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Juanpalitoschinos y la fuerza nostálgica de Natsukashii

Con una clara apuesta por fusionar el pasado y el futuro, el dúo mexicano nos adentra en la historia de su álbum debut.

julio 3, 2024

Cortesía.

“¡Estamos trabajando en un futuro brillante!”, dice Juanpalitoschinos a ROLLING STONE en Español, tan solo unos días antes de abrir el show de The Marías en el Foro Puebla. Bajo un extenso halo de luz celeste, las siluetas de Friné Alejo y Joan Page se deslizan sobre el escenario en medio de una fiesta de city pop e indie latinoamericano, que contrasta con letras sobre amor melancólico. Pronto, una energía desmedida les lleva a despojarse de sus sacos marrones y lentes oscuros; en medio de un supuesto caos, el dúo mexicano honra su llegada y su lugar en la escena musical. 

El camino de Juanpalitoschinos está marcado por una serie de eventos afortunados. Una invitación a jugar “Calabozos y Dragones” les hizo conectar de manera virtual, pero no fue hasta que charlaron sobre cine y música, que ambos entendieron la similitud de sus aspiraciones artísticas. Más tarde, Friné se sumó al equipo de trabajo de Never Seen Autumn, proyecto alterno de Joan, cuyas convivencias posteriores a los shows en vivo les permitió trazar los inicios de la banda.

cortesía Juanpalitoschinos

“Hablamos de city pop y bedroom pop; de Luis Miguel y Jamiroquai, y de todas las cosas que nos gustaban al respecto. Notamos que había un espacio en la música hispanohablante para este tipo de música, que no existía algo que nos provocara esa misma emoción, así que creamos Juanpalitoschinos, pero nunca con la intención de inventar un nuevo género, al contrario, lo que hicimos fue incorporar muchas referencias que luego se transformaron en un sonido bastante único y eso le gustó a la gente”, relatan los músicos, mientras portan sus clásicos atuendos corporativos.

Friné y Joan crecieron rodeados de música. Para la también ilustradora y artista visual, mantener un constante intercambio musical con su papá, Luis Fernando Alejo, quien hoy es director musical de Juanpalitoschinos, le permitió descubrir artistas como Björk o Nikki Clan. “Disfruto mucho la música. Un día, mi papá me invitó a cantar un par de canciones en un proyecto de cumbia, pero me daba mucha pena. Me armé de valor y luego grabé algunos coros para unos amigos. Mi respeto por la música surgió porque él se dedicaba a eso, pero yo me cuestionaba si de verdad quería aventarme a vivir de la música”, recuerda Friné.

“Mi historia fue al revés, yo quería hacer lo que mi papá dijo que no”, medita Joan, quien evoca a Billy Joel y Fito Páez como algunos de sus referentes. A los 25 años, su papá, Gustavo Guerrero, decidió hacer a un lado la música y resguardar su pasión en un estudio casero lleno de instrumentos, entre ellos, un DX7 que, hasta el día de hoy, es la base armónica para muchas canciones de la banda. “Mi relación con la música se formó en las carreteras, con un montón de discos. Entré al coro de la escuela y luego mi hermano aprendió a tocar el piano y empezamos a hacer covers, pero desde un lugar muy egocéntrico.

Después empecé a escribir y me di cuenta que me servía profundamente. Nadie me preguntaba cómo me sentía, así que eso me ayudó a plasmar todo lo que estaba pasando conmigo y seguí. Friné y yo somos diferentes con respecto a la música; ella tiene muchísimas referencias, escucha muchos géneros y artistas, y yo soy lo opuesto, es difícil que algo entre en mi rotación musical diaria, pero eso nos ha complementado”, señala Joan. “Mis playlist son una mezcla, hasta tengo sones cubanos. JP es más grunge, más indie rock”, añade Friné.

