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Así fueron los últimos días de Dolores O’Riordan, vocalista de The Cranberries

“Estaba muy bien”, dice el ejecutivo discográfico Dan Waite, tras oírla hablar antes de su muerte

Por  DAVID BROWNE

enero 23, 2018

Kip Carroll/EYEVINE/REDUX

Dolores O’Riordan parecía estar de buen humor el segundo fin de semana de enero. El día 12, la vocalista de The Cranberries y su viejo compañero, el guitarrista Noel Hogan, hablaron por teléfono sobre un tour en marzo y sobre empezar a trabajar en su primer álbum en seis años. “Estaba muy bien”, dice Hogan. “Hablamos sobre volver a trabajar”. Dos días después, O’Riordan le envió por correo electrónico múltiples nuevas canciones que serían consideradas para el siguiente álbum de la banda.

Tristemente, esos planes nunca se cumplirían. En la mañana del 15 de enero, O’Riordan fue encontrada muerta en un cuarto de hotel en Londres. Tenía 46 años. Al cierre de esta edición, los resultados de la autopsia y de una prueba de toxicología no se habían dado a conocer, y la policía trataba la muerte como inexplicable pero no sospechosa. (La investigación del coronel ha sido suspendida hasta el 3 de abril, “ya que esperan los resultados de más exámenes”, según su departamento). La noticia marcó el final sorpresivo de una cantante cuya voz de sirena y letras sobre lo personal y lo político la convirtieron en una de las estrellas más fuertes de la era alt-rock. Como U2 dijo en una declaración grupal: “Tenía tanta fuerza de convicción, y aún así podía conectar con la fragilidad de todos nosotros”.

Nacida en 1971, O’Riordan creció cerca de la ciudad de Limerick, Irlanda, siendo la menor de siete hermanos. Idolatraba a su papá, un agricultor que se había lesionado en un accidente en bicicleta que le impidió trabajar. Pero la oscuridad cubrió su infancia. En algún punto, su hermana quemó accidentalmente la casa de la familia. Después, Dolores confesó haber sido abusada sexualmente por un adulto cuando era niña. Como ella misma comentó para Rolling Stone en 1995, “Tengo muchos secretos sobre mi infancia”.

La música se convirtió en su escape. Incluso desde la primaria, su voz destacaba: “Si empezaba a cantar, todas las personas en el salón se detenían para escucharme”, le dijo a Rolling Stone. En 1990, conoció a una banda local, The Cranberry Saw Us, y reemplazó a la vocalista que dejaba el grupo. Por suerte, se cambiaron el nombre a The Cranberries. “Dolores llegó y cantó unas cuantas canciones que había escrito”, dice Hogan. “Nos impresionó que esta chica tan pequeña de Limerick tuviera una voz tan increíble. Fue un milagro que no estuviera ya en otra banda”.

Al inicio, O’Riordan era una intérprete tímida, llegando incluso a darle la espalda al público mientras cantaba. “No había un espectáculo muy grande”, comenta Hogan. “Creo que [eso] conectó con la gente”. A pesar de su novedad, The Cranberries se vieron atrapados en la fiebre del alt-rock de los noventa, caracterizada por las ofertas provenientes de grandes disqueras. Su debut de 1993, Everybody Else Is Doing It, So Why Cant We? trajo consigo hits como ‘Linger’ y ‘Dreams’, impulsados por la mezcla entre los pedales para guitarra y la voz provocativa de O’Riordan. Dicho álbum y el subsecuente No Need to Argue de 1994 vendieron millones de ejemplares, y el grupo grabó su propio MTV Unplugged.

De acuerdo a su antiguo manager Allen Kovac, O’Riordan decidió que su banda resaltara con letras políticas y urgentes; escribió el mayor éxito del grupo, ‘Zombie’ de 1994, sobre dos niños que murieron en Inglaterra durante un bombardeo de 1993 por parte del Ejército Republicano Irlandés. Kovac comenta que Island Records les pidió que no la sacaran como sencillo (y recuerda que la cantante rompió un cheque de 1 millón de dólares que la disquera le había ofrecido para trabajar en otra canción). “Dolores era una persona muy pequeña y frágil, pero tenía opiniones muy fuertes”, dice Kovac. “Creía que era una estrella internacional y quería conquistar al resto del mundo, y ‘Zombie’ era parte de esa evolución. Sentía la necesidad de expandirse más allá de ‘I love you, you love me’ [‘Te amo, me amas’] y empezar a escribir sobre lo que estaba pasando en Irlanda”.

