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P&R: Antonio Carmona

El emblemático artista español habla de la cultura gitana, de la pérdida de identidad en las colaboraciones, y de su aprecio por Rosalía y Peter Gabriel

septiembre 6, 2024

CORTESÍA PRENSA

En el marco de la promoción para el primer sencillo (‘El punto sobre la I’) que lanza en solitario después de siete años en los que se ha enfocado en trabajar junto a otros artistas, Antonio Carmona nos atiende. Él es ya toda una institución para la música iberoamericana, porque hace varias décadas, junto a Ketama, volvió a poner el flamenco en boca de todo el mundo. Esa es una misión a la que ha consagrado buena parte de su vida, y va más allá de la música, tiene que ver con la tradición, la historia, y el corazón del pueblo gitano alrededor del mundo.

¿Por qué pasó tanto tiempo sin lanzar una canción como solista?

Bueno, yo soy como un comodín aquí en España. Los artistas me llaman, y suelo hacer cosas con Tangana, con Fito Páez, con David Lebón, con una chica que se llama Nia Correia… Siempre tengo algo novedoso, pero no mío. Es verdad que han pasado siete años desde el último disco mío.

A lo mejor tampoco lo necesito porque estoy continuamente trabajando, voy de gira con mis canciones, cantando mis éxitos. Este año he decidido ya empezar a hacer alguna cosa nueva, pero la verdad es que ese paro musical no lo entiendo ni yo. Tampoco lo he necesitado como ahora, que necesitas sacar cada tres meses un single, a mí no me hacía falta. Gracias a Dios.

El hecho de presentar este sencillo ‘El punto sobre la I’ con subtítulos en romaní, ¿qué tanto tiene de declaración de principios?

Hombre, tiene muchísimo porque date cuenta que yo vengo de una cultura donde mis antepasados todos son gitanos, y casi todos son músicos. Creo que la historia de los gitanos todavía está un poco por conocerse. Yo creo que se sabe de todas las etnias, se sabe muchísimo de los judíos, de los negros, de África. Creo que a la raza gitana le falta que la gente pueda conocer un poco más nuestra cultura, y me parecía que era un buen capotazo para darle a la gente y a todos los gitanos del mundo.

¿Qué se podría hacer para que esta cultura gitana sea más entendida y más conocida por la gente? Porque creo que la mayoría se queda, o nos quedamos, en el flamenco, en el gitano de España, y en las cosas más genéricas.

Bueno, tú sabes, a los españoles nos dicen todavía que somos un país de flamenco y de toros; es el estereotipo que tenemos desde siempre. Yo creo que el mundo gitano tampoco quiere cambiar mucho, lo que tiene que cambiar un poco son las miradas de los demás hacia el pueblo gitano. Y creo que hacer cosas en romaní, el ver un poco cómo somos los gitanos, que somos seres humanos, igual que todo el mundo.

Sin embargo, tenemos una serie de cosas, una lengua, el hecho de respetar muchísimo a todos los viejos; los mayores son para nosotros naturaleza, sabiduría, es una cosa muy especial. Es como tener el recuerdo vivo de nuestros antepasados, para nosotros ese es un tesoro.

No me refería a que los gitanos quieran o deban cambiar, hablaba de explicarle y mostrarle esta cultura al mundo. Por ejemplo, cuando se habla del holocausto judío siempre alguien tiene que levantar la mano y decir que también pasó esto con el pueblo gitano.

Claro, esos fueron casi un millón de gitanos que desaparecieron en Europa. Gracias a esta lengua te puedes poner en contacto, yo estuve con unos gitanos en Alemania, empecé a hablar, y uno me dijo, “Antonio, no hablas muy bien el romaní”. Mi abuelo lo hablaba muy bien, mi padre ya menos, y yo sé palabras, tampoco soy un entendido. Él me dice, “Que la aprendan tus hijos y tus nietos, no se puede perder. Tiene que ser una lengua que pase a generaciones”, pero no sé si te he contestado lo que querías saber…

Seguramente esa herencia del idioma puede ayudar a visibilizar…

Lo más importante es que ahí tienes la música, ahí tienes el flamenco. Tú te pones una bulería, es muy jubilosa, es mucha alegría, ves a 20 gitanos que empiezan a cantar, a bailar, y se pegan como tres días comiendo, cantando y bailando, como si estuvieran en otro planeta. De ahí pasamos a un toque, que es como una seguiriya, y es donde se siente el dolor del flamenco, de la gente desaparecida, de dolores de la vida, de nudos que tienes en el corazón. Creo que a través de la música es como mejor se conoce al gitano.


“Soy un hilo conductor para que luego conozcan mi cultura y lo más ortodoxo del flamenco, aunque yo no lo soy”.


Pedro ya no es Pedro, es el que cantó con María, y María es la que cantó con Antonio. No sé qué piensa usted al respecto…

Pues que llevas razón. He sido un buen comodín musical porque puedo cantar con David Lebón, con Fito, o cualquiera de ellos, sin dejar de ser lo que yo soy. Dentro del abanico del flamenco, a lo mejor me puedes poner en el pop. Nosotros [Ketama] fuimos los primeros en tocar con un africano en el disco de Songhai, con Toumani Diabaté. En aquella época nadie se imaginaba que se pudieran hacer ese tipo de fusiones dentro del flamenco.

Es verdad que el artista pierde un poco su identidad al cantar con otra gente, pero es que nosotros teníamos una misión: que la gente conociera el flamenco a través de nuestra cultura y la alegría. Tú conoces los Gipsy Kings, que han fusionado la música francesa con la rumba catalana, y han hecho unos éxitos impresionantes; es una rama de la música, de la fusión y del flamenco.

