El genio de Javier Martínez, compositor y letrista de Manal, en 10 canciones clásicas

El decálogo del blues existencialista según Javier Martínez, que falleció este sábado a los 78 años: suburbio, evasión, furia contra los hippies y religiones comparadas en diez clásicos de Manal

Por  CLAUDIO KLEIMAN

mayo 6, 2024

Javier Martínez, en tiempos de Manal.

Rodolfo Vanni (Gentileza película Argentina Beat)

1. “No pibe”

Single – Manal •  1969

El lado A del segundo single de Manal para el sello Mandioca establece su sonido clásico: limpio, potente y con un swing casi jazzístico. “No pibe” es un modelo de concisión, con una estructura de blues no convencional convertida en single pegadizo, y una exposición de la filosofía antimaterialista que animaba las primeras canciones de Manal y, por extensión, de toda su generación. Javier expone sus principios con la fuerza de un enviado que baja de la montaña para dar su sermón: “No hay que tener un auto, ni relojes de medio millón…”.

2. “Jugo de tomate”

 Manal – Manal •  1970

El hit por excelencia de Manal constituye un refinamiento, tanto en lo lírico como en lo musical, del ideario de “No pibe”. Una descripción de los deberes que impone la sociedad de consumo para ser un triunfador (con la imborrable metáfora del “jugo de tomate frío” como imagen de la sangre) en un mundo materialista. La música se aparta de la estructura del blues para hacer la canción aún más hitera (al estilo Creedence), propulsada por el fluido riff de guitarra de Claudio Gabis.

3. “Una casa con 10 pinos”

Manal – Manal •  1970

Aunque Javier siempre mantuvo distancia del hippismo, la utopía de una vida por fuera de la alienación urbana alimenta la poesía de este clásico. Su combinación de acordes mayores y menores ensambla con la dicotomía expresada en la letra, resumida magistralmente en la frase “oxidarse o resistir”. Sin hacer proselitismo, Martínez resuelve la disyuntiva con una simpleza conmovedora: “prefiero sonreír, mirar dentro de mí, fumar o dibujar…”. Llegó a una nueva generación cuando Pappo incluyó una versión en Blues local.

4. “Avellaneda blues”

Manal – Manal •  1970

El blues adquiere carta de ciudadanía porteña. La música de Gabis –inspirada en una caminata por las vías de Avellaneda– y la letra de Javier, que pinta el suburbio industrial de la Buenos Aires de fines de los 60, se funden en una performance magistral. La armonía de Claudio tiene aires rioplatenses, y el swing jazzístico de la batería y el bajo avanzan como un tren. El cantante enhebra imágenes de una fuerza pictórica; no por nada fue comparada con los cuadros de Quinquela Martín: “Barriles en el barro, galpón abandonado. Charco sucio, el agua va pudriendo un zapato olvidado…”.

5. “Porque hoy nací”

Manal – Manal •  1970

Esto es de otro planeta. La historia de un renacimiento espiritual, inspirada en los estudios de religiones comparadas de Javier, grabada en primera toma por él en voz y guitarra (con un cautivante vibrato), y Gabis en Hammond, en una sesión sin Medina. El cantante explora su registro grave hasta lo gutural en la parte que funciona como nota pedal detrás del solo de órgano; un efecto mántrico. Nunca volvería a escucharse nada parecido.

6. “Informe de un día”

Manal – Manal •  1970

Otra maravilla inclasificable que demuestra la tremenda originalidad de Manal. Filosofía existencialista, música con blues, jazz, psicodelia y avant-garde, y el entendimiento telepático entre los tres, incluyendo las armonías vocales de Javier y Alejandro en los estribillos. 

7. “Blues de la amenaza nocturna”

El león – Manal  •  1971

Un blues antológico, directo y poético a la vez, que habla de la represión policial y la paranoia de los jóvenes. La frase de apertura es un himno para refugiados y perseguidos de cualquier época: “Ahora me toca huir a mí, nene…”. La primera edición fue eléctrica para el segundo álbum de Manal, pero el demo acústico, con Martínez en guitarra y voz y Gabis en armónica, tiene un sentimiento incomparable.

8. “Elena”

El león – Manal •  1971

Buena muestra de la transición de Manal hacia un sonido más pesado, “Elena” es una especie de soul psicodélico que resuena con una fuerza y convicción aplastantes. Martínez vuelve sobre su crítica a la frivolidad y añade al retrato otra de sus obsesiones: el paso del tiempo. Hay otra versión (sobre la misma base) aparecida en el compilado Pidamos peras a Mandioca. Ambas cautivantes.

9. “Salgan al sol”

Billy Bond y La Pesada…  •  1971

Con Manal recién separado, Martínez entrega a su amigo cuevero el gran hit de La Pesada. Un tema rápido y urgente en la onda de algunos de la última etapa de Manal (“No hay tiempo de más”, “Doña Laura”), que crece por la arrolladora performance vocal de Billy y un supergrupo soñado, con Javier en la batería y David Lebón y Pappo en las guitarras. 

10. “Nos veremos mañana”

Manal – Reunión •  1981

Un vibrante blues en tonalidad menor que se une a lo mejor del repertorio de Javier. Si bien aquí el trío muestra un sonido más de fusión, Martínez canta con potencia intacta sobre la necesidad de trascender la chatura. El antídoto sigue siendo la bohemia y la libertad.