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Detrás de la lente junto a Markus Klinko: el fotógrafo de David Bowie

El fotógrafo suizo nos habló sobre su famosa sesión de fotos con el artista inglés, el inicio de su carrera y los NFT

Por  MARTÍN TORO

enero 11, 2022

Cortesía de Markus Klinko

Tal vez lo más complejo a la hora de tomar una fotografía es capturar la esencia del momento, lograr que esas sensaciones y vibras se transmitan a través de una instantánea y perduren durante el tiempo, ese es el trabajo de un fotógrafo y el suizo Markus Klinko es uno de los referentes modernos con mayor reconocimiento a nivel mundial en este arte. Por más de 25 años, Klinko se ha encargado de retratar e inmortalizar a innumerables artistas y personalidades de la cultura pop. 

Klinko, antes de ser el fotógrafo de las estrellas fue un reconocido músico, el primer arpista clásico en firmar con una gran disquera. Desde temprana edad, el suizo obtuvo una formación musical profesional gracias a su padre, quien tocaba en la orquesta sinfónica y se aseguró de que su hijo siguiera sus pasos. Cuando Klinko estaba en su adolescencia se interesó mucho por la guitarra y por su primer gran ídolo, Elvis Presley. Pero no fue sino hasta que vio un concierto de arpa cuando realmente se interesó por la música y se convirtió en el primer artista clásico de arpa en firmar con una gran disquera. Klinko concretó un contrato con EMI y giró muchas veces por el mundo antes de tener que tomar la decisión de dejar todo atrás en 1994 por algunos problemas en su mano derecha. Klinko no podía seguir tocando a nivel profesional. 

Tras haber terminado su contrato, Klinko tuvo que replantearse su vida entera, tenía que encontrar otra pasión, algo que lo llenara de verdad. Así que con sus ahorros compró los equipos necesarios y emprendió su camino para convertirse en fotógrafo. “No tenía ningún tipo de conocimiento sobre fotografía, nunca había tomado una foto. Pero decidí convertirme en uno”, dice Klinko para ROLLING STONE desde su casa en Los Ángeles. 

Luego de haber aprendido los elementos y conocimientos básicos de la fotografía, Klinko comenzó a practicar con amigos y pequeños modelos que visitaban su loft en la ciudad de Nueva York. “Con la misma disciplina con la que practicaba arpa, 10 horas al día, estudiaba y practicaba fotografía”, comenta. Con tan solo un año de experiencia, Klinko ya se encontraba retratando modelos de talla mundial en París, había firmado con una agencia y su nombre comenzaba a retumbar lentamente entre el mundo de la moda.

Un par de años después, el fotógrafo se encontraba trabajando con la modelo Iman, quien en ese entonces era esposa de David Bowie, en Nueva York para la portada de sus memorias tituladas I am Iman. Durante la sesión el legendario músico apareció y tras revisar algunos de los negativos y fotografías de Klinko se acercó a hablar con él y le dijo que quería que se encargara de la portada de su próximo álbum de estudio, Heathen

Las fotografías de esa sesión con Bowie no solo terminaron en la portada del disco, sino en la carátula para la edición de 2002 del Personaje del Año por GQ, donde se ve a Bowie sujetando un lobo. Las fotos fueron un éxito y al poco tiempo después de haberlas publicado, ya había más de un artista y modelo tocando las puertas de Klinko. 

Cortesía de Markus Klinko

Esta sesión con Bowie fue la que dictaminó un antes y un después en tu carrera como fotógrafo

Esa sesión me ayudó a cambiar mi vida. Pero realmente creo que lo que hizo la diferencia fue mi estilo al momento de abordar las fotos. Yo fui uno de los primeros en utilizar mucha posproducción y manipulación digital en las fotografías. Esto fue antes que existieran programas de edición fotográfica como Photoshop, yo venía haciendo esto muchos años antes. 

¿Este tipo de acercamiento a la fotografía fue controversial en su tiempo?

Sí, lo era. No le gustaba a todo el mundo, había personas que me decían cosas como “eso no es fotografía real”. Pero 20 años después, si miras atrás, la gente está comenzando a valorar mi trabajo. Hace poco Harper’s Bazaar dijo que mi estilo ayudó a forjar los 2000, y me hizo sentir orgulloso. En ese entonces la gente no reaccionaba así, y mi arte no era tan mainstream, pero mis fotografías lograron perdurar para convertirse en las fotos más famosas de Britney Spears, Beyoncé o David Bowie. 