A lo mejor tienes razón, y al hacer tantas cosas con otros artistas se diluye un poco, pero yo siento que en mi cultura todavía se pueden hacer muchas cosas con música de los Balcanes, con música francesa, y estamos todavía al principio de todo eso. A mí me ha tocado esa punta de lanza con la cual pongo al servicio mi música y mi visión.

El flamenco para nosotros es muy difícil de exportar, hay una serie de cantes que son alucinantes, pero sí te quedas un poco sin saber dónde está el ritmo, por qué se cambian tantos tonos. Es muy difícil, y lo que yo he hecho es quitarle las arrugas al flamenco, plancharlas un poco para que sea más entendible.

CORTESÍA PRENSA

En los últimos años, cuando veía el éxito de Rosalía y cómo la industria y los medios reaccionaban tan sorprendidos, siempre pensaba que algo así lo conocimos antes con El Último de la Fila, por ejemplo, con Triana o Medina Azahara. Luego estuvo Ketama, e incluso hay cosas de Rubén Blades con música celta y flamenco. ¿Qué perspectiva tiene usted de todas estas fusiones actuales que vienen encontrándose con el flamenco, renovándolo para la gente más joven?

Me encanta Rosalía. Me encanta la puesta en escena que tiene, su voz, la manera en que está llevando su carrera. Necesitamos muchos artistas así, y lo que le hace grande a Rosalía es que se acuerde de nuestra cultura porque tú has nombrado a Manolo García, a gente poderosa dentro de España, que musicalmente son unos genios. Pero es que nosotros, anteriormente a eso teníamos a nuestros Miles Davis, a nuestra Billie Holiday, pero dentro del flamenco.

Entonces, Rosalía admira a La Niña de los Peines, que tenía esa velocidad, porque antiguamente se cantaba mucho con esa velocidad. Hay muchísimos artistas con una visión hacia el flamenco más puro y cómo se cantaba hace 80 o 90 años.

Me parece que Rosalía tiene esa visión, ha exportado la cultura del flamenco hacia otros lugares, y ha dado un pelotazo en todo el mundo. Así que estoy muy orgulloso de ella y de que vea así nuestra cultura. Me encanta que haya gente que la sepa hacer, y la hace con respeto. Ella antes de cantar así cantaba con un guitarrista en Barcelona, se hacía una taranta, se hacía una granadina, el flamenco más puro y ortodoxo. Es un guiño maravilloso que le hace a nuestra cultura.

CORTESÍA PRENSA

Es interesante ver cómo en el mundo cada vez se van dando más mezclas de géneros musicales, esto seguramente alimentado por las migraciones. Y mientras eso pasa, en gran parte del mundo el racismo y la xenofobia toman mucha fuerza.

A nosotros no nos cuentes, que mira cómo está Europa; está en un momento que hay que mirarlo con lupa. Hay muchísima falta de gente política que mire eso de otra manera, porque eso puede volver a la guerra donde cayó tanta gente. Por aquí, por Europa, está la cosa muy dura.

Usted ahora está presentando este sencillo nuevo, lo oí decir que en septiembre tendría otro, y que para el próximo año vendría un álbum. ¿Por qué es para usted importante lanzar un álbum cuando la industria está funcionando casi que exclusivamente a partir de sencillos?

Yo me considero artista de discos. Hay artistas que admiro, y por supuesto ni me comparo, como Alejandro Sanz o Fito Páez, que son gente de discos, y yo soy de la antigua usanza. Ahora he hecho un bolero, ‘El punto sobre la I’, que habla de una letra que no es muy romántica, es picaresca. Es un bolero tocado a la antigua usanza, pero con una letra muy actual.

Usted dice que la letra de ‘El punto sobre la I’ no es ñoña, ¿a qué se refiere con ‘ñoña’ ahí?

Que no es cursi, no es blanda, es una letra muy bonita de un escritor de aquí, Benjamín Prado, que trabaja con muchos artistas. En cuanto vi la letra, olía a bolero totalmente. Yo creo que está bien empezar con un bolero, luego voy a hacer otro tema muy diferente.

El disco tiene muchas cosas, no tiene una línea musical; hemos ido sacando cosas con lo que está haciendo ahora la gente al trabajar con muchos productores. Lo del disco es que ya necesitaba un disco para que la gente empiece a ver cuál es la nueva visión que tengo, las ganas, y el momento que estoy viviendo musical y personalmente, y plasmarlo ahí para que la gente lo disfrute.

Usted ha dicho que el trabajo de Peter Gabriel es muy importante para su vida, ¿qué ha encontrado en él? ¿Qué le ha aportado?

Yo soy de esa época de Peter Gabriel, de Talking Heads, de David Byrne, de gente que quiero y admiro, me he criado con esa música. Yo tenía mucha suerte porque mi padre [el histórico guitarrista flamenco Juan Habichuela] era un tipo muy flamenco y muy ortodoxo, pero a la hora de escuchar música siempre me traía mucha música de Estados Unidos y de todos los sitios. Desde que era muy jovencito, siempre me ponía a Peter Gabriel, y he escuchado mucha música así. Luego, es un personaje que sigue cantando, que sigue emocionando en directo, que sigue haciendo unas cosas alucinantes, y tenemos artista para rato. Ojalá pueda estar un poquito cerca de llegar a esos años como este hombre y poder seguir cantando.

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