EXTRAÍDO DE RS144, MAYO 2015
En el 2013, Blur estaba en Hong Kong, y contaba con mucho tiempo libre. Las estrellas del brit pop habían estado de gira por Asia cuando su presentación en un festival de Tokio se canceló. “Dijimos: ‘Tenemos cinco días. Escribamos un álbum’”, recuerda el guitarrista Graham Coxon.
Desde que se reagruparon en 2009 –después de una pausa de seis años–, Blur había hecho al menos un intento fallido por grabar un nuevo disco. En esta ocasión, decidieron trabajar de manera más informal, partiendo de algunas de las 100 maquetas de GarageBand que el vocalista, Damon Albarn, tenía guardadas en su iPad. “Palomeamos hasta decir basta”, cuenta Coxon. “Y bebimos mucho té verde”.
Estas sesiones dieron pie a la creación de The Magic Whip (lanzado a finales de abril de 2015), un disco que retoma el camino que la banda trazó con sus previos LPs, producciones definitorias de los años noventa. Después de volver a Inglaterra, Blur había olvidado un tanto de la instrumentación que había ideado en Hong Kong. “No la habíamos terminado, y era muy vaga”, recuerda Albarn, quien se mantuvo ocupado al lanzar un LP en solitario durante 2014. “No tenía el corazón, la paciencia, el deseo de volver a todo eso”. El proyecto se mantuvo en pausa hasta el pasado otoño, cuando Coxon se ofreció como voluntario para pulir los rústicos demos y convertirlos en canciones, trabajando en Londres y haciendo mancuerna con el productor Stephen Street (quien estuvo detrás de cuatro LPs de Blur durante los años noventa). Albarn quedó tan complacido con los resultados que regresó a Hong Kong con el fin de escribir letras parcialmente inspiradas en la estancia de la banda en el país asiático.
Las canciones en The Magic Whip tienen un amplio rango temático que va desde la protesta política hasta el helado. Algunos temas son cercanos al corazón de la banda: Albarn confiesa que varias letras hacen alusión a su complicada relación con Coxon. “Hay canciones donde es muy evidente que le estoy cantando a él”, dice, citando la triste balada “My Terracotta Heart”. “Es como cuestionar si realmente quiero estar en una relación cercana con alguien a quien había dejado atrás”.
Incluso ahora, Albarn se muestra un tanto ambivalente con respecto a Blur. Tras el rompimiento de la banda, dice, “Acepté que había terminado. Entonces regresó a mí. Es como en It Follows”, agrega con una risa, haciendo alusión a una película de terror sobre una chica que es perseguida por un fantasma que puede cambiar de forma. “Siempre me acecha”.
Dejando de lado las bromas, está contento de haber limado algunas asperezas con varios de sus más viejos amigos. “Ninguno de nosotros vivirá por siempre”, dice Albarn. “Con Graham, en particular, existe una continuidad que comenzó con la primera vez que tocamos juntos, afuera del departamento de música en nuestra escuela, cuando teníamos 11 años. Hay una especie de dicha irrepetible en ello”.
Escucha The Magic Whip: