La mente les explotó a los Fellas mientras tomaban cerveza. No fue a causa de la bebida, fue culpa de Santiago, un amigo del parche que soltó un comentario aparentemente sencillo: “Las bandas deberían ser como libros, que en cada disco nos entregan un nuevo capítulo”.
Nicolai se lleva las manos a la cabeza, abre los dedos y hace silencio, simula una explosión. La banda lo mira, sonríe y asiente, estamos en una amplia sala de Line UP estudios, aparte de ellos no podemos ver más sonrisas, los demás estamos con tapabocas, máscaras y todas las precauciones que estos días extraños requieren. Pero, volviendo a su big bang, esa epifanía cervecera concuerda con la intención narrativa que siempre los ha guiado, y obviamente recorre una discografía sembrada por historias e imágenes en las que la cotidianidad y lo sublime combaten, bailan y se admiran mutuamente, desde una intertextualidad que han abrasado como escudo creativo.
La manía por retorcer las palabras para entregarnos nuevos significados, la descripción de escenas cortas y esos fragmentos de memorias son más que un sello característico en las letras de esta banda bogotana. Son la razón por la que la gente los adora. Tener la oportunidad de tender un puente más para que esto pasara nos entusiasmaba absolutamente, sobre todo en tiempos de aislamiento.
Tras haber presentado 777: Buenos días, su más reciente trabajo discográfico, LosPetiteFellas aceptaron la invitación de Samsung para dar un viaje por algunas de sus canciones y compartir las historias detrás de ellas.
El recuerdo de esa epifanía charlada es uno de los que pudimos vivir durante la grabación de las Galaxy Sessions; fuimos invitados por Samsung a preguntar y a registrar todo con sus dispositivos. Los Samsung S20 y S20 + se presentaron como las herramientas ideales para acercarnos sin complicaciones a esos momentos mágicos que solo son posibles mientras alguien pone su alma en la ejecución de una canción.
Siempre imaginamos esta sesión como un encuentro entre luces y sombras, así que planteamos un diseño fotográfico sencillo que no tenia miedo a darle protagonismo a la oscuridad, el registro en bajas luces nos favoreció y las cámaras de los teléfonos se desempeñaron tan bien como nuestras cámaras profesionales. Igualmente, la posibilidad de activar los estabilizadores de imagen nos permitió fluir entre los músicos, dejarnos afectar por las armonías del teclado, la crudeza de las liricas y en general, de la buena vibración que se enciende cuando este ensamble toca.
Hacer esta primera sesión durante la pandemia suponía un reto adicional, no podríamos tener demasiado equipo, no podría haber demasiadas personas involucradas y debíamos observar protocolos estrictos para garantizar la seguridad de la banda y su gente, grabar con celulares también transmitía el sentido de urgencia que implica cualquier presentación en vivo en estos tiempos. Decidimos prescindir de cualquier trípode o estabilizador externos porque queríamos que la cosa tuviera cicatrices, ellas también cuentan historias.
Una banda como LosPetitFellas nos invita a abordar otras estéticas, que nos lleven a todo, menos a limitar su energía. No intentamos poner bombillitos y decoraciones, queríamos que el protagonismo recayera en las canciones y que a través de los errores que podrían surgir de nuestra decisión de no rodar más de dos tomas por canción, pudiéramos encontrar un tipo de belleza cruda y rara. En cierto modo es una cosa muy bogotana.
La primera canción de esta sesión fue Antes de Morir, con la que la banda se identifica plenamente, los ha llevado a estar en los listados de radio comercial, y -como expresa Nicolai en su intervención previa a la interpretación-“es responsable de algunos de los momentos mas bellos que ha vivido la banda en vivo”.
Una persona sostiene un encendedor en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán, lo hace y los demás empiezan a seguirlo hasta que logran traer su luz a la penumbra reservada para el público. Cuando Nicolai vio esto tuvo la génesis de Suspense, que fue la segunda canción interpretada en Galaxy Sessions, según comentaron antes de tocarla, la canción se presentó como un encuentro entre varias cosas, para ese entonces eran “unos chamaquitos que no querían grabar nada que no pudieran tocar en vivo”, algo que su compañero Sebastián Panesso celebra mientras añade: “Hasta que tuvimos la oportunidad de tocar con la sinfónica”. Fue en el 2016 para un aniversario de Bogotá, allí la banda estuvo respaldada por el monumental ensamble de 107 músicos de la Orquesta Filarmónica, y de nuevo la cabeza les voló al sentir el poder de una sección de violines. En esta versión el teclado y la guitarra asumen la responsabilidad, y brillan dándole un registro íntimo.
El cierre de la sesión estuvo a cargo de Buenos días, una canción que empieza a meterse en el corazón de sus fans y surge precisamente al escucharlos, al entender que cuando comentaban a su disco anterior como un trabajo oscuro y profundo, estaban pidiendo iluminar otros sectores. Según Nicolás, en este caso se encontraban en disposición de la luz, y así mismo la interpretación se caracterizó por una participación coral en la que las voces de la banda se mueven sobre el fraseo galopante para acentuar una sensación de positivismo que nos deja atentos a lo que viene en un nuevo disco que plantea todo el potencial para convertirse en un clásico.
LosPetitFellas han permitido que la cabeza les explote sistemáticamente, avanzan en su carrera con el deseo de sorprender y sorprenderse, esta Galaxy Session de Samsung fue una oportunidad para acercarnos a sus procesos y a una esencia positiva que anuncia un brillante camino. Te invitamos a suscribirte a www.youtube.com/samsungcolombia para dejar que esta y otras sesiones galácticas que vendrán te vuelen la cabeza.