Con un par de propuestas musicales en marcha, los cantautores encontraron su identidad en “Juanpalitoschinos”, un username que Joan creó a los 13 años, inspirado por los Juegos Olímpicos de Beijing. “En resumen: JP es un palito y yo tengo chinos”, bromea Friné. “Joan puso el nombre sobre la mesa y pensamos que sonaba chistoso. Realmente no nos pusimos muy serios a la hora de crear el proyecto, pero la gente empezó a acordarse de nosotros y supimos que había sido una buena elección”.

cortesía Juanpalitoschinos

Juanpalitoschinos comenzó a tomar forma gracias a una fuerte propuesta visual marcada por el anime, el cine, el diseño, la fotografía y la arquitectura. “Empezamos a escribir las canciones y todo el sonido se apegó a la parte visual. Definimos, por ejemplo, que iba a ser cinemático, con fotografías, sin ilustraciones, con un tipo de imagen en específico; prácticamente, que íbamos a musicalizar lo visual. Así nació el proyecto. Es una regla que mantenemos, y va desde cómo suena la música, hasta cómo nos vestimos”, explica Joan.

“Hemos sido bastante exigentes en este tiempo. Nos fijamos mucho en no ser una banda que únicamente muestra lo que siente, sino que se representa a través de lo visual, por eso incorporamos lo que nos gusta en la parte estética del proyecto. A veces, hemos tenido encontrones porque nos cuestionan por qué no hacemos cosas diferentes, pero no queremos, no lo vamos a cambiar”, agrega Friné.

En febrero de 2020, Juanpalitoschinos inauguró su historia en la música con el lanzamiento de ‘Bellavista 130’, una balada nostálgica sobre las primeras sensaciones del amor. “Fue bien recibido, pero más que nada por amigos y familia, entonces decidimos hacer algo más ambicioso”, indica Friné. Ochos meses más tarde, en pleno confinamiento, el dúo presentó ‘Lo que tú me das’, una canción que definió el sonido de la banda y que, tras su viralidad en TikTok, los colocó en el radar de la escena mexicana independiente.

“Le atinamos un poquito más al sonido que ahora tiene Juanpalitoschinos; la pandemia nos hizo empezar a sonar diferente. En ese momento, nuestro hobbie dejó de serlo y decidimos tomarlo en serio, trabajar como si se tratara de un proyecto de verdad. Las personas nos voltearon a ver, incluso, preguntaron por el disco, y entendimos que podíamos hacer algo grande”, afirman.

En ese entonces, con tan solo tres demos, el ascenso de Juanpalitoschinos llevó su propuesta musical a lugares que parecían inimaginables, uno de ellos, la radio japonesa. “Nos empezaron a escuchar en muchas partes del mundo y las personas se encargaron de hacérnoslo saber. Un día, encontramos algunas publicaciones en japonés que recomendaban “Una vez más” y nos dimos cuenta que estábamos en el conteo de J-Wave, una estación de Tokio. Llegamos al lugar 91 de 100”, enfatiza JP. “Es un logro personal. Nos gusta mucho la cultura japonesa; que nos escuchen y que la barrera en español se haya vencido es algo muy grande. Sentimos lo mismo cuando sonamos por primera vez en Estados Unidos”, suma Friné.

Un viaje sonoro que evoca el pasado y augura el futuro

Natsukashii es muy honesto, muy emocional”, comparte la banda sobre su álbum debut. Durante cuatro años, Friné y Joan fusionaron la magia vintage del city pop, el groove del funk y la fuerza del indie latinoamericano, para darle vida a una fiesta sonora que se desenvuelve entre melodías de ensueño y letras nostálgicas. “Este disco representa el viaje que transitamos para descubrir quién era Juanpalitoschinos. También habla sobre quiénes fuimos nosotros, de las cosas que vivimos y sentimos, de las inseguridades; pero más allá de una historia, es una carta de presentación con pedacitos de honestidad y vulnerabilidad”.

El álbum se escribió en la sala de JP, con un piano desafinado, y bajo la única certeza de plasmar la dualidad emocional que existe en torno al anhelo y la añoranza de lo que ya no está presente. “No nos pusimos muchas trabas a la hora de escribir”, expresa Joan. “Lo que sí sabíamos es que no queríamos hacer baladas para sufrir, al contrario, queríamos provocar movimiento, baile y todo lo que eso nos hace sentir. Intentamos encontrar un balance entre la nostalgia de las letras y el sentimiento de la música que, de una u otra forma, te dice que todo está bien”.

