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Daniel, Me Estás Matando: romance, nostalgia y el poder del boleroglam

De cara a su nuevo material discográfico, el dúo mexicano se adentra en las profundidades de la melancolía para revitalizar la cúspide de la música romántica.

Por  KARLA LEÓN

junio 29, 2023

Cortesía OneRPM

El bolero enraizó el romance, la nostalgia y la melancolía en la cultura latinoamericana. A través de voces como Chavela Vargas, Agustín Lara, Omara Portuondo o Julio Jaramillo, el género se reveló como la expresión máxima de las emociones más profundas. Esta esencia, junto con algunos recuerdos compartidos y su inconmensurable pasión por la música, llevó a Daniel Zepeda e Iván de la Rioja a darle vida a Daniel, Me Estás Matando, proyecto cuya guía, el boleroglam, revitaliza la música romántica, a través de las raíces del bolero, el cromatismo romántico de Chopin, la magia de los sintetizadores y la psicodelia de Kubrick.

En febrero de 2018, el dueto lanzó su primer sencillo titulado “¿Qué Se Siente Que Me Gustes Tanto?”, canción que los colocó en el radar y que trajo consigo una nueva visión sobre el lenguaje musical del pasado. Un año después llegó Suspiros, un álbum con colaboraciones junto a Silvana Estrada, Alex Ferreira, Marco Mares y El David Aguilar; pronto, la salida de Grandes Éxitos del Boleroglam, Vol. 1 y Vol.2, en los que fusionan jazz, cumbia, salsa, trova y música norteña, planteó su camino hacia la experimentación.

Cortesía OneRPM

“El bolero siempre ha sabido adaptarse a las épocas en las que se encuentra”, afirma el dúo, a tan solo unos días del inicio de una gira por España, que los traerá de vuelta a los escenarios mexicanos. Por ahora, Daniel, Me Estás Matando ya prepara Cómo arruinarte la vida, su cuarto material discográfico, al que definen como un manual emocional en el que se mezcla el melodrama, las épocas doradas y la melancolía. Así, entre suspiros y una notable evolución musical, y de la mano de OneRPM, Daniel e Iván apuestan por un camino alejado de las convencionalidades. Todo, según explican, como una respuesta al simple acto de amar.

¿Cuáles son las lecciones más valiosas que han aprendido durante estos seis años de vida de Daniel, Me Estás Matando?

Daniel: Valoro mucho que tenemos un proyecto sano y que está creciendo. Estamos haciendo las cosas lento, pero con mucho cariño, con gente a la que queremos. Somos dos personas que tratan, en lo posible, de ser objetivas e inteligentes emocionalmente, en pro de la banda. La gente que toca con nosotros son nuestros mejores amigos.

De alguna manera, hemos procurado hacer las cosas de una forma sana y disfrutamos el proceso. Hay proyectos que llegan muy lejos, pero a costa de golpes de la vida y de pasarla mal, así que, el hecho de estar en este punto de la trayectoria de una banda, sintiéndonos como nos sentimos y con una situación que es sana y disfrutamos, es muy valioso.

Iván: De eso se trata tener un proyecto independiente. Aprendemos cosas desde un lugar honesto, sano y amable, para no pasar por encima de nadie. Creo que ese es el aprendizaje más valioso que hemos tenido.

Cortesía OneRPM

Algunos proyectos luchan por definir su estética y su estilo musical durante años, sin embargo, ambos lo tuvieron claro desde sus inicios, ¿qué significa para ustedes que el boleroglam haya trascendido de esta manera?

Iván: El secreto de esa situación y de que haya sucedido tan rápido es que siempre lo tuvimos claro a nivel conceptual, pero no sabíamos exactamente cómo iba a sonar. Eso es una gran diferencia. Fue divertido e interesante el proceso de terminar una canción para definir lo que estábamos buscando y, a partir de ahí, intentar otras cosas. Así ha funcionado, llevamos tres discos y dos EPs haciendo eso y estamos cómodos con el resultado.

¿Ustedes modernizaron el bolero o la misma naturaleza del género fue capaz de adaptarse a nuestros tiempos?

Daniel: Se dio de una forma muy natural. Las ideas que tuvimos en nuestros inicios eran muy distintas y, en mi caso, yo no quería modernizar nada, es más, quería que sonara a viejo, a vinil, y que tuviera esa sensación y esa esencia genuina de las grabaciones originales de la década de los años cincuenta. Ivi propuso situaciones de producción que no existían en esa época, así que el proyecto, que se pensó de manera distinta, se acomodó de manera orgánica.

