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‘Euphoria’: Un descenso a los oscuros infiernos de la adolescencia

Estuvimos con parte del elenco de la serie sobre adolescentes más oscura en la historia de la televisión, hablando sobre el dolor, la adicción y la esperanza

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

enero 12, 2022

Eddy Chen/HBO MAX

“No hay nada parecido a Euphoria”. Estas palabras de Eric Dane, el actor que interpreta a Cal Jacobs, el padre de familia con una doble vida en la serie (y a quien los televidentes todavía recuerdan como McSteamy en Grey’s Anatomy), bien pueden considerarse como toda una verdad. Y es que este primer drama adolescente realizado para HBO MAX deja a 13 Reason Why luciendo como el show de Hannah Montana.  

Euphoria, al igual que In Treatment (otra joya de HBO MAX), está basada en una serie israelí y es un trabajo con una fuerte carga psicoanalítica. Sin embargo, la serie original, creada por Ron Leshem y Daphna Levin, posee el mismo nombre, pero está ambientada en los años noventa mientras que la versión norteamericana aborda la época actual. 

Curiosamente, Rodrigo García, el hijo de Gabriel García Márquez, fue el encargado de adaptar In Treatment, mientras que Sam Levinson, el hijo del prestigioso director Barry Levinson (Rain Man, Bugsy, Wag The Dog), es el artífice de la versión estadounidense de Euphoria. Pero para Levinson (director de la inquietante, polémica y violenta cinta sobre adolescentes Assassination Nation), este es un proyecto muy personal, ya que la mayor parte de su juventud la vivió en un mundo de excesos y adicciones. 

Quienes fuimos testigos de la primera temporada, sabemos que Euphoria es una serie tan oscura como el espresso más concentrado que se pueda degustar. Pero a diferencia del café negro y cargado, el cual genera una gran euforia en quien lo bebe, esta serie debe dosificarse con cuidado, a riesgo de generar en el televidente una fuerte depresión. Así de pesada es su energía. 

Si se intentara comparar a Euphoria con algún otro producto televisivo o cinematográfico, bien podría pensarse en la serie animada Big Mouth (menos el humor desenfrenado) o en las películas noventeras crudas y duras sobre juventud, sexo y drogas como Trainspotting, The Rules of Attraction, The Doom Generation o Requiem for a Dream (los cinéfilos más veteranos también podrían citar a las revolucionarias Christiane F, I Am Curious o la infame serie de porno softcore conocida como Schoolgirl Report como referentes).

Euphoria se inclina peligrosamente hacia los terrenos de la explotación, con sus escenas explícitas de sexo (ninguna otra serie de HBO MAX había sido tan cruda como esta), pero lo cierto es que, al mismo tiempo, este es un producto de una extraña belleza, magníficamente fotografiado, posee una construcción temporal tan arriesgada como sofisticada, y goza de unas actuaciones más que sobresalientes por parte de todo su elenco. Pero lo más importante es que, más allá de toda su oscuridad y crudeza (la cual aumenta significativamente para su segunda temporada), Euphoria trata a sus personajes con una ternura y una humanidad muy particular. Como también lo dijo Dane “Hay esperanza y una luz al final del túnel, pero no se puede tener luz sin oscuridad”. 

“Euphoria tiene que ver con el dolor y la oscuridad interior” afirma Zendaya, la joven prodigio quien interpreta a Rue, el centro de la serie. “Este es un programa que no le está diciendo a la gente cómo debe vivir su vida, pero sí puede hacer que las personas que lo vean se sientan menos solas en sus experiencias. En esta nueva temporada estamos probando la empatía que poseemos los seres humanos. Si aprendimos a querer y a amar a Rue, cuando la encontremos en su punto más bajo, la idea es que la sigamos amando y continuemos preocupados por ella. Que la reconozcamos como un ser humano que sufre una enfermedad como lo es la adicción y que sufre por algo que no puede controlar, ya que ella no posee las herramientas suficientes para superar su adicción… Si logramos hacer que el público empatice con su situación, tal vez podremos lograr esa misma empatía en el mundo real, con las personas que batallan contra la adicción. Eso es lo que siempre tengo presente en mi mente cuando trabajo en Euphoria. Es la idea de la esperanza. Para mí es muy doloroso interpretar a Rue porque me preocupo por ella… Necesitamos ver evidencias de esperanza y de redención. Necesitamos saber que ella va a estar bien. Mucha gente está conectada con Rue y una de las experiencias más bellas que he tenido es la de tener la oportunidad de que varias personas hayan compartido conmigo sus viajes hacia la sobriedad y cómo mi personaje los ha ayudado a articular sentimientos que no habían logrado articular por ellos mismos. Espero que las personas sigan amando a Rue hasta el final y que comprendan que ella es un ser humano que trata de encontrarle un sentido a su vida. Creo que Rue es una buena persona y que merece amor y cosas bellas, si ella se permite el espacio para recibirlas”. 

