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Cinco cosas que debes saber sobre el conflicto palestino-israelí

Desde la madrugada del 7 de octubre, integrantes de Hamás lanzaron un ataque sin precedentes contra Israel y su respuesta militar ha sido brutal. El largo conflicto que suma más de setenta años vuelve a llamar la atención del mundo. Estas son las claves para entenderlo.

Por  ROLLING STONE

octubre 11, 2023

© UNRWA/Mohammed Hinnaw

1. La larga historia de un conflicto religioso y geopolítico

Resumir el conflicto entre israelitas y palestinos es imposible, pero algunos momentos decisivos han marcado el presente de esta región en disputa. Los orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando judíos europeos, un grupo étnico-religioso históricamente perseguido, definieron que era necesario un lugar para constituir un Estado para todos los judíos del mundo. Este proyecto nacionalista sionista consideró que la tierra escogida debía ser la región al oriente del Mar Mediterráneo, es decir, Palestina. Este es un lugar sagrado para musulmanes, judíos y cristianos. La zona era habitada mayoritariamente por árabes palestinos. A lo largo de las primeras décadas del siglo XX iniciaron las primeras llegadas de miles de judíos, lo que provocó grandes tensiones entre las dos poblaciones. Las comunidades árabes consideraron esta presencia judía como una invasión a su territorio y la combatieron.

Desde 1948, año de la fundación del Estado de Israel, y el presente, se han vivido distintas disputas y guerras en las que Israel ha ido ampliando su dominio sobre el territorio, a tal punto que en la actualidad los palestinos han sido despojados y desplazados a países vecinos o confinados en zonas más pequeñas de lo que se conocía como Palestina. Según la UNRWA (Agencia de la ONU para refugiados palestinos), hay casi 6 millones de palestinos que viven en graves condiciones de precariedad e inseguridad alimentaria en Jordania, Líbano, Siria, la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida la ciudad de Jerusalén Oriental.

Durante los más de setenta años de conflicto, la población palestina ha opuesto resistencia a la expansión del Estado de Israel y este a su vez ha fortalecido su ejército, aumentado sus acciones militares e incluso construido muros para, según indican, proteger a su población de los ataques de distintas expresiones militares de palestinos. Una de las más contundentes es la de Hamás, considerada el ala más radical en esta postura y calificada por el Estado de Israel y Estados Unidos como un grupo terrorista.

2. Hamás no es Palestina, pero es una consecuencia del conflicto por su territorio

Una confusión común en este conflicto es considerar al grupo Hamás como el representante del pueblo palestino. Aunque algunos palestinos apoyen sus acciones militares, es necesario distinguir al grupo Hamás de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la autoridad civil que representa administrativamente al pueblo palestino.

La ANP surgió tras los acuerdos de paz de Oslo en 1993, entre el Estado de Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OPL), una alianza política y militar que combatió por varias décadas al ejército israelí. Desde 1994, la Autoridad Palestina actúa como gobierno civil en los territorios palestinos ocupados militarmente por Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza. En 2013, la ANP acogió el nombre de Estado palestino y ha sido reconocido como tal por 139 países integrantes de la ONU.

Hamás, por su parte, es un grupo político y militar islámico que, en su brazo armado, lidera gran parte de los ataques contra Israel. Esto ocurre especialmente en la Franja de Gaza. Allí la disputa ha significado frecuentes bombardeos del ejército israelí como supuesta respuesta a los ataques de Hamás, dejando grandes pérdidas de vidas humanas, que según la ONU ascendían a 6,407 palestinos y 308 israelíes entre 2008 y agosto de 2023.

3. La vulnerabilidad de uno de los ejércitos más poderosos del mundo

Una de las mayores sorpresas para el mundo ha sido las dimensiones de la operación militar de Hamás en los límites de Israel. La incursión es vista como un duro golpe a uno de los ejércitos mejor equipados del mundo, pues al parecer encontró a las fuerzas israelíes con la guardia abajo. La rápida avanzada de Hamás, un grupo que no tiene la misma capacidad militar o el equipamiento del ejército israelí, se pudo deber a la rapidez de sus acciones, al fallo de la inteligencia militar de Israel y a la escogencia del Sabbat, día de descanso judío, para el ataque. El lanzamiento de miles de cohetes en corto tiempo desestabilizó la respuesta de las fuerzas israelíes, que no pudieron controlar la entrada de este grupo al territorio y dejó a más de 1000 civiles asesinados, 2800 heridos, así como un número indeterminado de rehenes.

