Argentina urbana y global: la nueva camada de artistas argentinos exporta su música al mundo

Cómo María Becerra, Duki, Bizarrap, Nicki Nicole, Trueno, Milo J y otros lograron convertirse en un fenómeno for export como no ocurría hace tiempo en la Argentina

Por  GONZALO BUSTOS

diciembre 8, 2023

Guido Adler

Ahí está María Becerra —con un vestido largo, de gala y de tela suavemente brillante— caminando por un escenario amplio —amplísimo—, oscuro y custodiado por hombres vestidos en fracs de cuero. Y canta, rompiendo un pesado silencio, la primera línea de “Ojalá”. Si aquel hit de 2022 pateó los charts del planeta y la empujó hacia escenarios internacionales —con una Gallery Sessions de Amazon incluida—, esta noche tiene su momento estelar. Es el 16 de octubre y en el Palacio de los Congresos y Exposiciones de Sevilla, en España, la música de habla hispana tiene su fiesta de celebración: los Latin Grammys.

María de los Ángeles Becerra canta ante la mirada de la industria entera, ya sea en vivo, por TV o por internet, y más allá de que esta noche no se lleve ninguna de las cuatro estatuillas para las que estuvo nominada, es una de las artistas argentinas con mayor reconocimiento internacional.

María Becerra en la tapa de la revista Rolling Stone Argentina #309, editada en diciembre de 2023. (Foto: Sebastián Arpesella)

Pero no es la única. En julio pasado, Duki anunció que el 8 de junio de 2024 va a tocar en el renovado estadio Santiago Bernabéu, de Real Madrid, en España. Agotó 82.000 tickets en unas horas. Además, en noviembre cerró su gira española de once fechas, en las que lo vieron más de 250.000 personas. Y estos números tienen su expansión local: este mes Duki va a dar dos shows en la cancha de River: 150.000 entradas arrasadas. Y unos meses atrás, había vendido en tiempo récord cuatro conciertos en el estadio de Vélez: de nuevo, unas 140.000 personas.

Otro más. Hace casi un año, el 11 de enero de 2023, Bizarrap rompió la industria e hizo más que el tema del verano —probablemente se trate del hit del año— cuando lanzó la BZRP Music Sessions #53, con Shakira destrozando a Gerard Piqué por primera vez luego de su separación. La colaboración batió cuatgro récords Guinness. Fue la canción latina más vista en YouTube en 24 horas, con 63.000.000, y después se convirtió en el tema latino que más rápido llegó a los 100.000.000 de views en la plataforma. Los otros récords se dieron en Spotify: con 14.393.342 reproducciones logró ser la canción latina más reproducida en 24 horas y con 80.646.962 fue el tema latino más reproducido en Spotify en una semana.
El anuncio de estos récords —entrega de certificados incluida— se dio en el The Tonight Show Starring Jimmy Fallon, lo que es otro hit en sí mismo. Pero el último hito de la colaboración se dio, también, en los Latin Grammys. La Sessions #53 ganó el premio a la Canción del Año, y como si eso fuera poco, Biza también ganó la Mejor Canción Urbana por la Bzrp Music Sessions #52 con el español Quevedo, una de las tantas colaboraciones de escala mundial que metió el pibe de Ramos Mejía: Residente, Rauw Alejandro, Peso Pluma, Anuel AA, Nicky Jam, Eladio Carrión y otros.

Esto ya no es una casualidad. Más bien se parece a un patrón. En 2023 la música pop urbana argentina se volvió una música global.

Esta generación actual de pibes y pibas que caminan sus ventis supo sintonizar con su contexto y explotarlo. Hoy esta camada convirtió la música urbana nacional en materia exportable. Algo que no sucedía de manera tan explosiva desde ¿los 80 con Soda Stereo? ¿O fue con Los Fabulosos Cadillacs cruzando el continente a caballo de “Matador” en los 90? También hay que recordar el exilio de Andrés Calamaro en España, que lo convirtió en estrella en tierra ibérica. Y vale mencionar a Illya Kuryaki, tanto en su aparición como en sus reencuentros.

En cierto sentido, el boom de los Bizarrap, Duki, María Becerra y otros es la consecuencia lógica de su tiempo y del nacimiento que tuvieron. Todos son hijos de internet. Rápido repaso por lugares ya conocidos: BZRP y sus sesiones en YouTube, Duki en el Quinto Escalón, que fue de las plazas a YouTube, Becerra, que antes que cantante fue youtuber cuando no existía el concepto de influencer. Vamos a lo obvio. Internet no tiene barreras de tiempo y espacio: ellos tampoco, al parecer.

“Es impresionante el reconocimiento que le dan a este proyecto que empecé en mi cuarto con una computadora”, dice Gonzalo Conde, AKA Bizarrap, cuando recibe el Grammy por su canción con Quevedo y en una oración encapsula —o generalizando, incluso— el punto de partida de muchos de estos pibes que hoy están ahí, copando la industria de la música internacional.

Bizarrap conduce la fiesta de los Grammy junto a Shakira (Foto: Getty Images)

De nuevo en Sevilla. Ahora Bizarrap está sobre el escenario, subido a su teclado. Lo rodea Agarrate Catalina, su color, su candombe y sus coros. Y encima de ellos Milo J. que canta: “A Argentina la llevo en el alma”. Y después un corte. Y una quebrada. En mood tanguero, con un bar porteño como fondo, empieza a sonar en un bandoneón la melodía de la BZRP Sessions #52 y el Quinteto Astor Piazzolla convierte un hit pop-urbano en una milonga cantada por Ariel Ardit. Hasta que sobre el tejado aparece de nuevo Biza, mete unas líneas de teclas y todo gira a Shakira, que entra en escena bailando la coda de ese tango, mostrando su ligazón con estas tierras. Y en el último paso se mete el punteo sintético de la canción del año, que tiene como su titiritero a un pibe que marca el pulso de su generación y tiñe con su cultura —y su música— una fiesta global.

