Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Cinco datos de Kid A, un antes y un después para Radiohead

La cuarta entrega de la banda británica marcó un punto de inflexión en la dirección musical de los británicos.

Por  VALENTINA VILLAMIL

octubre 2, 2023

Radiohead. De izquierda a derecha, Phil Selway, Jonny Greenwood, Thom Yorke, Colin Greenwood, y Ed O'Brien en 1995.

Gie Knaeps/Hulton Archive/Getty Images.

Un 2 de octubre del año 2000, la banda británica de rock alternativo Radiohead dio a conocer un álbum que cambiaría para siempre la forma en que entendemos la música. Se trata de Kid A, una obra que desafió las expectativas de la industria musical. Los días de los éxitos convencionales con fórmulas predecibles quedaron atrás para Thom Yorke, Jonny Greenwood, Colin Greenwood, Ed O’Brien, y Philip Selway. En su lugar, Kid A sumergió a sus oyentes en un viaje sonoro surrealista y vanguardista, donde las guitarras dieron paso a sintetizadores, acompañada de las minimalistas y enigmáticas.

Después de la aclamación masiva de su antecesor, OK Computer, la presión estaba en su punto más alto para Radiohead. Pero en lugar de doblegarse ante las expectativas, la banda se embarcó en un proceso creativo experimental y audaz. Bajo la guía del productor Nigel Godrich, la banda abandonó su instrumentación usual, presentando un collage de influencias que incluían krautrock, jazz y música clásica del siglo XX. Aquí te contamos cinco datos detrás de la creación del aclamado disco de Radiohead.

1. El gran desafío creativo

A finales de la década de 1990, Radiohead se encontraba en un lugar inusual en la industria musical. Su álbum anterior, OK Computer, había sido un hito y un fenómeno cultural, aclamado tanto por la crítica como por el público. Sin embargo, el éxito había creado una presión abrumadora, especialmente para su vocalista, Thom Yorke. El mundo moderno, con su rapidez y complejidad, había comenzado a pesar sobre él, y la gira de 1997, Against Demons Tour, solo intensificó su sentimiento de desconexión.

En ese contexto, durante la gira, la banda presentó nuevas canciones al público, entre las que destacaba una que más tarde se conocería como ‘How to Disappear Completely’. Sin embargo, a pesar del talento indiscutible de la banda, enfrentaron dificultades significativas para dar vida a estas canciones en el estudio. Yorke, quien había recibido elogios por su música, se volvió cada vez más hostil hacia los medios y la industria. 

Hacia fines de 1998, la relación de Yorke con su propia creatividad estaba en un punto crítico.  La música que una vez lo había inspirado y liberado se había vuelto un peso, y Yorke se encontró luchando contra la depresión mientras intentaba encontrar nuevas melodías. Esta época de agitación y crisis creativa sentó las bases para lo que se convertiría en Kid A, una nueva oportunidad de volver a empezar. 

2. De vuelta al estudio

A principios de 1999, sus cinco miembros se dispusieron a empezar lo que sería su cuarto álbum de estudio, sin embargo, se encontraron en un cruce de caminos creativos. Cada uno tenía su propia visión sobre la dirección musical que debían tomar. Por su parte, el guitarrista, Ed O’Brien, abogaba por un enfoque más directo y canciones pop basadas en la guitarra, mientras que Yorke sentía que sus esfuerzos anteriores en el rock ya no tenían sentido. 

La creación de Kid A comenzó bajo la dirección de Nigel Godrich, el mismo productor con el que trabajaron OK Computer, y sin presiones de plazos impuestas por la discográfica. Sin embargo, las primeras composiciones de Yorke emergían en medio de su lucha contra su bloqueo creativo. Sus melodías estaban incompletas, a menudo no eran más que beats generados por una caja de ritmos y fragmentos de letras aleatorias.

Radiohead empezó a grabar en París, pero después de un mes de trabajo infructuoso, decidieron trasladarse a los Estudios Medley en Copenhaguen, donde permanecieron dos semanas. La ansiedad que surgía de la transformación musical que la agrupación estaba experimentada fue documentado por O’Brien en un diario en línea. “Si quieres hacer una grabación que suene diferente, tienes que cambiar la metodología. Y es espantoso, todos se sienten inseguros. Soy guitarrista y, de repente, es como si no hubiera guitarra en esta canción, o no hay batería”, escribió en alguna de sus entradas.

La banda reanudó las grabaciones en una mansión de Gloucestershire en abril de 1999, antes de regresar a los estudios de Oxford. Siguiendo la visión de Yorke, los miembros de la banda comenzaron a experimentar con una amplia gama de instrumentos y aprendieron a contribuir a las canciones de maneras no convencionales. La banda empezó a compartir la pasión de Yorke por los sintetizadores y las posibilidades que ofrecía la tecnología digital.

