Rosalía en el Lollapalooza Argentina 2023: cómo ser un clásico con apenas 30 años

Luego de su inolvidable show del año pasado en el Movistar Arena, la artista española aterrizó con el Motomami Tour en el Hipódromo de San Isidro

Por  FACUNDO ARROYO

marzo 17, 2023

Foto: Gallo Blugüermann

Cuando arrancó el “Motomami Tour” las primeras quejas estuvieron por el sentido del vivo. Vieron que Rosalía salía a escena sin músicos. Apenas ocho bailarines, un telón blanco y un hombre cámara que la sigue paso a paso. Pero todo tiene sentido si se piensa la concepción en pandemia de Motomami. Una Rosalía atorada en Nueva York por la pandemia. Un lugar aislado y elegido para grabar el sucesor de El mal querer (2018). Buscaba romper los paradigmas del pop. Motomami: una gloria musical conformada por un collage de mil recursos digitales. Su primer show en el Lollapalooza Argentina, allá por el año 2019, también era discreto. Había una plataforma, un cuerpo de bailarines y bailarinas y el Guincho en samplers y programaciones. Y la situación no cambió demasiado.

(Foto: Gallo Blugüermann)

Parece difícil ser un clásico con tan solo 30 años y tres discos editados, pero, con el paso del tiempo, la obra de Rosalía se monta en el lomo de la industria bajo ese espectro. Las vinculaciones que trabaja ella se dan con las formas de las nuevas generaciones de estrellas pop. Puede seguir anclada en el flamenco pero también colaborar con artistas tan disímiles como J Balvin o con su actual pareja, el que se mueve por el R&B Rauw Alejandro. Sin ir más lejos, ayer lanzaron el simple “Beso” que formará parte de un EP titulado RR. A este material planean lanzarlo el 24 de marzo. Feriado nacional en Argentina pero con Rosalía ya un poco más lejos.

La cantante española volvió con el formato del “Motomami Tour” con algunos detalles distintos. Básicamente, dejándola un poco más quieta en el escenario para que no se canse tanto y con algunas licencias para improvisar. Cantó a capella “Hentai” por una falla en el piano, leyó un piropo que la emocionó (algo así como que las flores de Buenos Aires huelen mejor cuando llega ella) y hasta le cocieron el vestido cuadrillé blanco y celeste mientras interactuaba con la gente.

Sobre el final de un show de una hora y cuarto se disparó el sample del audio de su abuela recriminándole que lo primero es la familia. Ahí están los críticos reclamándoles sus vicios del siglo XX para ver música en 2023. Ahí está Rosalía para chequear que es una artista de vanguardia, colocando su obra en este presente que habla del futuro. O como lo cantó en “Sakura”: el hecho de entender nuestra relación con lo efímero y con lo eterno. ¡Cómo canta Rosalía! Flor de Sakura. A esa canción, le suma a su lista “Chicken Teriyaki“, “Motomami”, “Biscochito“, de Motomami, el álbum que rompió la última edición de los Grammys.

Sin emulación pero con devoción a la entereza. Con el pecho bien inflado y la proyección de un material que, en diálogo con El mal querer, se concibe como una obra conceptual. Rosalía sigue acelerando el Motomami porque la ruta tiene varios kilómetros. En principio, dirigiéndose hacia los festivales más importantes del mundo. Actualmente, la ícono española -que tuvo una de las giras más exitosas de 2022-, y realizó uno de los shows del año sobre el escenario del Movistar Arena de Buenos Aires– seguirá por los otros Lollapalooza (Chile y Brasil), Coachella (Indio, California) y Primavera Sound (Barcelona, España), entre otros. Ella siempre dijo que si Beyoncé o Rihanna podían hacer lo que hacían con el soul y el blues para convertirlos en pop, por qué ella no podía hacer lo mismo con el flamenco. Lo que pasa es que la prueba de Motomami no la hace como un madrileño. La hace, más bien, como una diosa del futuro capaz de reflejarse en los vidrios de las catedrales y los rascacielos. Motomami funciona, entonces, como la prima andrógina de El mal querer con una playlist que sigue de noche entre feats de reguetón, videos de comidas en TikToks y resúmenes de sus estadías por Instagram. La verdadera motomami de las redes sociales.

(Foto: Gallo Blugüermann)

Después de sacarse el maquillaje, mostrar sus manos sin uñas y empaparse el pelo, Rosalía se sentó en una plataforma con proyecciones psicodélicas y sorprendió con una interpretación de “Héroe” de Enrique Iglesias. De esta manera, la gran cantora popular anclada en la cultura pop repitió frases como “quiero ser tu héroe, si pudiera ser tu dios” y lo dicotómico es que, entre el millar de personas que la fue a ver, más de la mitad ya la considere su heroína personal, su diosa personal. Como esa niña subida al cuello de su motomami que gritó entre tema y tema: “Te quiero mucho, Rosalía”.