Oasis vs Blur, la gran batalla del britpop: el chiste que se descontroló y definió un movimiento

El enfrentamiento entre las dos bandas emblema de la música inglesa de los 90 tuvo picardía, impunidad y munición gruesa

Por  JUAN FACUNDO DÍAZ

agosto 26, 2024

Liam Gallagher y Damon Albarn, en un partido de la industria musical en Londres, 1996.

Brian Rasic/Getty Images

Esta nota pertenece al especial para coleccionistas dedicado a Oasis que ya se puede conseguir en todos los kioscos del país, con las más picantes y mejores entrevistas a los hermanos Gallagher, el análisis de toda su discografía, las colaboraciones, sus mejores canciones y más.


¿Qué pensaría mi yo más joven de la colaboración que hice con Damon Albarn?”, se preguntó hace unos años Noel Gallagher. “En un mal día, me hubiera apuñalado en las bolas”, admitió. En 2017, el mayor de los hermanos de Manchester aportó su voz en “We Got the Power”, una canción del disco Humanz, de Gorillaz, la banda de dibujos animados más humana del mundo comandada por el entonces exlíder de Blur.

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Sucede que ese encuentro tan sencillo, ese cruce artístico de dos emblemas de la música británica, hubiese sido imposible de imaginar unos años antes. La industria, el público, los medios de comunicación y las cabezas embriagadas de éxito hicieron, junto a la picardía competitiva y la impunidad para tirarse munición pesada, que las bandas más importantes de mediados de los noventa se declararan la guerra pública en 1995 en algo que terminó llamándose “La batalla del britpop”. Oasis contra Blur. Blur contra Oasis. Un chiste que se descontroló y definió un movimiento. 

El lanzamiento de Definitely Maybe, el disco debut de Oasis, junto a Creation Records, el sello que creó Alan McGee y tuvo en sus filas a grupos como The Jesus & Mary Chain, Primal Scream, My Bloody Valentine, The Libertines y tantos otros, marcó en 1994 un punto de partida, el inicio de una nueva era y sonido para la música británica. El álbum se transformó en el disco debut más vendido de todos los tiempos y los posicionó en lo alto de los rankings. La irrupción de los hermanos Gallagher fue, desde un primer momento, arrogante: “En mi cabeza mis sueños son reales/ (…) Esta noche soy una estrella de rock”, cantaban al abrir con “Rock ‘N’ Roll Star”, la canción responsable de suceder a “Supersonic”, “Shakermaker” y “Live Forever”, los singles previos, su verdadera carta de presentación.

Esa seguridad altanera fue la advertencia del pulso de todo el disco, un espíritu cargado de soberbia y hedonismo adolescente. Desde su aparición, Oasis supo capturar el sentir popular de cambio de época en Gran Bretaña, tanto social como político, y musicalizar así esos aires de esperanza tras el fin de 18 años de un gobierno conservador en el poder. 

El britpop, de hecho, fue la música de fondo para el fin de la ultraderecha en el país. El ascenso de Tony Blair, el líder del Partido Laborista desde 1994 y finalmente primer ministro del Reino Unido entre 1997 y 2007, que se erigía como defensor de la clase obrera, fue marcado por la búsqueda de apoyo en los jóvenes que mientras tanto escuchaban Pulp, Oasis, Suede, Blur y todo el britpop naciente. De hecho, medios como Q Magazine llegaron a afirmar que el partido intentó apropiarse del movimiento musical para guiar de forma total el voto juvenil. Mientras algunas de las bandas supieron despegarse de forma pública y explícita, Oasis no lo hizo o no fue claro y recibió críticas desde sectores antagónicos.

Más cerca de la suciedad guitarrera y enarbolando la figura de aquellos que se mueven entre los márgenes de las ciudades, los relegados del sistema que miran con cierta desazón el curso de la historia, Oasis pasó a representar en su naturaleza a la clase trabajadora. Por ellos mismos y, también, por contraposición con el resto.

Mientras Manchester volvía a ser el epicentro de la escena musical británica después de Happy Mondays y The Stone Roses, desde Londres, el sur del país, llegaba cada vez con mayor fuerza también el fenómeno de Blur de la mano de Parklife, su tercer disco de estudio. En este caso, Damon AlbarnGraham Coxon y compañía, señalados como los chicos elegantes. Si unos eran toscos, los otros eran chicos bien, por lo que eran y significaban, claro, pero también por lo que la prensa decía de ellos. Mientras Blur se disputaba el reinado del britpop contra Suede, Oasis fue subido al ring de la disputa en parte por los medios aunque, claro, los hermanos Gallagher no se resistieron demasiado a empezar a pelear. 

