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Asesino sin memoria

Pese a que esta es una cinta de acción superior a lo que Liam Neeson nos tiene acostumbrados, no llega a ser más que un refrito inferior de la interesante obra original en la que se basa

Martin Campbell 

/ Liam Neeson, Guy Pearce, Monica Bellucci

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Diamond

En el 2003 se estrenó la película belga Un caso de Alzheimer, en la que el actor Jean Declair interpreta a Angelo Ledda, un asesino a sueldo cuya memoria comienza a fallar. Cuando a Ledda se le ordena matar a una prostituta de doce años de edad, el asesino rechaza su encargo y se convierte en un blanco.

La negrísima cinta del director Erik Van Looy ahora se vuelve a hacer diecinueve años después, ahora con Liam Neeson en el papel del asesino a sueldo y con Martin Campbell en la dirección. El resultado no es tan impactante y envolvente como el de la película original, pero nos muestra a Neeson en un trabajo más elegante y sofisticado del que nos tiene acostumbrados, aunque esto no significa que el actor haya dejado de trabajar por inercia.

En el remake de Campbell la premisa sigue siendo la misma, solo los nombres han cambiado. Angelo Ledda ahora es Alex Lewis, y los agentes Eric Vincke y Freddy Verstuyft, encargados de resolver el misterio alrededor del asesino a sueldo con conciencia moral, pero sin memoria, ahora son tres y se llaman Linda Amistad (Taj Atwal), Hugo Márquez (Harold Torres) y Vincent Serra (Guy Pearce). Que se haya escogido al actor de Memento para protagonizar esta cinta neo-noir que gira en torno a la amnesia, no pasa de ser un simpático guiño.

El papel de la villana va para Monica Bellucci quien, al igual que sus colegas, se limita a interpretar su papel. Al parecer, Martin Campbell (autor de Casino Royale, una de las mejores películas de la saga de James Bond y de The Foreigner, el estupendo drama protagonizado por Jackie Chan), no ha podido recuperarse del mega-fiasco que significó su Green Lantern y decidió abandonar la dimensión psicológica que hizo tan interesante a la cinta de Van Looy, para apostar por lo seguro y terminar haciendo una típica y efímera cinta de acción, con un elenco de actores que pudieron haberse aprovechado mucho más.

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