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Kim Gordon no ha terminado de hacer ruido

Con un álbum brillante y retador en camino, la artista nos cuenta lo que opina sobre Barbie, Kurt Cobain, las elecciones de Estados Unidos y mucho más.

Por  DAVID BROWNE

marzo 7, 2024

ILUSTRACIÓN POR MARK SUMMERS

A lo largo de sus tres décadas en Sonic Youth, Kim Gordon ayudó a redefinir las diferentes formas de hacer rock and roll con su voz enigmática, su interpretación punzante del bajo y la manera en que integró el feminismo y sus bases artísticas con las letras y filosofía de la banda. Ahora, la cantautora está pensando en el siguiente camino que tomará a medida que se prepara para interpretar en vivo su segundo álbum en solitario, The Collective, que saldrá el ocho de marzo. “La banda de apoyo es genial”, dice. “Pero lo más difícil son las decisiones que tienes que tomar por tu cuenta, ya sean los diseños de las camisetas, la escenografía o los teloneros. Es un montón de cosas”.

Por más difícil que sea de creer, en octubre se cumplirán 13 años desde que Gordon y Thurston Moore anunciaron su separación como pareja, llevándose con ellos a Sonic Youth. Su primer proyecto musical después de la disolución del grupo fue Body/Head, su dúo experimental con el guitarrista Bill Nace. Pero hace cinco años, se lanzó por completo como solista. En colaboración con el productor Justin Raisen –quien ha trabajado con Angel Olsen, Charli XCX, Lil Yatchy, Kid Cudy y Teezo Touchdown–, hizo el álbum de 2018 No Home Record, en el cual combinó su voz con atmósferas sonoras postapocalípticas.

The Collective, su segunda colaboración con Raisen, cambia un poco más, como si ella aún estuviera viviendo en una distopía pero de repente se topara con una discoteca clandestina. “Básicamente es la continuación del disco anterior, pero quería que este tuviera un poco más de beats”, comenta. “Justin es muy bueno a la hora de tomar sonidos y deconstruirlos. Es un punk en el sentido en que no respeta a la tecnología”.

Aunque ahora está viviendo en Los Ángeles, Gordon admite extrañar su viejo hogar en Nueva York y visitar con más frecuencia a su hija Coco, quien vive allí. Tampoco siente que la escena musical en la ciudad californiana sea igual: “Parece que aquí hay más espacio para la música, pero no estoy tan involucrada en ello. Aquí la gente hace música de manera distinta”. Pero sentada en una habitación iluminada de su casa, sigue siendo tan reservada y concisa como siempre.

Regresaste a California después de la separación de Sonic Youth. ¿Cómo te has adaptado? ¿Te gusta hacer senderismo?

No me gusta caminar. Me gusta mi casa. Hay que conducir demasiado, pero visualmente siempre ha sido uno de mis lugares favoritos. Solo basta con observar las casas, la arquitectura, cómo esta cambia de una casa a otra… Aquí todavía puedes sentir el espíritu de los 70.

Has trabajado en dos álbumes en solitario con sonidos más electrónicos. ¿Qué dirección musical querías tomar que no pudiste explorar cuando estabas con Sonic Youth?

Bueno, no soy una cantante innata. Sé qué es lo que funciona para mí en el sentido de saber aprovechar el ritmo y el espacio, y realmente me gusta trabajar creando ritmos. Simplemente quería hacer más de eso. De algún modo, también me siento más libre respecto a lo que estoy cantando. No siento que tenga que contenerme.

¿Ese fue el caso en el pasado?

De alguna forma, porque la música [en la banda] era específica y las voces tenían que acoplarse a la música, la cual hacíamos juntos. Ahora no me cuestiono de la misma manera.

No pareces una persona llena de dudas.

Es una cuestión de extremos. No es un asunto de inseguridad, es sobre pensar bien las cosas y después decir, “A la mierda”. En este disco, muchas de las letras son improvisadas. Comencé a partir de unos versos y dependiendo de la canción, había más o menos. Pero cuando lo grabamos, las cosas me llegaban a la mente o simplemente salían de mi boca. Luego está este asunto de editarlo y darle forma, algo en lo que Justin es muy bueno. Sentí cierta libertad y confianza al crear este álbum. No me preocupa lo que estoy haciendo.

‘Tree House’ parece una secuela de ‘Pacific Coast Highway’ de Sonic Youth en el sentido en que ambas son historias espeluznantes sobre mochileros. ¿Existe alguna conexión entre ambas canciones?

De cierto modo. La primera parte es una especie de trauma o un recuerdo de la adolescencia. Y la segunda es más sobre una experiencia de crecimiento personal, pero también está influenciada por [la novelista francesa] Marguerite Duras. Yo era más joven cuando estaba leyendo The Lover y estaba en Hong Kong. Ella habla sobre Vietnam e intenta expresar sus recuerdos.

¿Qué inspiró ‘Trophies’? Pues trata sobre… ¿jugar a los bolos? ¿Te gusta practicar bolos?

Por supuesto que no. Le pregunté a mi amiga Rachel, “¿sobre qué debería escribir?”, y me respondió, “¿Qué tal si escribes sobre los trofeos de los bolos?”. Así que pensé que sería un reto interesante.

La letra de ‘Bye, Bye’ es, literalmente, una lista de cosas que se llevan a un viaje.