¿Con el paso de las décadas cómo ha evolucionado tu labor como fotógrafo?

Ahora como fotógrafo tengo la misión de capturar la cultura pop del momento, lo último que esté sucediendo. Es por eso que ahora estoy trabajando con personalidades influyentes como Lil Huddy, quien es una estrella en Tiktok. 

Ya no me considero un fotógrafo de moda o de celebridades, ahora me gusta definirme como un fotógrafo de la cultura pop. Porque la cultura pop abarca todo eso, la moda, la música, Hollywood, el arte, incluso la política. 

Y a su vez todas esas categorías son controversiales, tal como lo fuiste tú hace 20 años con tu estilo. 

Es por eso que ahora me considero un documentalista de nuestros tiempos. 

¿Cómo llegaste a esta manera de abordar la fotografía?

Fue más que todo por gusto. Cuando tocaba el arpa y viajaba alrededor del mundo, vivía en una burbuja, creía que el mundo giraba entorno a mí y que yo era el centro de todo, era bastante arrogante. Todo era por el estilo de vida que llevaba: tiquetes de primera clase, entrevistas con medios y los mejores hoteles. Y cuando me convertí en fotógrafo tuve que cambiar muchas cosas de mi actitud. Aprendí que mi contribución hacia el mundo no es muy significativa y que a nadie le importa en realidad. Me chocó mucho cuando tenía que esperar varias horas afuera de las agencias de modelaje solo para que abrieran mi portafolio. 

Pero aprendí de la manera más dura. Cuando era arpista era considerado como una persona especial, un virtuoso, pero cuando comencé a fotografiar era un novato más con una cámara. Todo esto me enseñó a ser humilde y a ver las cosas de una forma totalmente diferente. Me siento muy agradecido de poder haber vivido de estas dos artes tan hermosas y es un verdadero privilegio. 

¿Cuál es la fotografía que jamás pudiste o podrás tomar?

Es una buena pregunta. Quizá algo como fotografía de aventura, quizá no saltaría de un avión para tomar una fotografía, porque le temo a las alturas y ese tipo de cosas. Tampoco nadaría con tiburones para hacerlo. Pero a veces le tomo fotos a paisajes para utilizarlos en mis trabajos. 

Pero para ser honesto contigo, me veo más como un fotógrafo que trabaja como un pintor. En otras palabras: Yo construyo mis fotos. Mis fotos no son parte de la realidad, las construyo en el estudio o en alguna locación. Las compongo como si fuera un pintura o un dibujo, a diferencia de una pasarela o un evento. Yo creo los momentos, a pesar de que algunas veces parezca que hay acción, todo es creado desde laboratorio, como si se tratara del set de una película. 

Cortesía de Markus Klinko

Ahora tienes a artistas como The Weeknd coleccionando tus obras, ¿qué opinas del valor que han cobrado a lo largo de los años? 

Sí, hace poco se publicó una imágen de la habitación de The Weeknd y sobre su cama tiene una de mis fotografías con David Bowie. No me sorprendió mucho cuando lo vi porque sabía que él hace un par de años la había comprado de una de mis galerías, pero no tenía ni idea sobre qué había hecho con ella, pensé que la tenía guardada o se la había regalado a alguien. Pero hace unos días todos comenzaron a llamarme porque vieron la noticia y es sorprendente que la estrella pop más grande del momento tenga mi foto más vendida sobre su cama. 

La versión en gran formato de esa fotografía ronda los $175.000 dólares, y eso es un precio altísimo para el mundo de la fotografía, ya que normalmente las piezas más coleccionables se pueden vender entre $15.000 y $5.000 dólares en las galerías. El hecho de que pueda vender mi trabajo a estos precios es increíble. Y no se trata del dinero, se trata del prestigio y del valor que merecen las obras. 

¿Cuál es tu punto de vista sobre los NFT y la manera en la que están cambiando el mundo del arte? 

Bueno, es hasta este momento en el que trabajo por primera vez con los NFT, mucha gente me había pedido que los hiciera porque trabajo de manera cercana con casi 40 galerías de arte alrededor del mundo, pero antes me había negado a hacerlos. Durante la primera semana de febrero sacaré mi primera colección de NFTs llamada I’m ready for my close up y tendrá un evento de lanzamiento donde subastaremos estas piezas para la caridad. La mayoría de fotos son primeros planos, para esto fotografié algunos labios, cejas, guitarras, cosas con las que normalmente no trabajo. Por eso será especial.

Cortesía de Markus Klinko