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Argentina, España y México: tres bastiones del cine hispano en el siglo XXI

Con motivo de la primera edición de los Premios ROLLING STONE en Español, examinamos el desarrollo y las transformaciones del cine en tres países de Iberoamérica

octubre 19, 2023

AMORES PERROS: ALTAVISTA FILMS/NU VISION; EL SECRETO DE SUS OJOS: ALTA FILMS / SONY PICTURES CLASSICS; MAR ADENTRO: FINE LINE FEATURES / VUDU; DOLOR Y GLORIA: EL DESEO / SONY PICTURES

En estos últimos años, el cine hispanoamericano ha experimentado un notable crecimiento en términos de producción y reconocimiento internacional, demostrando su capacidad para contar historias profundas y diversas que resuenan en audiencias de todo el mundo, mientras consolida su posición en la industria cinematográfica global. La diversidad de voces y culturas que representan estas películas ha enriquecido la oferta cinematográfica internacional.

Las películas hispanas han tenido un impacto significativo en festivales de cine internacionales de renombre como Cannes, Venecia, Berlín y Sundance. Esto ha ampliado su visibilidad y les ha otorgado una plataforma para llegar a audiencias internacionales. Asimismo, varios largometrajes hispanos han sido nominados y han ganado en los Premios de la Academia, lo que ha impulsado el reconocimiento global de la industria cinematográfica más allá de la región.

Varios directores hispanos han emergido como figuras influyentes en la escena cinematográfica mundial en estos años recientes, como los españoles Carla Simón (Verano 1993, Alcarrás) y Rodrigo Sorogoyen (El reino, As Bestas); los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn (El ciudadano ilustre, Competencia oficial) y Santiago Mitre (Paulina, Argentina, 1985) o los mexicanos Alejandro González Iñárritu (Biutiful, Bardo) y Alonso Ruizpalacios (Güeros, Museo).  El cine hispano ha abordado una amplia variedad de temas en los últimos años, desde cuestiones sociales y políticas hasta historias personales y culturales. Se han producido películas que exploran la inmigración, la violencia, la identidad de género, la historia colonial y muchos otros temas relevantes para nuestra sociedad contemporánea, asuntos que el arte necesita poner sobre la mesa.

Las películas hispanas han tenido un éxito destacado en certámenes de cine internacionales como el Festival de Cannes, la Berlinale y el Festival de Cine de Venecia, eventos que han servido como plataformas para mostrar el talento y la creatividad de la región. El auge del streaming con Netflix, Prime Video, HBO Max, Paramount+, Lionsgate+, Disney+ y Mubi, ha brindado nuevas oportunidades para que el cine hispano llegue a audiencias globales, llevando a que varios cineastas opten por producir contenido exclusivo para estas plataformas, lo que ha ampliado su alcance en detrimento del formato cinematográfico.

El francés Denis Ménochet en la cinta española As Bestas. ARCADIA MOTION PICTURES/ LE PACTE

En ese contexto, muchas películas hispanas recientes se han centrado en la representación auténtica de sus respectivas culturas y han destacado la importancia de contar historias desde una perspectiva local, inclusiva y diversa. Se han producido colaboraciones entre cineastas hispanos y cineastas de otras partes del mundo, lo que ha dado lugar a películas interesantes y únicas que cruzan fronteras culturales.

Hoy es innegable que el cine hispano ha experimentado un período de crecimiento exponencial  y reconocimiento global en la última década, con una mayor diversidad de temas y una presencia más sólida en la escena cinematográfica internacional, y esto es claro especialmente cuando tenemos en cuenta la producción de estos tres países: Argentina, México y España. Por supuesto, sin demeritar en ningún momento el estupendo cine que se está haciendo en Chile con autores como Pablo Larraín (No, El club) y Sebastián Lelio (Gloria, Una mujer fantástica); o en Colombia, con autores como Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente), César Augusto Acevedo (La tierra y la sombra) y Laura Mora (Los reyes del mundo). 