El primer round, la campana inicial, se dio en la entrega de los Brit Awards de 1995. La banda de Damon Albarn se llevó tres galardones esa noche: Mejor Álbum Británico por Parklife, Mejor Single Británico por la canción que da título al disco y Mejor Grupo. Oasis, por su parte, cargó con la distinción de Mejor Nuevo Artista Británico. La chispa que encendió la mecha fue que, mientras Blur daba los agradecimientos por el premio de mejor grupo, Damon tomó el micrófono del estrado y dijo: “Esto debería compartirse con Oasis”. Graham Coxon, por su lado, dijo: “Mucho amor y respeto para ellos”. Una muestra de afecto y respeto de colegas o un gesto de ironía sutil con humor británico, algo que nunca se supo realmente qué significó, pero fue suficiente para que Liam encontrara un enemigo en quien depositar el odio y el motor competitivo de la maquinaria Oasis.

Después del show sobre el escenario, Liam se negó a fotografiarse con el cantante de Blur y le dijo: “Te lo voy a decir en tu cara, tu banda es una mierda. No voy a hacerme una foto con vos”. Un revival de la invasión inglesa con la competencia entre The Beatles y The Rolling Stones pero ahora con insultos y faltas de respeto.

“Damon había venido a una fiesta en la que Oasis celebraba ‘Some Might Say’, su primer sencillo número uno”, recuerda Alan McGee, el director del sello. “Liam se acercó y le dijo: ‘Somos el número uno, vos no’. Ahí Damon se enojó y decidió enfrentarse a Oasis. Y Oasis, siendo Oasis, decidió odiarlos. Y Blur, siendo Blur, pensó que era un juego ¡Pero Oasis en realidad los odiaba en ese momento!”. Albarn, por su parte, recuerda esa noche como un gesto inocente en el que fue a felicitar a la banda colega. “Fui a su fiesta de celebración sólo para decir ‘bien hecho’. Y Liam se acercó y, a su forma, me gritó en la cara: “¡Número uno!”. Ahí fue cuando pensé: ‘Está bien, ya veremos…’”. Sumado a eso, Liam, con su típica arrogancia que no sabe de límites, incluso tuvo comentarios irrespetuosos para con la pareja de Albarn del momento. Si querían una guerra, entonces la tendrían. 

Con cada grupo en sus esquinas y preparando sus siguientes lanzamientos, los discos por venir serían el momento justo para potenciar la disputa. Y, haciendo lo suyo, la prensa olió sangre y allí fue sedienta. Blur estaba a punto de lanzar The Great Escape, su cuarto álbum, y después del éxito del anterior había confianza y entusiasmo entre sus filas. En el otro rincón, Oasis estaba preparando su segundo disco y el que finalmente sería el más exitoso de la historia de la banda. Para esto, para adelantarlos, cada grupo debía elegir los singles que rotarían a modo de promoción. Con fecha para agosto de 1995, Oasis anunció la publicación de “Roll with It”. Blur, por su lado, eligió “Country House”.

“Es una canción típica de Oasis: ‘Callate y seguí para adelante’. Son los mismos sentimientos que hay en casi todas las canciones que hacemos. Es como ‘Supersonic’: ‘Tenés que ser vos mismo’”, dijo Noel posteriormente en la revista Select. Por su lado, la de Blur tenía tintes quizás más introspectivos. “‘Country House’ trata sobre los ataques de pánico. La escribí cuando murió Kurt Cobain, pero no se trata de él, se trata de mí. Me estaba sintiendo bastante mal en ese momento”, dijo en el libro The Life of Blur.

Para los lanzamientos, Blur tenía programada la fecha de publicación para una semana después del de los hermanos Gallagher. A decir de sus propios autores y de la crítica, ninguna de las dos eran grandes canciones ni mucho menos temas representativos de los grupos. Sin embargo, aunque todo se preveía escalonado y sin solaparse, en las filas de la discográfica Food Records los londinenses pensaron que si Oasis obtenía, como naturalmente iba a suceder, el número 1 de los charts, existía una posibilidad de que ni un buen lanzamiento propio pudiese bajarlos de esa posición. Y eso, comercial y narrativamente, sería un desastre para el grupo. Entonces Damon sugirió y recogió el guante de la pelea a la que ya había sido invitado: “¿Y si salimos el mismo día?”. 

Graham no se sentía cómodo con toda la situación pero decidieron seguir adelante con el plan. Damon, en su cruzada profundamente competitiva, tenía la sangre en el ojo de las provocaciones por parte de los hermanos Macana de Manchester, así fue como decidió hacer de la disputa algo explícito y evidente. Algo que para la prensa del momento fue oro en polvo. Para el semanario NME, el medio que más nafta tiró al fuego del conflicto, fue una situación soñada: diseñaron un poster de pelea de boxeo al viejo estilo Muhammad Ali y lo titularon: “Pesos pesados británicos. Pelea por el campeonato. Blur vs. Oasis”. Y sumado a eso, otra serie de etiquetas que colaboraban con la disputa entre dos bandas contrapuestas: “Clase popular vs. clase media”, “Norte vs. Sur” y “Manchester City vs. Chelsea”.