Para el dúo, Natsukashii muestra, además, una cronología sobre sus procesos creativos: “Se nota la progresión; se escucha la esencia de nuestros inicios, pero también el nuevo sonido de Juanpalitoschinos. Para nosotros fue fundamental la composición de las melodías, las letras y las armonías, porque queríamos llevar las canciones a un sonido único. Nos esforzamos por hacerlas funcionar únicamente con el piano y la voz, y así logramos agregar más elementos en la producción. Aprendimos a dejar ir muchas cosas durante el proceso. Al principio, sacamos los sencillos cada seis meses y la gente lo entendió, incluso, nos decían que no nos preocupáramos, porque sabían que nos tardábamos por ser tan perfeccionistas, y eso cambió con el tiempo”.

El universo de Natsukashii nos remonta a las pistas de baile, al esplendor nocturno de las ciudades y a “una época lejana extrañamente situada en el presente”. Con la salida de algunos adelantos como ‘Hacerte bien’ y ‘Me hago mal’, Juanpalitoschinos conceptualizó el disco como una noche de fiesta en la Ciudad de México. “Aterrizamos muchos aspectos de nuestra vida. Antes teníamos trabajos de tiempo completo, así que pensamos en esas salidas después del trabajo, en los viernes de quincena, que siempre se disfrutan mucho porque no sabes si lo vas a vivir otra vez.

Cuando nos conocimos, empezamos a salir a muchos lugares y fiestas, entonces, como no teníamos dinero para el taxi, caminábamos por la ciudad. Toda esa estética se integró en el disco para reflejar lo que para nosotros es una noche en México; a veces te enamoras, te acuerdas que quieres a alguien o te mandan lejos, pero en ningún punto se detiene esa energía. Visualmente, Natsukashii somos nosotros, vestidos de oficina”, narran.


Natsukashii es el resultado de lo que fuimos y sentimos en ese momento


Natsukashii es un material completamente virtuoso. A lo largo de doce temas, el trabajo instrumental y la prodigiosa unión de sus voces revelan un viaje que evoca el pasado y augura el futuro. Canciones como ‘Diles’, ‘Work it out’, ‘Estoy muy bien’ o ‘Una vez más’ muestran destellos musicales envolventes, a los que se integran arreglos sutiles que van desde electrónica, hasta bossa nova.

cortesía Juanpalitoschinos

“Nunca quisimos apegarnos a un solo género”, puntualiza Joan. “Muchas canciones surgieron por conversaciones que tuvimos sobre lo que estábamos viviendo o escuchando en ese momento, por ejemplo, Tom Misch. Nos decíamos: ‘Oye, me emocionó escuchar esta rola, ¿por qué no hacemos algo así?’. Intentamos aterrizar conceptos complejos a algo más digerible, y pasamos de no saber tanta técnica, que es algo que te permite hacer cosas raras y que funcionen, a hacer bossa nova, que prácticamente es jazz brasileño. ¡Nosotros no sabemos hacer jazz! Es posible que en el futuro exploremos más cosas, pero será para acoplarnos a la narrativa visual, es decir, si la estética llama a otro tipo de música, la verdad es que no nos va a dar miedo hacer ese salto”.

El trabajo visual de Juanpalitoschinos no solo les ha permitido mostrar su eje creativo, sino también, un retrato auténtico e introductorio de su identidad musical. “No nos enfocamos en contar una historia, más bien, es una presentación de lo que somos”, asegura Friné, mientras resalta la producción de los videos musicales, a los que han sumado escenarios entrañables como los metros de la Ciudad de México y Los Ángeles. “Los videos han surgido a partir de colaboraciones con artistas o fotógrafos que siempre nos han gustado y que quieren trabajar con nosotros.

Cada creativo es diferente, pero siempre retratan lo que queremos mostrar que es, además de la melancolía feliz, la visualidad de la cultura mexicana; a nosotros disfrutando de las calles. Siempre procuramos integrar la cuestión atemporal, porque la ciudad tiene esos toques modernos, pero le ponemos detalles vintage con la ropa. Normalmente, las personas nos dicen que esto les recuerda a algún momento específico de su vida. Por ejemplo, cuando viajamos a Los Ángeles escogimos espacios decadentes o que incorporan la arquitectura que le gusta a JP. Siempre apostamos por espacios atractivos, y no van a ver una historia complicada, solo a nosotros mismos siendo y bailando”.