Cintas argentinas: denuncia y riesgo

El cine argentino ha experimentado una transformación significativa en el siglo XXI, caracterizándose por su diversidad temática, siendo un medio efectivo para abordar cuestiones sociales y políticas. Muchas películas del siglo XXI se centran en la memoria histórica, los derechos humanos, la desigualdad y otros temas relevantes para la sociedad argentina, con títulos estupendos como Nueve reinas (2000) y El aura (2005) del fallecido Fabián Bielinsky, El hijo de la novia (2001) y El secreto de sus ojos (2009) de Juan José Campanella, La mujer sin cabeza (2008) y Zama (2017) de Lucrecia Martel, El clan (2015) de Pablo Trapero, XXY (2007) y La caída (2022) de Lucía Puenzo, Historias mínimas (2002) y Bombón el perro (2004) de Carlos Sorín, o Un cuento chino (2011) y La odisea de los giles (2019) de Sebastián Borensztein.

Aunque las películas sociales y políticas siguen siendo prominentes, los cineastas argentinos han explorado una amplia gama de temas, desde la vida cotidiana hasta la comedia, el drama, el romance, el misterio, la sátira y el terror. Esta multiplicidad de enfoques ha permitido que el cine argentino atraiga a audiencias de diferentes gustos y culturas.

El cine de autor continúa siendo una parte esencial del cine contemporáneo en este país. Directores como Mariano Llinás (La flor, 2018), y Lisandro Alonso (Liverpool, 2008), han ganado reconocimiento internacional por sus películas, que a menudo abordan temas personales y exploran narrativas poco habituales. Sus obras desafían las convenciones cinematográficas y ofrecen una visión única del mundo.

El cine argentino ha fortalecido su presencia en el mercado internacional a través de actores de la talla de Ricardo Darín, Óscar Martínez y Guillermo Francella, protagonistas muchas veces no solo de lo mejor del cine argentino, sino de excelentes coproducciones con otros países de América Latina y Europa. Estas colaboraciones han permitido la combinación de recursos y talento, lo que resulta en obras cinematográficas de alta calidad con un alcance global. Ejemplos notables incluyen películas como El ciudadano ilustre (2016), una coproducción argentina y española dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, que ganó el Premio Goya a la Mejor película iberoamericana.

Ricardo Darín en Argentina, 1985. DIGICINE / AMAZON STUDIOS

Los cineastas argentinos han mostrado una propensión a la innovación narrativa y estilística. Han experimentado con estructuras narrativas no lineales, mezcla de géneros y enfoques visuales distintivos para contar sus historias. Esta búsqueda de nuevas formas de narrar ha dado como resultado películas que desafían las expectativas convencionales del cine.

Podríamos decir que el cine argentino está viviendo una segunda edad de oro, cosechando premios y reconocimientos en festivales de cine de prestigio en todo el mundo. Estos éxitos internacionales han elevado la reputación del cine argentino y lo han situado en un lugar destacado en el panorama cinematográfico global.

El cine español: evolución y vanguardia

El cine que se ha hecho en la España del siglo XXI va literalmente de la mano con el cine argentino gracias a las importantes coproducciones llevadas a cabo entre estos dos países. Aunque tradicionalmente se ha asociado el cine español con el drama social, los cineastas emergentes del país han estado explorando una amplia gama de géneros y temas, desde películas de corte histórico como Alatriste (2006) de Agustín Díaz Yánez, hasta comedias populares como Ocho apellidos vascos (2014) de Emilio Martínez-Lázaro.

Sin embargo, el cine de autor sigue siendo una parte esencial del cine español contemporáneo. Directores como Pedro Almodóvar (Dolor y gloria, 2002), Alejandro Amenábar (Mar adentro, 2004), Isabel Coixet (La vida secreta de las palabras, 2005) y Alberto Rodríguez (La isla mínima, 2014) han ganado reconocimiento internacional por sus películas que a menudo abordan temas personales y exploran narrativas muy originales. En muchos casos, sus obras desafían los cánones cinematográficos y ofrecen una visión única del mundo.

El cine español también ha fortalecido su presencia en el mercado internacional a través de coproducciones con otras naciones, especialmente en América Latina y Europa; esto ha dado origen a grandes cintas con mucho alcance en términos de audiencia. Algunos de los ejemplos más notables incluyen a El laberinto del fauno (2006) del mexicano Guillermo del Toro, Relatos salvajes (2014) del argentino Damián Szifrón o Lo imposible (2012) cinta en inglés del español Juan Antonio Bayona, que han obtenido un gran reconocimiento del público y elogios de la crítica.

