Oasis y las costumbres argentinas: fútbol, asado y champagne (supernova)

El nuevo bookazine Rolling Sttone dedicado a la banda ya está en los kioscos y para celebrarlo aquí va un repaso de sus cuatro visitas al país: del debut en el Luna Park hasta la consagración en el estadio de River

Por  JOAQUÍN VISMARA

agosto 26, 2024

FOTO: EMILIANO LASALVIA

Esta nota pertenece al especial para coleccionistas dedicado a Oasis que ya se puede conseguir en todos los kioscos del país, con las más picantes y mejores entrevistas a los hermanos Gallagher, el análisis de toda su discografía, las colaboraciones, las claves de su histórica pelea con Blur, sus mejores canciones y más.


“La Argentina es un lugar especial para nosotros y hay pocas ciudades en el mundo que se asemejen a Buenos Aires, quizás algunas italianas, no muchas más: el público está totalmente loco y ama el fútbol tanto como nosotros”. Entrevistado en 2006 por La Nación, Noel Gallagher explicó la raíz del vínculo que Oasis mantiene con sus fans locales, idilio que empezó a una escala hoy impensada (dos shows en el Luna Park en el pico de su apogeo), y que amplió su convocatoria en cada ocasión. De barrabravas con guitarras a estrellas escala estadio, un repaso por las cuatro visitas de la banda al país.

17 y 18 de marzo de 1998, Luna Park Convocatoria: 7 mil espectadores por noche

El desembarco de Oasis en estas latitudes se dio con los estertores de su etapa imperial, y también con el caballo bastante cansado sobre el final de una gira de seis meses que había comenzado en Oslo en septiembre de 1997 y finalizaría en México una semana más tarde de su tándem de shows porteños. Sin ningún tipo de parafernalia escénica, los mancunianos tomaron el Luna Park por asalto con la misma matriz estética con la que le habían dado forma a Be Here Now un año antes: guitarras a volumen 11 (ni “Wonderwall” se salvó del calor de las válvulas) y la arrogancia como punta de lanza. En pleno éxtasis del fervor britpop, los dos shows contaron con Juana La Loca como banda telonera y tuvieron la dosis necesaria de hits (“Roll with It”, “Cigarettes and Alcohol”, “Stand by Me”, “Champagne “Supernova”), y un set acústico en el que Noel, acompañado por percusión y el drone de un sitar, se animó a desenchufar “Setting Sun”, su colaboración con The Chemical Brothers, para luego cruzarla con “Fade In-Out”. Para los Gallagher, lo mejor de su primera visita porteña ocurrió en el hotel Sheraton, cuando lograron abordar a su ídolo Diego Armando Maradona, que arribó allí junto a una comitiva. Según contó Liam a Noisey, “estaba en el medio del salón. Hacía jueguitos con la tapita de una botella, y sus ojos estaban sobresalidos, y los nuestros también”. Después de que un traductor les hiciera llegar un mensaje intimidante del Diez por si osaban cortejar a alguna de las mujeres que lo acompañaban, Liam y Noel se apuraron en sacarse una foto antes de partir hacia la salida. Según Noel, actualmente el retrato corona la chimenea de la casa de su madre en Manchester.

18 de enero de 2001, Campo Argentino de Polo Convocatoria: 15 mil espectadores

El cambio de milenio encontró a Oasis consolidada ya como una banda de masas, pero al mismo tiempo en el medio de una etapa experimental (al menos para sus propios cánones) tras la partida de dos de sus miembros fundadores, el bajista Paul “Guigsy” McGuigan y el guitarrista Paul “Bonehead” Arthurs. La banda llegó por segunda vez a la Argentina para presentar Standing on the Shoulder of Giants, su cuarto disco de estudio, y también a su nueva formación, que incluía al ex Heavy Stereo Gem Archer en guitarra y Andy Bell, de Ride, en bajo. Su presentación fue en el marco del Hot Festival, donde la noche anterior habían tocado Beck y R.E.M., y que demandó de parte de Noel Gallagher un inusitado gesto de humildad, al oponerse a ser el artista de cierre teniendo en cuenta que antes que ellos iba a tocar Neil Young, lo que obligó a cambiar los horarios un día antes del evento. Ante una magra concurrencia de quince mil espectadores, el show fue una versión resumida del disco en vivo Familiar to Millions, donde algunas canciones de Standing… (“Go Let It Out”, “Who Feels Love?” y el trip hop barrabrava de “Gas Panic!”) convivieron con una selección de clásicos inevitables, y también con la versión de “Hey Hey, My My (Into the Black)” de Young, que el mayor de los Gallagher no quiso quitar del show. Sobre el final, una zapatilla voló desde el campo e impactó de lleno en la cara de Liam, un incidente que no pasó a mayores solo por tratarse del último tema de la noche.

