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Juice WRLD intentó luchar contra sus demonios en su último álbum

El segundo disco póstumo del artista es una oda a las tentaciones, el amor incondicional y la persistencia

Por  ROLLING STONE

diciembre 10, 2021

A través de interludios hablados y colaboraciones el LP construye una historia completa sobre los últimos momentos del músico.

Juice WRLD

Sobre la medianoche llegó el que sería el último disco del rapero Juice WRLD, Fighting Demons, el cual pretende ser una oda a su trayectoria como artista y a su vez, a quién se ocultaba detrás del energético intérprete en los escenarios, Jarad Anthony Higgins. En su entrega más reciente conocemos a profundidad los pensamientos que colmaban su cabeza, los cuales desencadenaron en una serie de demonios y eclipsaron su posibilidad de seguir creciendo como artista. Sin embargo, quizá lo que más peso tiene sobre la narrativa de este LP es el amor y el conocimiento propio que tenía Juice al saberse enamorado.

El álbum abre con ‘Burn’, un tema que recopila melodías etéreas entrelazadas con las rimas del artista y los sonidos de disparos. “Mi corazón está doliendo, déjame sangrar, esa es la única forma en la que encontraré paz” canta el músico “adormecer el dolor con mis riquezas” continúa mientras el sonido se difumina. Después de esa canción llega una de las composiciones que tiene más carga en el disco, no solo por su parte rítmica, sino por el contenido lírico. ‘Already Dead’ tiene un inicio impactante “¿Puedes ver el dolor en mi risa? los demonios de mi pasado regresan” enuncia Juice, “perdí mi corazón, lo perdí todo”. A este punto, es inevitable desconocer el rol que jugaron las drogas y la adicción dentro de su carrera, pues pese a tener un futuro brillante, su lucha contra la depresión y los opioides inspiró mucho de su material.

Por este motivo, varias de las líneas que ocupan sus canciones describen precisamente, el impacto que tuvo el xanax en su vida, no obstante, lo que más resulta desalentador en esta segunda canción es la última línea, la cual pareciera estar permeada por un hecho premonitorio: “ya estoy muerto, he estado muerto por muchos años”. Sin embargo, el disco sigue su paso en una nota más alegre, incluso, una más motivacional si se quiere. ‘You Wouldn’t Understand’ toma fuerza en los beats característicos del trap, seguido de un juego de versos que denotan el tiempo y complejidad de la pieza. El constante ir y venir de los tiempos en las rimas marca un episodio distinto en el LP, el cual es sucedido por un dueto junto a Justin Bieber.

Sigue un interludio a cargo de Eminem, quien alaba la habilidad del joven rapero para el estilo libre, su destreza para mostrarse sincero a pesar de la adversidad y el respeto que tiene por aquel nuevo acto que solo soñaba con convertirse en una estrella como sus ídolos. Pronto regresamos a la discusión sobre las drogas, la cual es abordada desde la sobriedad por parte de ‘Slim Shady’; a su vez el intérprete no puede evitar lamentar la pérdida de tantos músicos a manos de una batalla sigilosa y solitaria, pues acabó con un ‘Rockstar In His Prime’.

Higgins se sincera nuevamente en ‘Doom’, en donde habla sobre los momentos en los que las relaciones no fluyen, sino que por lo contrario, se encuentran con retaliaciones del pasado, disputas y egos. Como todo artista, debe haber un tiempo para parar y contemplar lo logrado, por lo cual ‘Go Hard’ es aquel tema dedicado a contar fajos de billetes, el ‘hype’ y el fuego que aviva la relación con los fanáticos. Luego, esta sección cierra con otro interludio, esta vez en voz del mismísimo Anthony, quien tiene un monólogo sobre la adicción, el sentirse excluido por decir abiertamente que sufre de ansiedad o depresión, y los periodos de aislamiento a los que conducen este tipo de desórdenes.

Llegando a la mitad del LP están ‘Not Enough, ‘Feline’ y ‘Relocate’ los cuales son una interpolación entre riffs de guitarra, el poder adquisitivo que confiere el dinero y las pandillas. La disputa parece ser un tema recurrente en este disco, puesto que no es un secreto que Juice había participado en riñas entre cuadrillas, aunque en esta ocasión parecen estar avivadas por la fama, el respeto y el ego. El disco retoma su camino catártico en ‘Until The Plug Comes Back Around’, un tema sobre cómo nuestra cabeza puede jugarnos malas pasadas, otorgándonos el tiempo para sobrepensar y caer en un espiral de culpa auto infligida. 

‘From My Window’ continúa la historia sobre cómo es ver el mundo desde la perspectiva de un rockstar atormentado por las tentaciones, el sexo, la droga y lo efímero de la fama; pero, la cordura parece retornar en ‘Girl Of My Dreams’, la balada (al estilo de Juice) que exclama a los cuatro vientos la dicha de estar enamorado. La mención a escritores de canciones románticas como John Legend y los ‘falsos’ parecen esfumarse cuando se trata de escribir una historia de amor, por ello Higgins convocó a una estrella pop de talla mundial, SUGA de BTS. La colaboración pareciera ser inusual, más aún para aquellos que desconocen el dueto grabado por la agrupación de K-pop y el rapero de Chicago, sin embargo, lo atractivo de este tema es el cruce entre sentimientos similares, pues Yoongi hace referencia a la permanente estadía de la soledad, la cual pese a estar en compañía de otros, no se aleja por ningún motivo; asimismo, divaga por los altos y los bajos de la vida, reír mucho, llorar mucho y amar en exceso.

Finalmente, esta pieza discográfica cierra con ‘Feel Alone’ y ‘My Life In A Nutshell’, los cuales marcan un punto importante en el disco. Contrario a lo que sucedió con Circles, el disco póstumo de Mac Miller, este álbum pareciera contar con una pieza restante del rompecabezas, algunas melodías están inconclusas y los beats son repetitivos. El legado de Juice WRLD pareciera pender de un hilo hasta que el último track del LP llega a los oídos del escucha. Pese a que la enteridad del álbum pareciera ser una movida comercial, más que un tributo al protagonista de los temas, la sinceridad que denota la lírica que permea el proyecto es indiscutible, no obstante, aún resta la complejidad artística de Anthony, la cual pareciera esfumarse entre líneas.