Iván: Por otro lado, creo que el bolero ha tenido la capacidad de mezclarse con cada época en la que se desarrolla. Sucedió con Los Tecolines, con Los Ángeles Negros, con José José, con Luis Miguel. El bolero, que fue un género mainstream desde la década de los años cuarenta y cincuenta, ha sabido adaptarse a los tiempos, siempre. En cada década ha habido un exponente que es fuerte, siempre pasa.

¿Cuáles son las virtudes que encuentran en la nostalgia, que hacen que sea la materia prima de Daniel, Me Estás Matando?

Daniel:Es una sensación que a mí me hace muy feliz; me hace sentir. Mi meta, por lo menos, es hacer que la gente que lo escuche se sienta igual que yo, y todo ha sido sin querer. Resulta una cosa casi cultural el estar en medio de personas que hacen música similar y que respetan el formato de canción, de producción e instrumentación. Lo hemos tenido toda la vida y lo hemos estudiado. La nostalgia y el bolero están muy relacionados con mi vida y solo quiero crearlos.

Iván: La relación de Dani con la música romántica es muy personal. Creo que la gran casualidad de los tiempos que vivimos es que, en general, la nostalgia se dispersa desde un lugar muy infantil. Nuestros abuelos escuchaban y cantaban boleros y, en general, si tú ves las redes, puedes notar que están atascadas de nostalgia, de cosas de nuestra niñez, así que es una bonita casualidad que nos haya gustado el bolero y que este tenga una relación con la nostalgia porque, nuevamente, la valoramos por encima de otras cosas.

Cortesía OneRPM

¿Resulta valiente o atrevido ser romántico en estos momentos?

Iván: Es gracioso leer frases que dicen que en estos tiempos no está de moda enamorarse, pero la verdad es que todos somos un drama pasional de amor. Yo no creo, sinceramente, que no esté de moda el amor o ser romántico, porque las personas, incluso, son cada vez más ridículas con el romance.

Daniel: Tal vez, esa parte de la valentía que mencionas es similar a cuando nos dicen que es muy valiente no hacer urbano en esta época, pero la neta es que llegamos de una forma tan inesperada al género, que ni siquiera es algo que hayamos decidido. Ambos tocábamos jazz en bares y, de repente, yo hacía cosas en televisión. Resultó que la búsqueda principal era querer cantar, es lo que estaba a la mano; queríamos hacer nuestras canciones y era lo que se nos facilitaba. El medio de difusión también fue una casualidad porque nosotros tocamos junto a El David Aguilar y Alex Ferreira, y producimos cosas para Silvana Estrada, así que el canal de difusión casi casi fue una casualidad. No fue un acto de valentía, ya estábamos ahí y algo nos empujó.

Ahora que hablamos de nostalgia, “Yo esperaré”, su nuevo sencillo, anuncia una historia sobre ilusión, amor y esperanza, ¿qué caminos creativos los llevaron a darle vida a este track?

Daniel: Quise hacer dos cosas. La primera pasó en el coro, porque va como para abajo. Esto pasa en canciones como “Karma Police”, de Radiohead, y en “Rondando tu esquina”, de Julio Jaramillo, así que tomé ese concepto al momento de componer el sencillo. Quería una canción con el verso prendido y con el coro de esta forma.

Iván: Me encanta que las dos referencias sean Radiohead y Julio Jaramillo – ríe –.

Daniel: Después, quise expresar una situación de amor esperanzador. Algo así como: “No pasa nada, yo aguanto para cuando tú estés lista, acá voy a andar”. Obviamente, sabemos que esas son puras mentiras, pero no teníamos una canción así. Eso por la parte de la composición.

Iván: En la parte de la producción, creo que con algunas canciones en específico hemos tratado de evolucionar el boleroglam. Te las podría decir en orden. La primera es “¿Qué Se Siente Que Me Gustes Tanto?”, y luego progresamos tantito en “Te Fuiste a Tiempo”. Después, hicimos “Diez Pasos Hacia Ti”, que yo creo que es la más ligada al boleroglam; más tarde, lanzamos “Somos Algo”, con otro tipo de recursos de producción. En “Lo Hice Te Dejé”, intentamos darle al beat un mix que fuera parecido al trap, pero solamente en la base rítmica. De esa manera, el boleroglam va encontrando estos espacios y esta nueva canción es uno de esos pasos hacia adelante.

Daniel: Por otro lado, pensando en un elemento adicional al coro, hay un formato de canción del 2015, que tiene que ver con música muy nostálgica, dramática y con mucho reverb, por ejemplo, Rodrigo Amarante tiene una canción en la que justo usa un efecto para el piano el piano y otro para la voz. Siento que es un sonido muy específico que tampoco habíamos usado y que unimos a la base rítmica del bolero, con algunos procesos en otros instrumentos. Para nosotros, cada canción es importante a nivel de experimentación.