Sobre la segunda temporada, Zendaya afirma que no es fácil de ver. “Tiene momentos de humor, pero también momentos muy, muy oscuros. Más que los que vimos en la primera temporada. Sobre todo, en términos de desilusión y angustia. Pero también tiene que ver con la redención, la esperanza y la empatía. Estos conceptos siempre estarán presentes”. 

Euphoria también es sobre odio, drogas, sexo, baja autoestima, redes sociales, necesidad de aprobación, rechazo, violencia y muerte. Es una serie paradójica, ya que muchos padres de familia la consideran realista, pertinente e importante, pero jamás dejarían que su hijo adolescente la vea por su contenido explícito. ¿Es una serie que glorifica los excesos o, por el contrario, nos advierte sobre sus peligros? La respuesta a esa pregunta tiene que ver más con la percepción y el criterio de los televidentes que con el contenido del programa.    

Cuando se les preguntó a Zendaya, a Hunter Schafer (la actriz transgénero que interpreta a Jules) y a Dominic Fike (el joven músico que encarna a Elliott, el nuevo amigo de Jules y Rue) sobre lo que ellos les dirían a sus respectivos personajes si estuvieran en el papel de sus padres, Fike respondió de una manera inmediata: ¡Les patearía el culo! ¿Cómo así que fumando hierba en el cuarto? ¡Dios mío! ¡Mi hijo no!” 

Zendaya propone una aproximación diferente. Ella considera que “la madre de Rue trata de hacer lo mejor que puede, dada la situación e intenta ayudar a sus dos hijas. Pero no es fácil tener a una hija con un dolor que no le puedes quitar. Ella trata de ser tan comprensiva como le es posible y además trata de buscar la ayuda que su hija necesita y que ella rechaza. Creo que Leslie, la madre de Rue, hace lo mejor que puede y creo que no hay una mejor manera de tratar esa situación, pese a que las historias de adicción son todas diferentes. Una cosa que aprendí de Euphoria es que la adicción nos afecta a todos. Afecta a Jules, afecta a Gia (la hermana menor de Rue), afecta a Lexi (la amiga de infancia de Rue). La persona que lucha contra la adicción no es su única víctima. Es muy difícil pensar lo que haría yo si fuera la madre de Rue, porque hasta que no se esté en esa situación, no se puede saber lo que harás. No puedo decir si hay una forma correcta o equivocada de tratar la situación, porque es diferente para cada persona. Es una pregunta muy compleja y mi respuesta es que no lo sé”. A su vez, Hunter responde: “No se si puedo simular la perspectiva de un padre en mi cabeza todavía. Creo que asumiría la posición de un cactus. Me quedaría quieta por ahí (risas). La verdad es que no sé cómo lidiaría con mi hijo de Euphoria”.    

Euphoria es una serie acerca de las decisiones que tomamos las personas. Le preguntamos a Maude Apatow (Lexi Howard), a Sydney Sweeney (Cassie Howard) y a Alexa Demie (Maddie Pérez), por qué las personas, así como sus personajes en Euphoria, elegimos lastimarnos y lastimar a los demás. Sweeney responde: “Desafortunadamente, eso hace parte de la naturaleza humana. Sufrimos en la vida y hacemos sufrir a aquellos que nos aman. Esto hace parte de nuestro crecimiento y de nuestra evolución. Creo que no es que decidamos herir a la gente que amamos. Es que así es la vida. Cassie es un personaje que actúa impulsada por su corazón, más que por la lógica, y eso la lleva a herir a su mejor amiga”. Apatow complementa: “Vemos a los personajes reaccionar a diferentes cosas y responder a muchas situaciones. Es doloroso, pero no creo que lo hagamos de una manera consciente, como si dijéramos: ‘voy a herir a esta persona’”. Demie concluye: “Yo te perdono amiga. Te amo”. Hay mucho de verdad en este comentario. El perdón y el amor es la clave. 

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