En el verano de 1994, O’Riordan se casó con Don Burton, un tour manager de Duran Duran; la pareja se terminó mudando a Canadá, donde había nacido él, y tuvieron tres hijos. En lo profesional, la vocalista y su grupo empezaron a tener problemas. “Dolores daba todo de sí misma en los conciertos”, comenta Stephen Street, quien produjo los primeros dos álbumes de The Cranberries. “Quizá pudo haber moderado un poco su comportamiento, pero ella era así”. Una gira de 1996 tuvo que ser interrumpida porque O’Riordan sufrió agotamiento. “Tuve que tomar un vuelo a Irlanda y llevarla con un doctor”, recuerda Kovac. “[El doctor] le dijo ‘No estás en condiciones de salir de gira’. Yo creo que uno tiene que lidiar con ese tipo de cosas, pero me parece que ella nunca lo superó”.

The Cranberries nunca pudieron replicar el éxito de sus inicios –su álbum de 2001 Wake Up and Smell the Coffee no llegó más allá del top 45–, pero incluso conforme fueron experimentando con un sonido más atrevido y más punk, nunca perdieron a sus fans, quienes veían en la atormentada O’Riordan a una estrella pop con quien era fácil identificarse. La música de The Cranberries ha seguido presente, apareciendo en las bandas sonoras de proyectos como The Sopranos, Gossip Girl y Youve Got Mail; incluso puede oírse un sample de ‘Zombie’ en la canción ‘In Your Head’ del nuevo álbum de Eminem, Revival. Como dice Hogan, “Hay canciones que escribimos hace más de 20 años, pero sigo viendo a la gente oírlas y cantarlas”.

Cuando The Cranberries se separaron en 2003, O’Riordan grabó dos álbumes como solista que pasaron desapercibidos. La banda se reagrupó en 2009 y tres años después sacaron uno de sus mejores álbumes, titulado Roses. Pero la vida de Dolores seguía siendo caótica. Años después revelaría haber intentado tomar una sobredosis de pastillas en 2012 y que tenía un problema con la bebida. Se divorció en 2014, mismo año en el que fue detenida por pisar a una azafata y darle un cabezazo a un policía; un juez evitó que fuera a la cárcel tras determinar que la cantante tenía una enfermedad mental. (“No pueden arrestarme, ¡soy un ícono!”, le gritó O’Riordan a la policía). Después fue diagnosticada como bipolar. “Dolores tuvo muchas cosas en su vida estos últimos 10 años –buenas y malas–”, comenta Hogan. “Pero lo que hizo que conectara con la gente fue su honestidad. Ella era justo lo que parecía ser”.

“Dolores se decepcionó mucho cuando tuvimos que cancelar el último tour … Hizo todo lo que pudo para arreglar su problema de espalda, pero este terminó ganando”. –Noel Hogan, cofundador de The Cranberries

Una vez más, O’Riordan salió adelante gracias a la música. Tras el fin de su matrimonio, se mudó a Nueva York y empezó a trabajar con una nueva banda, D.A.R.K., de la cual también formaban parte el antiguo bajista de The Smiths Andy Rourke (quien describió el talento de la cantante como “impresionante”) y DJ Olé Koretsky, quien terminó convirtiéndose en su pareja por el resto de su vida. El álbum debut de la banda, Science Agrees de 2016, llevó la voz de O’Riordan a lugares nuevos y más electrónicos. Pero nunca abandonó por completo The Cranberries, quienes lanzaron Something Else el año pasado, una colección de viejas y nuevas canciones tocadas de manera acústica y con orquesta. En una entrevista con la BBC para promover el disco, O’Riordan admitió que había “tenido problemas de salud los últimos años”. Dichos problemas –específicamente el dolor de espalda por tocar la guitarra por tantos años– causó la cancelación de una gira. “Dolores se decepcionó mucho cuando tuvimos que cancelar el último tour”, comenta Hogan. “Hizo todo lo que pudo para arreglar su problema de espalda, pero este terminó ganando”.

El día antes de morir, O’Riordan tomó un vuelo a Londres (una fuente dice que viajó de Nueva York a Dublín, donde se habría quedado por un tiempo antes de ir a Londres). Ahí, el trabajo volvió a llamarle. Planeaba ver a Youth para hablar sobre el segundo y casi terminado álbum de D.A.R.K., además de que se daba el tiempo para grabar su voz en una nueva versión de ‘Zombie’, interpretada por la banda de metal de Los Ángeles Bad Wolves.

Después de la medianoche del 15 de enero, O’Riordan le dejó dos mensajes de voz a Dan Waite, el ejecutivo de la disquera que había arreglado la colaboración con Bad Wolves (y quien había trabajado con The Cranberries a inicios de los 2000). En sus mensajes, la cantante hablaba de manera amorosa sobre sus hijos, contó sobre la emoción que sintieron por el sample de Eminem, y cantó un fragmento de ‘Bitter Sweet Symphony’ de The Verve (que había sido producida por Youth). “Estaba muy bien”, dice Waite. “He visto que dicen que estaba deprimida, pero ella había hecho planes para la semana” –incluyendo, dice, cenar con él y su esposa–.

En cambio, O’Riordan será enterrada el día de hoy en Limerick.

Dolores O’Riordan era la vocalista de la banda irlandesa The Cranberries, autores de los hits ‘Linger’  y ‘Zombie’.