10 de marzo de 2006, Campo Argentino de Polo Convocatoria: 40 mil espectadores

Después de no incluir a Sudamérica en la gira de Heathen Chemistry mientras Argentina comenzaba a barrer los pedazos rotos del país tras la crisis de diciembre de 2001, el tercer show de Oasis en Buenos Aires convocó a más de cuarenta mil espectadores en Palermo, algo que pareció superar la expectativa incluso de los propios protagonistas, que viajaron con un periodista y un fotógrafo de la revista británica Q para dar cuenta del fenómeno, con sesión de fotos en La Boca incluida. Y aunque la banda llegó renovada gracias al resultado en estudio con Don’t Believe the Truth, y también por contar tras los parches con Zak Starkey, hijo de Ringo Starr y pirotécnico baterista de The Who, el resultado final dejó un sabor amargo para los que estuvieron ese día en el Campo de Polo. Aunque las puertas abrieron desde temprano, los ingresos funcionaron lento y el predio estaba tan sobre su capacidad que hubo que parar el show tras los dos primeros temas (“Turn Up the Sun” y “Lyla”) para liberar la zona más cercana al vallado, lo que enfrió bastante el show, y aunque la banda demostró sentirse en su mejor forma, la voz de Liam Gallagher estuvo lejos de mostrarse a la altura de las circunstancias, con un vozarrón ronco apenas posible de distinguir. La responsabilidad de sostener el show quedó en manos de su hermano, que se encargó de “The Importance of Being Idle” y rescató el himno “The Masterplan”. Con una dosis importante de luminarias rockeras de su catálogo pasado y reciente (“Bring It On Down”, “Morning Glory”, “The Meaning of Soul”), Oasis no pudo resistir la tentación de hacer que su baterista tocase el clásico más grande su otra banda, y así fue cómo se despidió con “My Generation”.

3 de mayo de 2009, Estadio River Plate Convocatoria: 45 mil espectadores

En su cuarta y última visita al país, Oasis llegó a la Argentina con el murmullo de fondo de una separación inminente por las fricciones entre Liam y Noel, algo que estuvo presente en el universo de la banda casi desde el momento mismo de su formación. El runrún no parecía tener correlación con el presente de la banda en aquel entonces: Dig Out Your Soul, su segundo disco consecutivo con Dave Sardy en la producción, tenía al grupo en un gran momento, capaz de hacer equilibrio entre el rock expansivo y la psicodelia valvular. En su primer y único show en un estadio porteño de fútbol, Oasis amplió su convocatoria, pero no llegó a colgar el cartel de “sold out” en boleterías, aunque eso no logró ir en contra de un show que apostó a la contundencia de entrada de la mano de “Rock ‘n’ Roll Star”, “Lyla” y “The Shock of the Lightning”, con un solo a cargo de su nuevo baterista, Chris Sharrock. Liam logró saldar las deudas de su visita anterior en una versión descollante de “Slide Away” y también en “I’m Outta Time” y “Ain’t Got Nothin’”, ambas de su autoría. La cuota emotiva llegó a la hora de los bises, cuando su hermano mayor recordó al público que había estado sobre ese mismo escenario en 1991, pero en calidad de plomo de Inspiral Carpets, y lo que le siguió a continuación fue una versión acústica de “Don’t Look Back in Anger” en la que no pudo evitar soltar una lágrima, antes de cerrar la noche con una versión electrizada de “I Am the Walrus”. Tres meses después, los rumores se transformaron en realidad y Oasis oficializó su separación a finales de agosto.