La reacción de Israel no se hizo esperar y se concentró en bombardeos sobre asentamientos de civiles en Gaza, anunció un asedio completo que bloquea el acceso a agua, alimentos, electricidad y combustible, así como llamó a 300.000 soldados de sus reservas. Por el momento, esta acción ha dejado al menos 950 palestinos asesinados, 5000 heridos y más de 123.000 desplazados, según reportan el ministro de salud de Palestina y la ONU.

Hamás ha dicho que su ataque es una respuesta a la ocupación, opresión y profanación de los símbolos religiosos palestinos por parte de Israel, especialmente la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén. Analistas de Medio Oriente creen que la acción también busca asegurar otro intercambio de rehenes por prisioneros políticos palestinos que están en cárceles israelíes.

4. La responsabilidad del gobierno de Netanyahu

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, gobierna desde finales de 2022, luego de consolidar una coalición de partidos de extrema derecha, incluido uno cuyo líder fue condenado por racismo contra la población árabe. Esta es la sexta vez que Netanyahu llega al poder, pero en este periodo en particular se considera que representa al gobierno más derechista de la historia del país. La coalición que enraizó para gobernar se caracteriza por oponerse tajantemente a una salida negociada del conflicto palestino-israelí, que dé lugar a dos Estados: Israel y Palestina, con Jerusalén como capital compartida. Esta es una antigua propuesta que no ha podido consolidarse jamás.

Algunas voces críticas dentro de Israel han manifestado su preocupación por esta perspectiva de Netanyahu que ha sido denunciada por la Comisión Internacional de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados. Esta comisión aseveró en junio de 2023 que “las autoridades israelíes están cometiendo la mayoría de las violaciones [de derechos humanos] como parte del objetivo del gobierno israelí de consolidar su ocupación permanente a expensas de los derechos del pueblo palestino”.

Figuras como la de la socióloga franco-israelí Eva Illouz y otros intelectuales judíos, han mostrado desde hace años su preocupación por la imposición de Netanyahu de hacer una equivalencia entre la crítica antiisraelí y el antisemitismo, que podría dar inmunidad a Israel ante graves violaciones de los derechos humanos. Con el reciente ataque de Hamás, Illouz ha señalado la responsabilidad del gobierno de Netanyahu en lo ocurrido, en la sensación de terror y desprotección de los ciudadanos judíos, y en la persistencia de un discurso supremacista y racista que profundiza el conflicto. Su crítica recoge lo que algunos ciudadanos israelíes han expresado: “Creo que otro grupo, a pesar del terror de los acontecimientos, seguirá pensando que tener un gobierno de extrema derecha es la mayor amenaza para la seguridad de Israel y que este gobierno de extrema derecha es el responsable del escenario del que venimos hablando desde hace varios meses y que se está desarrollando ante nuestros ojos”, comentó en una extensa entrevista.

5. La espectacularización del derramamiento de sangre

La Comisión Investigadora para los Territorios Palestinos Ocupados, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha dicho que hay pruebas de que pueden “haberse cometido crímenes de guerra en la última explosión de violencia en Israel y Gaza”. Los informes de los ataques contra la población civil, tanto palestina como israelita, no han sido las únicas fuentes de estas anotaciones.

En plena era de la información digital y del mandato de la inmediatez de las redes sociales, el mundo ha visto fotos y videos de las atrocidades que están viviendo los civiles en este conflicto. Es tal el caos que provocó el ataque de Hamás en el aparato de seguridad de Israel, que por muchas horas y días, las familias israelíes se enteraron de los asesinatos o secuestros de sus seres queridos a través de videos difundidos por Hamás. Esto ha incluido la circulación de imágenes de violencia de género contra mujeres israelitas.

A su vez, los videos y fotografías de las zonas palestinas devastadas por los bombardeos muestran el horror de una guerra que, si bien en este momento toma más intensidad, hace parte de un conflicto que el mundo ha normalizado. El primer ministro de Israel, por ejemplo, ha usado su cuenta en la red social X para transmitir videos de los bombardeos sobre Palestina. Según se reporta, estos han afectado hospitales, periodistas y equipos médicos.

Como lo han advertido diferentes portavoces de las Naciones Unidas, es necesario que tanto las fuerzas de seguridad israelíes y los grupos armados palestinos se apeguen a las normas del derecho internacional humanitario y al respeto de los derechos humanos en esta crisis.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha remarcado que esta ola de violencia “no surge de la nada”, sino “que nace de un conflicto de larga duración, con 56 años de ocupación”. Asimismo, la Comisión investigadora para los territorios ocupados ha explicado que el único camino para lograr una paz sostenible “es abordar las causas profundas del conflicto, acabando con la ocupación ilegal del territorio palestino y reconociendo el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación”. El futuro del conflicto es incierto, pero se teme un escalamiento a toda la región.