Al igual que el cine argentino, el cine español se emplea muy eficazmente para abordar asuntos sociopolíticos. Muchos documentales y películas españolas del siglo XXI se enfocan en historias relacionadas con la Guerra Civil, el franquismo y la transición; el Silencio de otros (2018), dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar, es un gran ejemplo de esto. El techo amarillo (2022) de Isabel Colixet, es otra muestra de la gran capacidad que tienen estos realizadores a la hora de sumergirse en asuntos que afectan gravemente a la sociedad.

El cine español también manifiesta un claro interés por la exploración narrativa y la experimentación visual, esquivando los clichés y las convenciones del séptimo arte para contar sus historia de formas innovadoras y originales; ese es el caso de la surrealista Blancanieves (2012) de Pablo Berger, la aterradora [REC] (2007) de Jaume Balagueró y Paco Plaza o la emocionante Celda 211 (2009) de Daniel Monzón.  Esa perspectiva le ha abierto las puertas en todo el planeta, y le ha permitido hacerse con premios y reconocimientos en los espacios más prestigiosos para el cine, como el Festival de Cannes y los premios Óscar. Además, directores y actores españoles como Antonio Banderas, Penélope Cruz, Javier Bardem y Luis Tosar son invitados con frecuencia a participar en producciones y eventos cinematográficos internacionales, consolidando la influencia global del cine español.

Natalia Solián en la escalofriante cinta mexicana de terror Huesera. DISRUPTIVA FILMS / CINÉPOLIS DISTRIBUCIÓN

México: renovación y diversidad

El cine mexicano ha experimentado una notable revitalización en el siglo XXI, consolidando su posición en la escena cinematográfica internacional con una serie de características distintivas. Si bien las películas sociales y los dramas han sido parte fundamental de la tradición cinematográfica mexicana, los cineastas del nuevo milenio han explorado una gama cada vez más amplia de géneros y temáticas. Desde el realismo mágico de El laberinto del fauno de Guillermo del Toro hasta el humor negro de Nosotros los Nobles (2013) de Gary Alazraki, la cinematografía mexicana ha demostrado su capacidad para sorprender y cautivar.

El siglo XXI ha visto el surgimiento de una nueva generación de cineastas mexicanos que han dejado una marca significativa en la industria, especialmente con la triada conformada por Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, quienes han ganado reconocimiento internacional con obras que exploran temas personales y sociales de una manera profunda. Películas como Y tu mamá también (2001) y Roma (2018) de Cuarón, Amores perros (2000) y Birdman (2014) de González Iñárritu, La forma del agua (2017) y Pinocho (2022) de del Toro han recibido múltiples premios y elogios (entre ellos varios óscares), destacando la influencia global del cine mexicano.

Por otra parte, películas como Sin nombre (2009) de Cary Fukunaga, Miss Bala (2009) de Gerardo Naranjo, Heli (2013) de Amat Escalante, Desierto (2015) de Jonás Cuarón y Noche de fuego (2022) de Tatiana Huezo examinan la violencia, la migración y el narcotráfico en México, generando debates y reflexiones sobre problemas contemporáneos. Además, el cine mexicano ha mantenido su tradición de explorar las raíces culturales de México en películas como La jaula de oro (2013) de Diego Quemada-Díez o los trabajos de Carlos Reygadas o Alfonso Ruizpalacios.

La idiosincrasia de México y su cercanía con la gran industria norteamericana generan un universo de posibilidades artísticas y comerciales, con muchas figuras que terminan en grandes producciones de Hollywood, como Gael García Bernal, Diego Luna, Tenoch Huerta, Eugenio Derbez, Demián Bichir, Adriana Barraza o Marina De Tavira, entre muchos otros.

El argentino Guillermo Francella en La extorsión. 100 BARES / CIMARRÓN CINE

Cintas nominadas a los Premios Rolling Stone en Español

Desde grandes éxitos de taquilla, hasta películas muy profundas y reflexivas, pasando por producciones con espíritu contestatario, estas obras reflejan perfectamente el amplio espectro del cine iberoamericano actual.

1. 1976

2. Alcarrás

3. Argentina, 1985

4. As Bestas

5. Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades

6. Cerdita

7. Competencia oficial

8. Huesera

9. La extorsión

10. La jauría

11. Los reyes del mundo

12. Utama

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