Dolly Parton es sin duda la estadounidense viva más querida en el mundo. Es una de las mayores exponentes de la música country, pero su alcance va mucho más allá de Nashville, desde el disco pop de ‘9 to 5’ hasta la gloria soft rock de su clásico dueto con Kenny Rogers, ‘Islands in the Stream’.
El 49° álbum de Parton, Rockstar, es su primera incursión en el rock & roll. Se le ocurrió hacer un LP de covers de rock después de haber sido inducida en el Salón de la Fama del Rock & Roll en 2022. Para hacerlo realidad, reunió a una increíble colección de las más grandes estrellas: Paul McCartney, Ringo Star, Peter Frampton y Mick Fleetwood participan en ‘Let It Be’; Elton John se une en ‘Don’t Let the Sun Go Down On Me’; y su ahijada Miley Cyrus canta en ‘Wrecking Ball’. Y cuando la artista tuvo problemas para conseguir colaboradores de primera línea, hubo otro de primera línea que tomó su lugar; al comienzo quiso a Jimmy Page y Robert Plant para ‘Stairway to Heaven’, pero como no pudo ser, llamó a Lizzo para que tocara la flauta; Mick Jagger tuvo un conflicto de horario, así que Pink y Brandi Carlile se hicieron cargo de ‘(I Can’t Get No) Satisfaction’.
Dolly quiso los himnos más grandes y llamativos. Su calidez, su espíritu aventurero y su toque característico hacen que todo lo que haga resulte entrañablemente realista, y la artista está a la altura de cualquiera de los pesos pesados vocales que invitó, ya sea sintiendo el latido de su corazón con Steve Perry en ‘Open Arms’ de Journey, o buscando castillos en el aire con Chris Stapleton en ‘Nights Move’ de Bob Seger.
Aquí, los mejores momentos son los gestos de sororidad, especialmente aquellos con compañeras de los 70; Parton rememora su época disco al lanzarse a la pista de baile con Debbie Harry, de Blondie, en ‘Heart of Glass’; y uno de los momentos más emotivos llega junto con Emmylou Harris y Sheryl Crow al rendir homenaje a Linda Ronstadt —quien ha estado inactiva en la música por motivos de salud— con una versión de su clásico ‘You’re No Good’.
El disco también cuenta con algunas canciones originales, pero incluso con la ayuda de artistas como Rob Halford o Michael McDonald, al nuevo material se le dificulta hacerse notar entre el espectáculo pirotécnico del rock clásico. Una de las nuevas canciones es ‘Either Or’, con Kid Rock; una desafortunada decisión, dado su historial de payasadas con Trump. Pero las malas decisiones hacen parte del rock & roll tanto como los solos de guitarra y las power ballads, y Parton ha entrelazado su propia historia con la del rock con mucho corazón y clase.