Sí, de nuevo, le pregunté a un amigo si se le ocurría algún tema y dijo, “¿Qué te parece una lista de artículos de viaje?”. Y pensé, “Está bien”. Estoy escribiendo un diario, así como Taylor Swift, solo que no de la misma manera.

¿Qué has aprendido de ti misma al hacer estos discos como solista?

Que me preocupo un montón. Nunca pienso en mí misma como una música. Todavía me veo como una artista visual que hace música. No sé de acordes ni nada de eso, pero me he dado cuenta de que sé cosas sobre esta y cómo se interpreta. Es algo intrínseco en mí y parece activarse en los momentos adecuados. Incluso antes del final de Sonic Youth, pensé, “Para cuando tenga 40, será una edad avanzada para seguir haciendo esto”. Pero es un estilo de vida, como lo es el blues o el jazz para los músicos que los interpretan durante toda sus vidas.

¿Cuál fue la última obra de arte que te conmovió?

He visto algunas películas increíbles, si consideras eso como una forma de arte. Zona de interés fue magnífica.

¿Qué te pareció Barbie?

Me gustó. Tuve la Barbie original en 1959. No me molestó en lo absoluto que la película utilizara esa plataforma para hacer esta reflexión feminista. Me gustó ver como Ken descubría el patriarcado; fue divertido. La película pudo haber sido mucho peor, pero fue encantadora. Sin embargo, tengo que diré que hizo ver a Mattel como si fuera genial o algo así, pero a fin de cuentas sigue siendo una corporación.

¿Qué opinas de que los medios hayan declarado al 2023 como “el año de la mujer” gracias a esa cinta, Taylor Swift y Beyoncé?

También he escuchado que lo han descrito como el año de la muñeca. No quiero desmeritar a Beyoncé o a Taylor Swift, pero la manera en que lucen en el escenario es un tanto irreal. Ambas son estas figuras perfectas. Es por eso que me gustó Poor Things. A medida que se va desarrollando, Bella pasa por todo lo que han tenido que pasar las mujeres en las diferentes etapas de la cultura. Es como un Pygmalion de horror.

¿Qué consejo le darías a tu yo más joven?

Que tenga mayor confianza y no se tome todo tan en serio.

¿De qué te arrepientes?

De no haber pasado más tiempo con mis padres cuando estaban con vida.

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Ya casi se cumplen 30 años desde la muerte de Kurt Cobain. ¿Cuáles son tus recuerdos más preciados de él?

Es difícil de creer, pero tiene sentido. Mi hija nació ese año y ya tiene 29 años. Todavía tengo recuerdos vívidos de él riendo, sonriendo y tonteando en el backstage. También ofreciendo estos shows maravillosos y tocando su batería. Él hacía esas cosas de una manera que no le he visto a nadie más.

Los artículos de Nirvana se están vendiendo mucho últimamente.

Oh sí. Me causa gracia estar caminando y ver personas usándolos. Puede que les guste Nirvana, ¡como puede que nunca hayan escuchado de la banda!

¿Cuáles son tus deseos y temores respecto a las elecciones de este año?

Mi deseo es que Biden salga y alguien como Gretchen Whitmer entre. Mi temor es que vayamos a tener a Trump y a Biden de nuevo. Cualquiera de los dos es de temer.

¿Qué opinas sobre una candidatura del actual gobernador de California, Gavin Newsom?

Él no es el peor, pero tendría que cambiar ese peinado si quiere ser presidente.

¿Qué tendría que ocurrir para que te interese hacer una reunión de Sonic Youth?

No lo sé. Nunca sería tan bueno como lo fue alguna vez.

¿Qué piensas sobre la autobiografía de Thurston Moore?

No la he leído. Me alegra que finalmente pudiera sacar algo.

Nombra a alguno de tus héroes.

Supongo que Joan Didion es una especie de heroína, aunque vendría siendo más un antihéroe. No es el típico modelo a seguir, pero me identifico con su manera de escribir, con su firmeza, con ser quien fue durante aquellas épocas y ser una mujer periodista.

¿Te mantienes al día con el indie rock moderno?

No, pero me gusta esta chica Kelsey Lu, quien va a estar tocando junto a nosotros. Ella es interesante; toca el violonchelo.

¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?

Neil Young me dijo que no importaba qué tan buena fuera tu voz, en términos de rango o lo que sea. Lo importante es lo auténtica que suene. Eso me quedó grabado.

Han pasado casi 10 años desde la publicación de tus memorias, Girl in a Band. ¿Qué impacto tuvo en ti haberla escrito?

Supongo que pensé más sobre mi vida: cómo llegué hasta donde estaba y de dónde provenía. Siempre sentí que era la misma persona que cuando tenía cinco años. Tal vez eso fue lo que hizo que las personas se interesaran en mí.

¿Te sorprendió el éxito del libro?

Sí, absolutamente. Aunque para ser honesta, no fue mi idea escribir una autobiografía. Creo que la gente vio lo bien que le fue a la de Patti Smith, así que estaba pendiente de lo que fuera a salir. Pensé, “Me gusta escribir. Quizás este sea un buen momento para descubrir cómo llegué hasta donde estoy”.

¿A qué conclusión llegaste?

No creo en las conclusiones.

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