La creciente implementación de la tarifa dinámica en la venta de boletos de conciertos y demás eventos en vivo ha sido un tema de discusión a lo largo del último año, especialmente después del anuncio de la gira actual de Taylor Swift, The Eras Tour.
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Para ese entonces, grandes cantidades de admiradores que querían adquirir una entrada se toparon con la sorpresa de que el valor de cada una variaba constantemente, llegando a costar miles de dólares en el sitio oficial de Ticketmaster. Y si acudían a sitios de reventa, esta cifra alcanzaba los cinco dígitos.
En medio de la polémica, en febrero el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se pronunció al respecto y le sugirió al Congreso del país que impusiera límites en las tarifas que pueden aplicarse en los boletos de la industria del entretenimiento en vivo. La propuesta ha sido denominada como la Ley de prevención de tarifas basura (junk fee prevention act).
Recientemente, Biden volvió a abordar el tema, esta vez desde sus redes sociales. “Las entradas de los conciertos ya son bastante difíciles de conseguir, por lo que no se debería tener que pagar tarifas de servicio sorpresa”, escribió el mandatario en su cuenta de X (antes Twitter). “Mi administración está trabajando para eliminar esas tarifas basura para que desde el inicio puedan saber qué es lo que están pagando”.
Y aunque Ticketmaster –la compañía que implementó la tarifa dinámica– ha manifestado que está de acuerdo con las reformas que “beneficien a los artistas y fans”, lo cierto es que esta modalidad aún se sigue aplicando. Incluso está llegando a otros países como Colombia, donde hace unas semanas la agrupación Morat agotó dos fechas de estadio, pero dejó un sinsabor en su fanaticada que, al momento de comprar, se topó con precios diferentes a los que se habían anunciado en un principio.
Robert Smith ha sido uno de los artistas que más ha protestado en contra de la tarifa dinámica, partiendo de la prohibición de este tipo de cobro en la reciente gira de The Cure. Sin embargo, de nuevo Ticketmaster hizo de las suyas y le añadió un costo de servicio bastante elevado al valor de los boletos. En algunos casos, dicho valor era más alto que la entrada en sí misma.
“Estoy tan disgustado como ustedes por las tarifas de Ticketmaster”, dijo el músico apenas estalló el escándalo. “Para ser claro: el artista no tiene el poder de controlar esto. Les he preguntado cuál es la justificación de todo, así que si obtengo alguna respuesta medianamente coherente, les estaré informando”. Después de sus reclamos, Smith llegó a un acuerdo con la compañía para compensar a los seguidores de la banda con una cantidad de dólares.
