Cuando Squid, el quinteto surgido en Brighton, Inglaterra, que se presenta esta noche en Buenos Aires, lanzó su primer álbum, Bright Green Field (2021), en pleno crepúsculo de la pandemia, de alguna manera terminó de armarse el mapa de la nueva escena del Reino Unido y sus alrededores.
Producido por Dan Carey (que trabajó con otros puntos de ese mapa, como Fontaines DC, Wet Leg o Black Midi), del sello Speedy Wunderground, y editado por Warp Records, el debut de Squid está cargado de energía y es una muestra fiel de la búsqueda sonora de estos cinco amigos que empezaron a tocar como un juego y que, casi sin darse cuenta, terminaron conformando una de las bandas más interesantes de Inglaterra en la actualidad.
Postpunk, avant garde, new wave y krautrock son algunos de los géneros con los que la prensa especializada intenta definir a Squid. Pero las etiquetas no parecen hacerle justicia al plan de estos muchachos. Con el baterista y cantante Ollie Judge al frente, Louis Borlase y Anton Pearson en guitarras, Laurie Nankivell en bajo y Arthur Leadbetter en teclado, el quinteto se encarga de estirar los límites y generar sorpresa en cada decisión musical.
Si con el primer disco, con singles como “Narrator”, una canción que dura más de ocho minutos a la que no le sobra un solo segundo, la banda mostró sus intenciones, con O Monolith (2023), el sucesor, Squid confirmó que no tiene techo a la hora de la experimentación musical. Un buen ejemplo de esto es “Swing (In a Dream)”, el tema que abre su segundo álbum, donde aparece hasta una trompeta ensordecedora para completar el viaje.
Antes de su primer show en la Argentina, este martes en Niceto Club (todavía quedan algunas entradas acá), el guitarrista Anton Pearson habló con Rolling Stone sobre la nueva escena inglesa, el sonido de Squid y sus expectativas sobre tocar en Buenos Aires.
Hay decenas de artículos periodísticos que hablan sobre una nueva camada de bandas en Inglaterra, y los incluyen junto a otros nombres importantes en la actualidad. Esa escena, ¿existe realmente?
Depende de lo que te refieras con escena. Todas somos bandas reales con personas reales haciendo música real (risas). Y sí, somos de Inglaterra. La mayoría empezamos a tocar en lugares similares en el sur de Londres, entonces hay algunas conexiones ahí. Pero sería errado asumir que estamos todo el tiempo juntos zapando, yendo a pubs y todo ese tipo de cosas. Con la mayoría de las bandas con las que nos relacionan compartimos algún que otro festival, o alguna gira, y son gente muy agradable. Nos saludamos, tenemos buena relación, pero no es algo que estamos haciendo todo el tiempo. No nos juntamos para planear qué vamos a hacer. Quizás algunas escenas de las que gente hablaba en el pasado sí tenían más relación entre sí. Los músicos intercambiaban ideas de manera muy directa, pero no diría que ese es el caso de la escena inglesa en este momento.
¿Cómo es empezar una banda en Brighton?
Es una ciudad con muy buenos lugares para tocar y es bastante chica, por lo que podés ir caminando de un lugar a otro sin problemas. Eso fue muy bueno para nosotros porque nunca tuvimos auto, ni van, ni nada de eso. Fue un muy buen sitio para empezar como banda porque era muy fácil trasladarnos. Cuando dimos nuestros primeros shows, realmente fue para nuestros amigos, no nos pensábamos a nosotros mismos como banda. Era como un juego. Poníamos nuestros nombres individuales en un cronograma e íbamos intercambiando miembros, nos divertíamos. Por eso, cuando empezamos a tocar con otras bandas de Brighton, nos sentíamos diferentes al resto.
Una excelente definición de lo que hacen aparece en la descripción de su perfil de Spotify: “anxiety rock” (rock ansioso). Para vos, ¿cuál es la fórmula que hace que Squid tenga ese sonido tan particular?
Creo que nuestro diferencial es que hacemos todo juntos. La música, la letra, todo lo hacemos entre todos. Me parece que es algo único y nunca trabajamos de otra manera. No somos una banda con un compositor que se encarga de escribir las canciones y luego viene el resto al estudio para aprenderse las canciones y grabarlas. Nunca, jamás trabajamos así. Se sentiría como un error que uno de nosotros llegase ensayo y dijese: “Escribí esta canción, apréndanla”.
¡¿Qué estás haciendo?!
¡Claro! Así no se hacen las cosas… (risas) Creo que es algo que podés escuchar en nuestra música. No hay una única cosa en la que te puedas enfocar, hay varias cosas que están una encima de la otra.
Es la primera vez que van a tocar en Argentina, ¿qué sabén de nuestro país?
Todo lo que sé de Argentina, lo sé por el fútbol…
¡Es una buena manera de saber algo de Argentina!
Por supuesto. Felicitaciones, por cierto…
¡Gracias! ¿Qué esperan de su show en Buenos Aires?
No sabemos qué esperar. Ninguno de nosotros estuvo ahí, ni siquiera de vacaciones. Va a ser muy interesante. Escuchamos historias sobre el público, dicen que están muy locos. Cuando vamos a lugares nuevos, a veces pasa que la gente no sabe cómo reaccionar a nuestra música. Lo bueno es que no vamos con un festival, es nuestro show, así que sabemos que todos los que estén ahí, estarán ahí por nosotros.