Cortesía OneRPM

Este tema se suma a una serie de videos que poco a poco han mostrado al público, ¿cómo surge la idea de trabajar este proyecto, a la par de los lanzamientos del nuevo disco?

Iván: Siento que esta idea fue casi un berrinche mío, del que luego me arrepentí mucho y le pido perdón a Dani para siempre – ríe –. Yo tenía esa inquietud de hacer videos seriados, para que luego se convirtieran en un cortometraje, y cuando empezamos a trabajar en los videoclips del disco pasado, encontramos ciertos elementos en común; como un leitmotiv, le llaman en el cine. Hablamos y pensamos que sería ideal hacer una historia y recuerdo que en el primer draft quisimos hacer una telenovela, luego lo aterrizamos y devino en videos seriados que compartieran la misma historia y en los que permanecieran los mismos elementos de la canción.

En octubre del año pasado, lanzaron la carta de presentación de su nuevo disco, ¿cómo definirían la esencia de Cómo arruinarte la vida?

Daniel: Lo estamos planteando como un manual emocional sobre cómo dejarte tirado, lleno de melancolía y nostalgia porque, a pesar de ser un sentimiento que nos gusta sentir, está muy relacionado con la tristeza y, a veces, nos gusta cantar dramáticamente para sacar esa melancolía. Realmente, queremos que este álbum toque esas fibras, idealmente, un poquito más que los otros, ojalá se pueda.

El desarrollo de este material ha sido un poco distinto porque hemos aprendido cosas nuevas; desde la situación de los videos seriados, hasta la elección de los sencillos de una forma completamente diferente. Nosotros, a la hora de sacar canciones, nos parecemos al director técnico del equipo y siempre queremos meter al mejor; aquí no, porque decidimos meter “al más raro”, “al más guapo”. No elegimos las canciones por sentir que serían las más comerciales, fue por otras razones o porque de pronto nos vibró y, en esta cuestión de experimentar con los tracks, también nos gustó trabajar con los lanzamientos y eso, sentimos, nos va a ayudar a llegar a lugares distintos.

Iván: A nivel musical y de producción, creo que este será uno de los discos más intuitivos, porque se hizo pensando en lo que nos gustaría escuchar y en lo que nos hace sentir esa nostalgia y esa melancolía. Yo siento a este álbum como una evolución del primero, más que de los otros dos, porque pienso que los Grandes Éxitos del Boleroglam fueron un curso de producción e ingeniería para llegar a lo que estamos haciendo ahora. Sinceramente, creo que es un gran disco y está quedando muy chido, pero la gente dirá.

¿A qué se refieren con “nuevos lugares”?

Daniel: Es una cosa como de admirar, valorar y disfrutar el proceso, porque no sé a dónde voy a llegar. Mi intuición me dice que si hago cosas distintas, eso me va a llevar a lugares y resultados distintos. Mi guía de vida es ser disciplinado, constante y hacer las cosas con mucho amor, ojalá que eso me lleve a lugares chidos, si no, habrá que remendar la situación.

Iván: Creo que los dos pilares musicales de la banda son, en primer lugar, no tenerle miedo a la experimentación y hacer lo que tú quieras, y la segunda es no tener tantas expectativas. Nunca pensamos que con la salida de un nuevo material nos vamos a hacer famosos, no lo hacemos y no funcionamos así porque nos genera ansiedad.

Como bien lo mencionan, una parte importante del proyecto es la experimentación y, quizás, lo inesperado. Por ejemplo, a este disco se suma “Tristeza, Soy Yo de Nuevo”, una salsa con toques modernos en la base rítmica, que rompe por completo con la idea del bolero.

Iván: Por eso está ahí. A veces, mis canciones le dan un respiro al proyecto, porque se trata de otro timbre de voz, de otro género, pero al final se relaciona con el bolero porque la mitad de las canciones de la salsa brava de la década de los años setenta, eran boleros que fueron transformados en salsas. Todo se conecta, pero como bien dices, es otro género y lo metimos por berrinchudos.

Para muchos artistas, existe cierta liberación cuando escriben una canción, cuando entran al estudio o cuando finalmente está lista y la comparten sobre el escenario, en su caso, ¿en qué momento viven este proceso de catarsis?

Daniel: Creo que no te puedes salvar de ninguno. A mí me pasa en cada proceso, pero cada proceso lo vivo distinto. Terminar la última palabra de una canción es una realización muy especial y muy específica.

Iván: Dani experimenta una tranquilidad y una paz al poner la última palabra de cada canción que escribe, porque se toma más tiempo para escribirlas y realmente las trabaja.