“Los videos nos sitúan en un espacio muy específico. Hay una temporalidad y también cierta facilidad para conectar con la banda, porque nos mostramos como somos. Un día, decidimos ir a un restaurante, pusimos una cámara y comimos frente a ella; ahora la gente nos dice que pone el video para comer con nosotros. Cosas así nos funcionan, pero es algo que sale de manera natural. Hay videos que se planean un día antes, otros con un poco más de tiempo, sin embargo, la línea es la misma: buscamos un encuadre, en el que estemos los dos, y entonces sucede una acción, como cuando bailamos en un club de salsa para ‘Cuando me amabas’”, añade Joan.

El futuro de Juanpalitoschinos

Natsukashii se vuelve una carta personal y un paso a lo que sigue, en su sonido se escucha nuestro aprendizaje y evolución”, escribió Friné tras la salida del álbum. La cantante recuerda cada canción como un espacio de liberación que les permitió combinar múltiples emociones y, además, ofrecer un nuevo aire a la escena mexicana. “Siento que evocamos lo que en su momento hizo Belanova, aunque con un aspecto más personal. Bien pudimos haber hecho todas las letras como ‘Work it out’, pero no, cada uno puso su sentir en las rolas y nunca nos cuestionamos por qué las hicimos así”, remarca.

La evolución del proyecto está implícitamente conectada con la dualidad que viven entre el pasado y el futuro. Así, mientras Friné apuesta por lo enigmático que puede resultar el porvenir, Joan reconoce su apego por el pasado. “Si no, no habría rolas”, cuenta entre risas. Sin ningún criterio sonoro o lírico de por medio, el dúo predice su lugar en la música como una oportunidad para hacer que las personas pasen un buen momento. “Queremos crear cosas genuinas y honestas que inspiren a los demás a hacerlo a su manera”, mencionan.

“Al final, pase lo que pase, y a pesar de las diferentes perspectivas que podamos tener, lo que mantiene a Juanpalitoschinos es la conexión genuina del proyecto. A las personas les gusta el sonido de nuestras voces y lo naturales que son las armonías, las letras y las melodías. Por más que queramos sonar modernos – creemos que lo logramos –, nos gusta encontrarnos en las canciones cursis de Luis Miguel o Juan Gabriel, en las canciones viejitas de nuestros papás; y nos gusta sumarlo a la propuesta. Todo eso es Juanpalitoschinos, una conexión genuina que busca ser un referente para los nuevos proyectos musicales y audiovisuales, y que apuesta por un futuro brillante”.

Su siguiente paso es certero. En tan solo dos meses, luego de presentarse en Perú, Argentina y Chile, Juanpalitoschinos pisará por primera vez el Lunario del Auditorio Nacional, y comenzará una extensa gira por México. A su vez, esperan la salida de una colaboración importante junto a uno de sus proyectos favoritos. “No depende tanto de nosotros, pero la canción está hecha; ya la grabamos y editamos. Tenemos la fortuna de que muchas bandas que han sido nuestros referentes, como Last Dinosaurs o The Marías, reconocen nuestro trabajo”, suelta el dúo.

A un mes del lanzamiento de Natsukashii, Friné y Joan ya hablan sobre su próximo disco. “Iniciamos algunas ideas, tenemos uno que otro demo, pero también estamos pensando si debemos escribir desde cero. Para inspirarnos hablamos de música, de cosas que hemos visto y que nos emocionan. En esta ocasión, definitivamente no nos va a tomar otros cuatro años. Estamos con manos a la obra”, revelan.

El frenesí de los últimos acordes hace que el nombre de Juanpalitoschinos se extienda a lo largo del recinto. Friné y Joan se alzan con orgullo ante los claroscuros del escenario, pues han cumplido la misión de adentrarnos en la celebración de la nostalgia. Los músicos entienden que el futuro también se construye con el pasado, y con múltiples historias por contar dentro y fuera de los escenarios, abrazan la libertad y la autenticidad para trazar un camino tan brillante como las casualidades que, hoy, los sitúan como uno de los proyectos más ambiciosos de la escena latinoamericana. “Lo que queremos o nos gusta siempre llega”, concluye Juanpalitoschinos.

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