Pero no es la primera vez que pasa. En La Velada del Año 3 —el evento organizado por el streamer español Ibai Llanos desde 2021, donde reúne a figuras del stream de habla hispana, deportistas y músicos—, en un estadio del Real Madrid repleto y con más de 15.000.000 de personas viendo por Twitch, Bizarrap, Nicki Nicole, Milo J y Duki fueron las figuras centrales.

En los últimos años, España se convirtió en uno de los sitios donde más copó la nueva música argentina. Tanto es así que, que la productora nacional Dale Play abrió oficinas allí para estar cerca de sus artistas (Duki, Nicki Nicole, Bizarrap, Milo J, Wos, La Joaqui, Callejero Fino, Lara91K y C.R.O., entre otros) en este lazo tan estrecho que mantienen con el público español. No por nada su eslogan afirma: “Abriendo caminos para hacer historia”.

Hay más datos que confirman el fenómeno: este año, Trueno dio una docena de shows en diez ciudades españolas. Un tour que tuvo un hiato obligado por la presencia del trapero de La Boca en la celebración de los 50 años del hip-hop en el Central Park de Nueva York para el Latin American Alternative Music Conference (LAMC).

El boom del pop-urbano argentino no tiene fronteras. Nicki Nicole recorrió México con su Parte de Mi Tour. Fue sensación con su colaboración con Los Ángeles Azules —algo que meses después también haría María Becerra— y por su alianza con Peso Pluma, el último golden boy de la música azteca. Y todo eso después de un 2022 en el que la rosarina recorrió España, Alemania, Chile, Estados Unidos —Coachella incluido—.

Para completar el setlist de artistas urbanos argentinos copando el mercado internacional, Callejero Fino llevó la presentación de su disco Hagan caso y el RKT por Uruguay, Chile y México, donde fue parte de la grilla de uno de los festivales más importantes del país, el Coca-Cola Flow Festival.

Este año, Trueno paseó su flow por toda España. (Foto: Getty Images)

“Se lo quiero dedicar a todos los pibes y las pibas que están empezando, que vean que con muy poco se puede lograr mucho”, remató su discurso de premiación Bizarrap y —de nuevo— conceptualizó otro rasgo de su tiempo y su crew. El valor del compañerismo y el hacer comunidad.

Como Duki, Ysy A y Neo Pistea en aquella mansión que compartieron en tiempos de Modo Diablo. O viajando en el tiempo, en la irrupción del trap argentino en la escena musical actual, con “Loca”, el hit fundacional del movimiento que tenía a Khea, Cazzu y Duki unidos —y que llamó la atención de Bad Bunny para hacer un remix—. Cada paso que da uno de estos pibes es una patada ninja que rompe una puerta y abre el camino hacia un terreno nuevo invitando a que lo sigan. Las BZRP Music Sessions, por caso, son piezas de dos componentes, donde más de una sirvió para posicionar figuras de la escena. Otro ejemplo es el multi feat. de 2019 “Tumbando el club”, en el que Neo Pistea reunió a toda la crew: C.R.O., Obie Wanshot, Ysy A, Cazzu, Khea, Lucho SSJ, Coqeéin Montana, Marcianos Crew y Duki. Más acá en el tiempo, en seteo bolichero y con un buen refresh de nombres, la canción se llama “Los del espacio” y los que están son Lit Killah, Duki, Emilia, Tiago PZK, FMK, Rusherking, Maria Becerra, Big One.

Hay algo fundamental, que quizás explique su brillo en el exterior, y es que su música llega a otros países y es escuchada por los habitantes de esas tierras. Cosa que no sucedió —ni sucede— con bandas emblemas del rock nacional de este siglo. Grupos como La Renga o Ciro y los Persas, Kapanga o Los Pericos, giran por el mundo haciendo shows para argentinos que viven en Estados Unidos, España y demás países europeos. Esto se traduce en conciertos en bares más o menos pequeños, tocando para un grupo de fans nostálgicos de sus años jóvenes en Argentina.

La respuesta a por qué la música urbana argentina se convirtió en materia de exportación y de consumo para un público mundial puede estar en que linkea con el sonido de época a nivel global, un sonido en expansión. E incluso de moda. De un tiempo a esta parte —cinco, diez, quince años— la música de habla hispana y con ritmo urbano-latino se convirtió en la música del planeta: el reggaetón, el trap, la cumbia, la música tradicional española. De J Balvin a Bad Bunny. Con Rosalía y Karol G dentro de ese selecto grupo. Un VIP que podría tener su correlación pasada, su materia prima, en el reggaetón de los 2000. Con Daddy Yankee y Don Omar al frente copando el mercado de Estados Unidos, con Calle 13 años más tarde, sumando una veta de sustancia social en su narrativa. Y que tuvo en Nicky Jam el hipervínculo para trasladar el sonido de Puerto Rico a Colombia y se convirtió en el punto de fuga que nos trajo hasta acá. Un sonido global, hablado en castellano y que cada vez más tiene acento argentino.