Daniel: Tiene que ver con la idea de que hacer una canción realmente es mi trabajo y, de entrada, siento que estoy haciendo algo de mi vida. Si al final leo la canción, la escucho, pienso que tiene completo sentido, que está armada, que las imágenes que evoca me gustan, que la historia funciona y es lo que quería decir, pero realmente lo que quería decir y no lo que cabía o pude decir, entonces sí me llena de satisfacción.

Entrar al estudio con Ivi es una sensación completamente distinta porque a veces entras y estás bostezando, pero nos pasa que nos emocionamos, todo fluye, el hambre y el sueño no importan y nos podemos quedar ocho horas más trabajando en lo mismo y es formidable; es otra forma de vivir el proceso de hacer la música. Pasa muchas veces que sientes que la canción está equis, pero la sacas y funciona muy bien y ya te encanta – bromea –, eso creo que tiene que ver más con el ego. La parte del show es la que menos me gusta y la que menos disfruto porque tiendo a ser muy neurótico conmigo mismo y quiero que todo salga perfecto, quiero cantar bien, no quiero equivocarme, pero más allá de disfrutar, que sí lo hago, todo se convierte en una situación en la que no se me puede ir una.

Iván: El formato de la incomodidad no te va bien.

Daniel: Eso en el formato gira, la gira no me gusta, tocar sí.

Iván: En Daniel, Me Estás Matando ningún proceso es normal. En otros proyectos, en general, alguien se encarga de la composición, hay un productor, un equipo de marketing se encarga del lanzamiento y otro se preocupa por las giras; en este caso, somos nosotros mismos los que estamos detrás de cada tarea y eso es una automotivación. Si no nos hiciéramos cargo de esas cosas, quizás no estaríamos tan involucrados.

Cortesía OneRPM

México está en boca de todos por el auge de los corridos tumbados, ¿cuál es su diagnóstico de la escena, específicamente de los géneros en los que se desarrollan? ¿Creen que el bolero, o el boleroglam, puede o tiene que encontrar un espacio para que vuelva a tomar fuerza en esta época, a nivel internacional?

Daniel: De entrada, los corridos tumbados me parecen formidables. Es un género increíble y, aunque no es de una parte del país en la que yo me muevo, me parece genial que sea local. Es un género muy virgen, así que tiene muchas expectativas para desarrollarse hacia lugares muy chidos, siempre y cuando las manos que se involucren sigan siendo tan talentosas; está sucediendo. La proyección es formidable. Por otro lado, nunca ha dejado de haber música romántica, pero no sé si el bolero, como género principal de la industria en español, vuelva a ser lo que era antes. Lo que sí puedo asegurar es que cuando era antes, Latinoamérica no estaba en el foco como lo está ahora, no había reguetón, no había tumbados. Así que solo me queda estar agradecido con la oportunidad de tocar; aunque no seamos la banda más famosa del planeta, la gente nos ve y podemos vivir de esto.

Iván: Yo creo que para que el boleroglam sea un género mundialmente reconocido, tiene que pasar algo que no estoy viendo venir. Sinceramente, no creo que el bolero pueda ser tan popular como lo fue en la década de los años cuarenta o los cincuenta, porque era la música con la que nuestros papás y nuestros abuelos perreaban. Me da mucha felicidad y tranquilidad que siga ahí porque el formato es lo que le gusta a la gente. 

A un bolero lo puedes vestir de mil formas y el público, aunque no se dé cuenta de que lo es, le va a gustar y eso es un golazo porque nos da a nosotros la posibilidad de experimentar con un montón de cosas y no sé, quizás, luego saquemos un bolero vestido de corrido tumbado.

¿Cuál es el lugar que quiere ocupar Daniel, Me Estás Matando en la escena musical?

Daniel: Hablando desde la sinceridad total y ya que estamos en un medio público y todo mundo ve mi corazón, quiero monopolizar la mayor cantidad de cosas que pueda y, si puedo colocarle una canción a Peso Pluma y otra a Justin Bieber, y todos cantan boleros por mi culpa, pues voy a ser muy feliz, pero eso es una fantasía muy chistosa, así que nos gusta la situación de seguir haciendo lo que nos gusta, no quitamos el dedo del renglón y lo defendemos. Poco a poco, las trayectorias tienen un peso; si alguna vez alguien me recuerda como una persona que defendía la música romántica con mucho amor, entonces voy a estar muy contento.

Iván: Daniel quiere ser el CEO de la música romántica. Yo pienso igual, pero no con la música romántica o el bolero, sino con la música independiente. Hablando desde el corazón, y un poco desde el ego, me encantaría que pudiéramos crecer lo más que se pueda, solo para que otros músicos digan que también pueden hacer un proyecto como el nuestro y que no necesitan ser parte de una industria, firmar con una disquera, o vender su música. En fin, me encantaría formar parte de eso.

Daniel: Que no se haga inolvidable por tragedia, sino porque llegué volando.

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