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Future of Music: Arath Herce

El músico veracruzano ha cautivado al mundo con sus letras introspectivas y sonido folk

Por  PATRICIA GUERRERO

mayo 8, 2024

Bruno Bancalari

La relación de Arath Herce con la música comenzó cuando solo tenía ocho años. Desde que descubrió su conexión con la lírica, continuó escribiendo hasta llegar a los oídos de las grandes disqueras por su sonido único, inspirado en el folk y el indie rock. Su álbum debut, Balboa, fue grabado en el año 2019, pero no fue hasta el 2021 que llegó a los oídos del público. El título toma prestado el nombre de la calle donde Arath había vivido toda su vida. Bajo el concepto de casa y hogar, la entrega discográfica engloba canciones que relatan diversas historias de cuando residía ahí con su familia, con detalles en el arte de portada del disco que muestran su reflejo frente a una ventana de su vivienda. Las temáticas sobre la familia, el crecer hacia la adultez y los cambios que conlleva hacen que cualquier persona se pueda identificar con su canto.

La música del artista veracruzano se caracteriza por sus letras personales y sinceras que tienden a pintar escenas autobiográficas de una manera tan vívida que casi puedes introducirte en ellas al momento de escucharlo. Momentos fugaces, como observar a su madre mirar la lluvia caer a través de una ventana, han llevado a Arath a crear temas como ‘Lluvia’. “Y las nubes se deshacen/Mientras duerme la ciudad/Yo me pongo tu vestido/Y espero en el zaguán”, la proeza lírica del cantante evidencian una sensibilidad innata. Su manera de hallar profundidad en el día a día y crear arte a partir de eso es una habilidad propia de un poeta.

Sin miedo a mostrarse muy personal, Arath crea un himno en ‘Quiero sentirlo todo’. Escrito en un momento oscuro donde sentía que no estaba haciendo mucho con su vida, fue sacudido por la muerte de dos personas cercanas de su edad. Su reacción inspiró la letra, versos sobre querer probar todo lo que la vida tiene que ofrecer y luchar para que valga la pena. “Supongo que la muerte es un tema que nos persigue a todos. De una u otra forma hace que la vida cobre sentido, así como escribir una canción de amor y conocer la soledad”, contó a Rolling Stone en Español. Es una canción que escribió para sí mismo, porque necesitaba escucharla, pero termina por evocar sentimientos universales. “No quiero que me encuentre el final en una vida ajena/Que por nadie para el reloj de arena”, canta hacia el final de este sencillo.

“Pero mi mente perdida en el retrovisor/ Que ya he olvidado por completo de dónde venía/Y tal vez no llegue el día de saber dónde voy/Pero casi llegamos, amor”, el concepto antitético detrás de ‘Ya casi llegamos’ comprueba que Arath Herce tiene una habilidad única para poner en palabras cosas que todos hemos sentido o pensado. En su proceso creativo, entre rimas que suenan tan orgánicas que podrían parecer casualidad, figuras retóricas y analogías, Arath prioriza la fonética en sus versos, cuidando que cada palabra se entrelace a la perfección con la siguiente, creando una fluidez que hace imposible el evitar seguir escuchando. El video oficial del sencillo fue codirigido por Juan Pablo López Fonseca y Natalia Lafourcade, en su debut como directora. Fue grabado en Veracruz, tierra de origen de Arath y lugar donde Natalia creció.

Aunque la escritura de Arath suele ser autobiográfica, el cantante asegura que no se tiene que cantar sobre uno mismo para compartir algo personal. Un artista siempre deja algo de sí en su arte, aunque sea de manera inconsciente. Tal es el caso de ‘Seguro lo sabremos al final’, tema que compuso desde la perspectiva de su padre tras ver una fotografía (que ahora ilustra el sencillo) de su abuelo cuando era joven; él terminaría por abandonar a su familia.

Aunque no haya vivido la singular experiencia de su padre, Arath imprime en el tema un fragmento de la historia de su hogar, un pedazo que lleva consigo. Es una magia única que solo se encuentra en la música y la escritura. Arath incluso ha compartido que es una canción que lo lleva de regreso al lugar de donde viene.