El semanario NME, el medio que más nafta tiró al fuego del conflicto entre Oasis y Blur.

Los canales de televisión siguieron el minuto a minuto con móviles en diferentes disquerías para ver cómo compraba la gente. El resultado de esto fue la mejor semana de ventas de singles en toda la década para el Reino Unido. Y la disputa, claro, tuvo un ganador: Blur. Los londinenses llegaron a las 270.000 copias vendidas contra 220.000 de los de Manchester. “¡Número uno! Blur vence a Oasis por una nariz”, tituló NME. Para celebrar, el grupo fue a Top of the Pops, el programa televisivo, para presentar su single ganador.

Alex James, el bajista del grupo, lució una remera con el logo de Oasis para mojarles la oreja a los Gallagher. ¿Burla o gesto de respeto? Fue esto mismo lo que terminó desencadenando quizás el momento más desafortunado y lastimoso de la disputa. En una entrevista que Noel dio los días siguientes afirmó al referirse a Damon Albarn y Alex James: “El bajista y el cantante, espero que los dos contraigan sida y mueran porque los odio a los dos”. Sin embargo, se dio cuenta de lo mal que había estado su comentario e intentó desdecirse y disculparse en el acto, pero el daño ya estaba hecho. 

Como sintió que cruzó una línea, luego escribió una carta de disculpas que publicó la revista Melody Maker. “El comentario que se hizo el mes pasado fue el punto más alto de una guerra de declaraciones entre ambas bandas. Debió haber sido la quincuagésima vez durante esa entrevista que me presionaron para dar una opinión sobre Blur. Tan pronto como lo dije, me di cuenta de que era una cosa insensible, ya que el sida no es un asunto de broma e inmediatamente me retracté del comentario”, decía el escrito.

Aunque no soy fanático de su música, les deseo a Damon y Alex una vida larga y saludable”. Desde allí, las hostilidades fueron disminuyendo. No sin antes volver a donde todo había empezado: la entrega de los premios Brit Awards, pero del año siguiente, 1996. En esa ocasión, fue Oasis la banda protagonista de la ceremonia por la cantidad de premios que se llevaron: Mejor Grupo Británico, Mejor Álbum Británico por (What’s The Story) Morning Glory? y Mejor Videoclip Británico por “Wonderwall”. Al recibir el galardón de mejor grupo, Noel y Liam reversionaron “Parklife”, el éxito de Blur, cambiándole la letra por “Shitlife”, en una especie de revancha, finalmente, inocente. 

El enfrentamiento entre las bandas, también en formato fútbol.

Con el paso del tiempo, todos los protagonistas del conflicto fueron opinando sobre lo sucedido y analizando por qué fueron dándose esa serie de sucesos. Incluso porque si bien Blur “ganó” la batalla de singles, Oasis “ganó” la guerra, ya que su disco fue un éxito rotundo con canciones como “Wonderwall”, “Don’t Look Back in Anger” o “Champagne Supernova”. “Fue maravilloso vender esa cantidad de singles, necesitábamos superar a Parklife de alguna forma”, dijo Damon después de aquella victoria, porque, claro, el primer paso después de un éxito es el más difícil. “Lo único que realmente me molestó fue que la prensa lo convirtió en una cosa de clase media versus clase trabajadora”.

Graham Coxon, el más escéptico en la disputa, dijo ese mismo año: “Me hubiera gustado tener un Número Uno discretamente, pero probablemente no exista tal cosa. Desearía que los lanzamientos hubieran sido escalonados porque entonces Oasis habría llegado al Número Uno también. No necesitamos esta guerra falsa”. Y en esa sintonía, fue el mismo Noel que afirmó a la BBC: “La verdad es que fue fabricado por NME y la gente de Blur, que movió su single para que coincidiera con el nuestro”. Lo que realmente me molestó fue que todos nos culparon porque nos veían como matones”. 

Liam, siendo Liam, dijo en una entrevista a principios de 2000: “Lo de Blur versus Oasis fue muy tonto, pero divertido. Quise decir cada palabra que dije”. Y si no se había arrepentido de nada a unos años de esos lanzamientos, tampoco lo hizo al escuchar la colaboración de Noel y Damon ya en 2017. “Estamos todos grandes, me da lo mismo Damon. Está bien, creo que es talentoso, pero es un maldito aburrido y todo eso”, dijo el menor de los Gallagher. “Pero Damon se está juntando con Noel, mientras que él parece estar acosando a Damon. Me siento mal por él, para ser honesto, tiene un maldito acosador, rogándole cantar en una de sus canciones, mientras yo les grito ‘¡malditos idiotas!’. Damon probablemente esté sentado pensando ‘¿cómo diablos me metí en este mundo de los Gallagher de nuevo?’”, dijo.

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