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“Escandalizando a los peces”: cinco voces de la literatura queer latinoamericana

En el mes del orgullo LGTBIQ+ hacemos un repaso por escritorxs que han abierto el camino de la literatura queer en Latinoamérica y que debes conocer.

Por  LAURA VÁSQUEZ ROA

junio 28, 2024

Ilustración: LAURA VÁSQUEZ ROA

Usar la etiqueta literatura cuir o queer genera inconformidad, no entre quienes leen sino entre quienes escriben. ¿Tendría que ver con el tema del libro o más bien con que sus autoras y autores pertenezcan a la población LGBTIQ+? Esta discusión también existe en la literatura escrita por mujeres, que con mucha razón cuestionan la llamada “literatura universal”, mayoritariamente escrita por hombres, y su encasillamiento en un subgénero que por mucho tiempo se ha visto como menor. Por eso mismo, autorxs que hablan de la diversidad sexual en su literatura, reclaman no ser puestos bajo una categoría especial, así como no existe la categoría de “literatura heterosexual”.

Sin embargo, hablar de “literatura cuir” puede servirnos de excusa para verla como una etiqueta móvil que acerca a más públicos a cuentos, novelas y poesía de temas que no siempre han tenido un papel protagónico. Bien sea por practicidad para comerciar los libros o para usarlo como reivindicación de sus autorxs, en cualquier caso, la etiqueta tiene aires de disidencia y nos habla de un mundo en transformación. Que el mes del orgullo LGTBIQ+ sea una excusa para hacer un repaso por este grupo de escritores que han abonado el camino de una literatura disidente. Por supuesto, las listas siempre serán insuficientes, así que esta es una pequeña guía y una invitación para acercarse al mundo cuir desde las letras en español.

1. Pedro Lemebel:
“Me enamoré de ti como una perra y tú solo te dejaste querer”

latinta.com.ar

La voz de Pedro Lemebel es disruptiva incluso ahora que está muerto. Sobrevivió a la dictadura de Pinochet en Chile siendo abiertamente homosexual y de origen obrero. Como escritor, activista y artista plástico, fue un crítico acérrimo del fascismo y los autoritarismos de derecha, así como también criticó el machismo en las trincheras de la izquierda.

Su creación más prolífica la hizo como cronista y se encuentra en compilaciones como Adiós mariquita linda o La esquina es mi corazón. Su única novela, Tengo miedo torero, está repleta de belleza, dignidad y de aquel humor irreverente tan auténtico que atraviesa toda su obra, con el que denunció la desigualdad social de la sociedad chilena.

2. Tatiana de la tierra:
“mis esperanzas, arrastradas por la selva de mi carne”

latimes.com

La autora Tatiana de la tierra dedicó su vida a los libros y a la poesía. Nació en Villavicencio, una pequeña ciudad colombiana, pero se fue a vivir a Estados Unidos desde una edad muy temprana. Su pasión por la lectura la hizo convertirse escritora y bibliotecaria. En los años noventa, principalmente, enfocó sus esfuerzos en la revista coeditada Esto no tiene nombre, dedicada a la difusión del trabajo de lesbianas de origen latinoamericano.

Su escritura está marcada por su condición de migrante, lesbiana, latina y activista. Escribió en inglés, español y sobre todo en espanglish. Su misma biografía, el poema Oda a las lesbianas desagradables y el libro Píntame una mujer peligrosa (una que coma culebras, una que ladre, que se peine la barba) son algunos de los más destacados. Sus múltiples poemas no solo se encuentran en revistas, sino que rondan en internet con una simple búsqueda. Recientemente fue publicado el libro Redonda y Radical, de la editorial Sincronía, que nos entrega una compilación bella y muy cuidada de su obra.

3. Raúl Gómez Jattin:
“Está el jardín oloroso a sudor masculino”

vuelapalabra.com

Es considerado uno de los poetas más importantes de la costa Caribe colombiana. Raúl nació en 1945 en Cartagena y pasó gran parte de su vida en Cereté. Su obra da cuenta de una sociedad patriarcal y machista, sumida en los cánones de una tradición religiosa excluyente, que margina a la población homosexual. Su confrontación en la poesía fue desde el amor, el homoerotismo y el goce entremezclado con una naturaleza exuberante.

Las publicaciones más destacadas del autor fueron: Tríptico de cereteano, Amanecer en el Valle del Sinú, Del amor y Esplendor de la mariposa. Gómez Jattin obtuvo reconocimiento público a pesar de su corta producción literaria y aunque murió hace casi tres décadas, su poesía atrevida todavía resuena con fuerza.

4. Camila Sosa Villada:
“A las travestis no nos nombra nadie, salvo nosotras”.

planetadelibros.com.co

Las malas se convirtió en un libro imprescindible en la literatura contemporánea en español. Afortunadamente recomendar la obra de la autora es cada vez menos necesario, pues su reconocimiento es notable. La autora argentina mezcla prosa y poesía en distintos formatos para dar cuenta de la experiencia travesti sin reservas.

Además de escritora, Camila es actriz y dramaturga. Su poemario La novia de Sandro, la novela Tesis sobre una domesticación y el libro de cuentos Soy una tonta por quererte son una muestra de su voz disruptiva capaz de traer a un público más amplio una mirada honesta y sensible sobre las vidas de estas mujeres que el mundo se empeña en ignorar.

5. Fernando Molano Vargas:
“en casa han descubierto nuestros papelitos de amor”.

planetadelibros.com.co

Nació, creció y murió en Bogotá, la ciudad protagonista de toda su obra. Dos novelas (Un beso de Dick, Vista desde una acera), y un poemario (Todas mis cosas en tus bolsillos) lo sobrevivieron. En su literatura autobiográfica encontramos historias y experiencias que describen el amor entre dos jóvenes enfrentados a una sociedad prejuiciosa.

Fernando Molano Vargas tenía 36 años cuando murió debido a complicaciones relacionadas con el VIH, al igual que su compañero Diego Molina.

Una ñapa generosa:

La literatura que encara la diversidad sexual y su vasto universo de experiencias no se puede limitar a tan corto listado. Tampoco es fácil incluir algunas de estas voces que se han destacado por historias que huyen de la norma heterosexual y cisgénero, pero que no necesariamente se nombran como escritorxs queer. Ese es el caso del mexicano Carlos Monsiváis, el famoso cronista mexicano que nunca hizo pública su orientación sexual, aunque se sabe que era gay, y que no dudó en defender los derechos de la población LGBTIQ+ en su escritura y su activismo. Está también Cristina Peri Rossi, la grandiosa escritora uruguaya, exiliada y residente en Barcelona, que reniega de su encasillamiento como lesbiana asociado a su creación, pero que su genialidad y rebeldía marcan una obra extensa que, entre otros temas, da cuenta del deseo de las mujeres que aman a otras mujeres.

La lista, por supuesto, es mucho más larga y difícil de cerrar. Algunas de estas voces son Andrea Salgado, Giuseppe Caputo y Fernando Vallejo en Colombia; Manuel Puig y Reina Roffé en Argentina; José Donoso y Claudia Rodríguez en Chile; Luis Zapata, Sara Levi Calderón y Nancy Cárdenas en México… y si indagamos más, más nombres encontraremos. En distintas épocas, con diferentes inquietudes y apuestas estéticas, la literatura queer ha irrumpido como puede, donde puede y sin pedir permiso.

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