Balboa relata una especie de viaje. Canciones como ‘Ya casi llegamos’, ‘Quiero sentirlo todo’ o ‘Cuánto hemos cambiado’, tratan un tránsito, sea físico o espiritual. Para Arath, representa el viaje de vivir y crecer. “Llevo mis canciones como un diario, y espero poder ver hacia atrás y poder recordar lo que estaba viviendo”, confiesa. El músico nos ha entregado un retrato de la persona que fue, una carta introductoria a su pasado en la que narra las vivencias únicas que lo han convertido en el adulto que es ahora, al mismo tiempo que nos hace remontarnos a nuestra propia experiencia y camino a la madurez. O si aún seguimos cursando el camino, es muy probable que el hecho de escuchar que Arath parece encontrarlo hacia el final del disco nos aliente a continuar en la búsqueda.

Las habilidades de composición de Arath no han saciado sus ganas de sumergirse en cada paso de la creación de su arte. Tras haber grabado y producido sus propios demos del álbum en su habitación, viajó a Londres para trabajar con el destacado productor inglés Jake Gosling (que ha colaborado con Ed Sheeran, Shawn Mendes y Major Lazer), y en Los Ángeles se unió al mexicano Áureo Baqueiro (con créditos en temas de Sin Bandera, Ha*Ash y Alejandro Fernández). En Londres, descubrió que su manera de aproximarse a la producción no era tan diferente ante la que implementan los grandes de ese campo. Se sintió en casa al grabar en un estudio íntimo y pequeño, mientras que en Los Ángeles pudo adentrarse en un gran estudio lleno de músicos. Al final, las versiones finales que podemos escuchar en Balboa son muy similares a los demos en términos de producción, ha revelado el cantante. Ambos productores respetaron el trabajo original de Arath y sus demos no fueron sometidos a muchas alteraciones, lo que da mérito no solo a sus capacidades como cantautor sino también como productor.

En tiempos de la modernidad líquida de Zygmunt Bauman, la aceleración en el mundo contemporáneo y una sociedad que prioriza la inmediatez, es refrescante escuchar a un artista que no tiene miedo a escribir canciones complejas, cargadas de significado y que incluso pueden llegar a acercarse a los seis minutos de duración. Arath encarna la idea de que el arte no puede ser forzado ni reducirse a ser solo un producto, un contenido más en una actualidad plagada por la llamada contaminación auditiva, con tanto ruido que resulta imposible escuchar todo lo que existe allá afuera.

El estreno de Balboa llegó junto a Balboa Naked, una versión sin la producción original, grabada en una sesión pocos meses después del estreno del álbum. Acompañado solo de una guitarra o piano en cada canción, Arath interpreta versiones más crudas donde todo gira en torno a su voz. Además de experimentar con la afinación de su guitarra, el lanzamiento también juega con el orden de las canciones del álbum, excepto por ‘Besos de despedida’, en ambas versiones cierra el álbum porque representa la conclusión de esa etapa adolescente en su vida. Ha confesado que a sus coproductores les costaba comprender el ritmo del tema hasta que les explicó que la canción le llegó cuando estaba en la playa viendo las olas del mar. De cierta forma, comenzó a imitar el sonido de las olas con su melodía, un ir y venir. Una traducción única de sonidos naturales a una bella composición que prueba la maestría intrínseca de su proyecto. Al final pudieron grabar la canción en una sola toma, con las luces apagadas.

“Las canciones son como fotos, y las fotos se hacen viejas. Tú ves una foto y a veces es difícil reconocerte; tenía que sacar un álbum que había grabado hace dos años. Para mí Balboa Naked me hizo reconectar con las canciones y también verlas en su forma original, ver cómo nacieron por primera vez en mi habitación, con mi guitarra y con mi voz”, nos cuenta. Para el artista, Balboa Naked también fue una ingeniosa manera de presentarse en vivo, ya que, por la pandemia, no le fue posible conectar con el público de manera directa tras lanzar su debut. Aunque tenía a la mano los números que recibía su estreno, ha expresado que le hizo falta sentir la recepción física del álbum al no poder girar.

El tono áspero y su timbre cálido dan vida a sus versos de manera que parece que ningún otro intérprete podría entonarlos. Una voz atemporal que en unas décadas provocará que los jóvenes del futuro nos envidien por haber presenciado los comienzos de este artista.

A casi tres años del estreno de Balboa, ansiamos su próxima entrega discográfica, la cual ha estado trabajando desde el lanzamiento de su debut. Al finalizar el 2023, una fotografía frente al micrófono adelantaba el comienzo de un “nuevo capítulo” en este año. Con publicaciones frecuentes que lo ubican en el estudio, la anticipación solo crece. Sus letras introspectivas, su inclinación hacia la experimentación y sus habilidades de producción convergen en un proyecto incomparable que lo llevará a destacar entre su generación. Balboa es solo la punta del iceberg de lo que nos espera en la trayectoria de Arath Herce.

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