El granadino Benito Casado, el colombo-venezolano Luis Lozano y el cordobés Omar Roldán se encontraron por casualidad durante el verano de 2017, pero la conexión fue instantánea. Los tres forman parte de Çantamarta, una agrupación cuyos orígenes se encuentran en España, pero cuyas influencias provienen del Caribe Latinoamericano.
“Siempre decimos a modo de joda que nuestra historia es como si fuese Disney Channel”, dice Luislo, vocalista de la banda. Al momento de conocerse, él llevaba dos años viviendo en España y solía tocar guitarra en la calle como una forma de ganar dinero. Benito y Omar ya se conocían dado que juntos estudiaban ingeniería de sonido en Málaga, pero una noche el primero llevó al segundo a pasear por Granada para que conociera la ciudad. En el paseo, vieron a Luislo tocando en la plaza Alonso Cano y lo que escucharon les llamó la atención porque se asemejaba mucho al tipo de música que les gustaba descubrir.
“La mayoría de los colegas que teníamos eran raperos o cantautores, así que la voz de Luis nos pareció muy refrescante. Conectamos de una manera súper inminente y eso nos gustó mucho”, cuenta Benito. En ese momento, le preguntaron si tenía canciones propias, pero él nunca se había grabado; esta fue la semilla que los impulsó a comenzar a trabajar juntos.
El proceso de formación del grupo fue dándose de a poco pues si bien su primer encuentro se dio en 2017, conocerse “musicalmente” les tomó cerca de dos años, tiempo en el que experimentaron con las influencias y gustos de cada uno. “Íbamos quedando cuando se podía, nos tomábamos algo y charlábamos, a la vez que íbamos grabando acústico a Luis”, recuerda Omar. En este tiempo, explica Benito, tocaban de manera desinteresada y así fue como descubrieron, sesión tras sesión, que su música no se podía encasillar en un solo género pues bebía de la electrónica, del hip hop, del R&B y del folklore.
Cuando notaron que la producción había alcanzado un nuevo nivel, decidieron que ya era hora de formalizar el proyecto, así que retomaron un pseudónimo antiguo de Luislo que hacía referencia a la ciudad natal de su madre, Santa Marta, pero cambiando la ‘S’ por una cedilla. Así nació Çantamarta y en 2019 debutó con ‘Fermina’, una canción de R&B cuya letra habla de desamor y nombra a Wu-Tang Clan y a Diomedes Díaz, aunque un año más adelante ganaría mayor relevancia en la escena española con ‘Lluvia’.
En su discografía pueden encontrarse piezas muy distintas entre sí como la cumbiera ‘Canelita y ron amargo’ o la balada ‘Cuando los malandros lloran’. Pero su trabajo también ha estado marcado por colaboraciones importantes que han nacido orgánicamente y que no solamente se limitan a estar frente a los micrófonos. Como muestra, el trío figura en la producción del álbum Con cariño y con cuidado de la cantautora Valeria Castro y en algunos títulos del EP La pequeña semilla de Alba Reche.
“Ha ido convirtiéndose en el capital que tiene Çantamarta, que es como ese privilegio de poder dar su granito de arena a géneros que nos gustan”, comenta Benito sobre los diferentes estilos que han explorado hasta ahora. “Esto fue el descubrir lo que nos movía a la hora de crear”. A nivel musical, la variedad dentro de su proyecto se debe en gran parte a los orígenes tan distintos entre los andaluces y el colombo-venezolano, pero juntos han sabido hallar la mejor manera para que ambas culturas confluyan y se complementen entre sí.
Otro aspecto que ha jugado un papel importante en la propuesta de la banda es la condición de migrante de Luislo, pues a partir de sus experiencias se han moldeado las letras. “Tú puedes contar la migración desde puntos negativos como de puntos muy positivos”, señala el cantante, quien nombra el intercambio cultural como una de “las vainas más bonitas que tiene el poder migrar”. No obstante, aclara que su lado no tan bueno está relacionado con no tener los papeles al día, las condiciones laborales y la soledad. “Cuando tú migras con 19 o 20 años, algo dentro de ti se rompe y una inocencia que se rompe no se vuelve a recuperar”, asevera.
Justamente el trío habla sobre este tema en ‘Pasarela’, su canción más reciente que hará parte de su LP debut junto a ‘Tanguillos’. Aunque el grupo publicó en 2021 Amapolas, un EP de cuatro cortes que nació como resultado de la cuarentena, desde hace un año ha estado trabajando en forma en su primer álbum de larga duración. Algunas de las canciones que lo conformarán nacieron desde mucho antes, mientras que otras sí fueron creadas a lo largo de 2023. “El sentimiento es similar al que nos pasó con Amapolas en su momento, estamos hablando de un compilado mayor en este caso, pero el sentimiento es similar. Son temas que aterrizamos, vimos que entre ellos hablaban, que entre ellos se comunicaban y que tenían una vibra en común”, aclara Omar.
Los tres concuerdan con que este trabajo será una gran descripción de lo que es Çantamarta, pero mientras llega, aconsejan escuchar ‘Pasarela’ para entender mejor de qué va su propuesta artística. Allí, con elementos de hip hop, algo de dembow y con sus característicos toques afrocaribeños, abordan el “sentimiento migrante” de personas jóvenes desde una perspectiva más positiva.
“Esto es lo más lindo que podríamos decir de lo que hacemos. No nos vas a ver nunca cerrados en un solo género musical y esa puede ser una de las principales patas de esa identidad, lo vamos a trabajar todos, con cariño, con respeto e hilando a esa disrupción”, añade Luislo sobre el disco que se publicará en octubre. “Somos tan distintivos como la misma Ç de Çantamarta. Çantamarta somos todos”, concluye en tono poético y un poco en broma.
