba y en su voz que tiene talento pero también técnica para poder seguir cantando con la misma energía incluso mientras bailaba. El público la recibió listo para pasar una gran noche. El campo se movía en oleadas y, como Lali misma reconoció contenta varias veces, cantaba por sobre la voz de ella. 

Lali en la primera noche del Disciplina Tour en el Luna Park. Fotografía de Mazza.ph

Siempre es difícil intentar definir qué es lo que hace a una estrella, pero por ahí lo que gusta de Lali es esa combinación de bomba explosiva de movimientos feroces y su actitud más bien humilde, que se ve no solamente en que siempre esté dispuesta a hacer chistes sobre ella misma sino también en la sensibilidad de sus baladas como “No estoy sola”, una canción que puede leerse como un agradecimiento al público y que, por eso, tiene sentido que la haya cantado, en un despliegue técnico 100% pop, en una plataforma que colgaba en el aire sobre el campo. 

Si bien el setlist recorrió toda su carrera, fue también la gran inauguración de una nueva era que empezó para Lali, en la que se aleja del reggaetón y el trap de la escena mainstream actual y, en cambio, va a las raíces más puras del pop. Por eso, “Disciplina” no es un título casual para el primer single de esta etapa, sino una forma de posicionarse como experta en la materia, y el show en el Luna Park fue su clase magistral. Con un sintetizador minimalista grave, un baile frenético y una letra que alude al BDSM como metáfora, la oscuridad y tensión de “Disciplina” se lució y se podría decir que la lección fue aprendida cuando todo el público coreó “¡al piso!” después del primer coro.

Después de “Disciplina”, dijo que este recital era una fiesta y para las siguientes canciones aparecieron sus personas más cercanas en el escenario, sus bailarines trajeron una barra de tragos y el público se iluminó con luces multicolores. Ella saltaba divertida y perseguía a la cámara que la filmaba mientras cantaba versiones EDM de “100 grados” y “Único”. No se equivocó al cerrar esta sección con su canción debut, “A bailar”. 

Lali en el Luna Park. Fotografía de Guido Adler.

Siguió “N5”, su nuevo single estrenado un día antes del show, con una letra explícitamente homoerótica y una coreografía que incluyó un beso con una de sus bailarinas –algo que también hizo en diferentes momentos con otros bailarines–, una teatralidad que propone una libertad sexual descontracturada. No es un dato menor, ya que la música pop tiene un lugar importante en la comunidad LGBT+. Como Madonna hace treinta años, Lali intercaló en “Soy” un baile vogue (un estilo que tiene sus comienzos en la comunidad) y también agarró una de la varias banderas arcoíris del público y deseó un feliz mes del orgullo.

A pesar de haber cantado en “Diva”, con un traje dorado reluciente, “bailo como Britney y visto como Cher”, no faltaron los ritmos latinos en el recital. Aprovechó la calidez y alegría de “Una na” para enganchar una sección de baile de salsa; Mau y Ricky salieron al escenario para traer un poco de reggaetón en “No puedo olvidarte” y “Sin querer queriendo”; y en “Como tú” la acompañó el grupo Malevo con su show de percusión con bombos y zapateo. 

A los pocos minutos de la clásica falsa despedida, volvió sola con su banda para tocar “Reina” y “LALIGERA”, un tema en donde con orgullo se define como “una chica del sur” que “nació con brillo pero sin dinero”. Para la última canción, “Boomerang” aparecieron sus bailarines y todos juntos cerraron la noche con una alegría contagiosa. Mientras saludaba al público con una gran sonrisa entre papel picado plateado, se hizo evidente que este show fue más que una noche para Lali, un sobrenombre simple y bastante usual, pero que en su figura se potencia y se transforma en un sello pop de calidad. 

Lali en el Luna Park. Fotografía de Guido Adler.

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