A principios de 2000, Jonny Greenwood, el único miembro de la banda con conocimientos de teoría musical, creó un elaborado arreglo para ‘How to Disappear Completely’, junto con la Orquesta de St. John en la iglesia Dorchester Abbey. Esta fue una de las muchas incorporaciones experimentales que contribuyeron a la transformación de la música de Radiohead.

3. Influencias

Este álbum fusiona diversas corrientes que van desde la música electrónica de Autechre y Aphex Twin hasta el krautrock de bandas como Can, creando un paisaje sonoro ecléctico y vanguardista. Radiohead también se inspiró en Talking Heads, el rap alternativo de Mo’Wax y el jazz de Charles Mingus, Alice Coltrane y Miles Davis, entre otros. 

Kid A es una reinvención radical del sonido de la banda, alejándose del rock progresivo y explorando territorios sonoros desconocidos para sus cinco miembros. En este trabajo se encargaron de capturar la esencia de la música dance en canciones como ‘Idioteque’, que incorpora samples de compositores clásicos mezclados con melodías generadas con tecnología. Canciones como ‘How to Disappear Completely’ se inspiró en el cantante Scott Walker, mientras que ‘Motion Picture Soundtrack’ buscaba emular las bandas sonoras de las películas de Disney de la década de 1950. 

En muchos aspectos, Kid A se podría comparar con la revolucionaria dirección que tomó The White Album de The Beatles en su época, marcando una ruptura creativa con el pasado y una entrada en nuevos horizontes musicales. Su cuarta entrega de estudio fue el resultado de una apuesta al post-rock, en el que destaca el minimalismo y la textura de las composiciones.

4. El universo visual de Kid A

Radiohead complementó la experiencia de Kid A con una estrategia visual única. En lugar de videos musicales convencionales, crearon breves cortometrajes conocidos como “blips”. Estos se difundieron en su sitio web oficial y algunos hicieron su camino hasta MTV. Dichos cortos, en su mayoría, eran animaciones diseñadas por los colectivos The Vapour Brothers y Shynola, que a menudo se inspiraban en el arte de Stanley Donwood. Sus mensajes tocaban temas como la naturaleza y la moderación en un mundo marcado por la biotecnología y el consumismo desenfrenado.

El único tema que recibió un tratamiento visual convencional fue ‘Motion Picture Soundtrack’, el cual se componía de la recopilación de blips y fue elogiado por el mismo Yorke como “lo más hermoso que jamás se haya filmado” para acompañar la música de Radiohead.

Por otro lado, el diseño de la portada del álbum, creado por Stanley Donwood y Yorke bajo el seudónimo Tchock, es una representación computarizada de una cadena montañosa con una distorsión pixelada cerca de la parte inferior. Esta imagen se inspiró en la guerra de Kosovo en 1999 y refleja el impacto emocional que tuvo en Donwood. El diseño también incorpora elementos del arte militar victoriano y paisajes nevados que se incendian en la contraportada.

El libreto interior contiene imágenes y dibujos diseñados por Donwood y Tchock. Algunas de estas imágenes se interpretaron como políticas y con contenido más explícito que las letras del álbum. Por ejemplo, la piscina roja en el lomo del CD se asoció con un símbolo de peligro inminente y esperanzas destrozadas. 

Portada y contraportada de Kid A.

5. El mensaje detrás de la música

Kid A supuso el primer álbum de la banda desde su debut en 1993, Pablo Honey, en el que no se publicaron oficialmente las letras de las canciones, ni se añadieron al libreto del disco. Yorke, más tarde ahondaría en esta decisión, argumentando que no se podía separar la letra de la música en este caso. Su intención era clara: crear una experiencia en la que la música y las palabras se fusionaran de manera indisoluble.

Para componer algunas de las letras, Yorke recurrió a técnicas inusuales. Cortó palabras y frases, las introdujo en un sombrero y las extrajo al azar, una práctica que recordaba al método de creación de poesía empleado por el poeta y artista Tristán Tzara. 

El contenido lírico de Kid A también evocaba un fuerte componente político y social. La banda había leído libros como No Logo de Naomi Klein y Captive State: The Corporate Takeover of Britain de George Monbiot durante las sesiones de grabación, y estos textos influyeron en la orientación crítica del álbum. Las letras se interpretaban como un comentario anticonsumista y una expresión de descontento hacia el capitalismo desenfrenado. 

La recepción de Kid A estuvo dividida, con algunos críticos lamentando el cambio radical de estilo de Radiohead. Incluso, llegaron a compararlo con Metal Machine Music de Lou Reed, calificándolo como un intento de “suicidio comercial”. Sin embargo, con el tiempo, el álbum ganó reconocimiento y elogios por su versatilidad y experimentación. 

Te puede interesar: “En los próximos años haremos algo”, Phil Selway sobre el regreso de Radiohead