Miranda!, Jungle, Phoenix y más: sábado de superacción pop en Lollapalooza 2024

Lo mejor del arranque en la segunda jornada del festival en el Hipódromo de San Isidro, a la espera de Sam Smith, The Drive Era y SZA

Por  ROLLING STONE

marzo 16, 2024

Miranda! en la segunda jornada de Lollapalooza 2024

Florencia Daniel

Toda jornada de Lollapalooza tiene dos comienzos: uno, cuando se abren las puertas; y el segundo al atardecer. Puede ser un poco antes o un poco después, pero a cierta hora del día coinciden varias cosas: el sol y/o la temperatura afloja(n), el predio festivalero ya está mucho más poblado, más cerca del aspecto que tendrá al cierre; y empiezan a desfilar los artistas más convocantes, los que desde hace meses venimos viendo en tipografía más grande en las publicidades.

Foto: Adan Jones

En el caso de esta edición, la caída del sol es musicalizada por una especie de duelo británico: en este rincón, Jungle (londinenses, en el escenario Flow) y en este otro Nothing But Thieves (de Essex, Alternative Stage). En convocatoria, se imponen los primeros; en riffs y carteles con declaraciones de amor (a su frontman, Conor), claramente los segundos, que alcanzan un climax cuando tocan temas desgarrados como “Particles”, de su segundo álbum, Broken Machine.

Conor, voz de Nothing But Thieves Foto: Florencia Daniel

Pero, a pesar de los distintos estilos y colores, tampoco es que se diferencien tanto. La segunda es la más homogénea de las tres intensivas jornadas de este Lolla 2024.

Sin el cierre pop punk noventero (Blink-182, The Offspring) del viernes ni el resorte nü metalero (Limp Bizkit) reservado para el domingo, el sábado transita bastante plácidamente dentro de los márgenes de un coherente catálogo de variaciones pop en sus cuatro escenarios (cinco, si contamos Kidzapalooza, el dedicado a los niños).

Pop, ya sea en su veta más Latin-urbana (BM, Latin Mafia, Kenia OS), freaky-gore (la emergente Blair), electro-white-soul (los contundentes Jungle), rock festivalero hipersensible (Nothing But Thieves), neoclásico adolescente (los locales Koino Yokan) y hasta post youtuber (Robleis), con algún detour (el consistente y nutritivo techno underground de Franzizca, con todo y vocoder). La lluvia, que a primera hora de la mañana parecía casi inevitable, hasta las 20, se había perdido la cita.

En este contexto, a la espera de artistas como SZA, Sam Smith y Phoenix, Miranda! tenía todo para causar estragos. Y vaya que no perdonaron. Su set disparó el primero de esos impresionantes movimientos que son la esencia del éxtasis festivalero: la marea humana agitándose al unísono con el bombo.

Foto: Florencia Daniel

Juliana Gattas (que se había presentado como solista el viernes en el Lolla) y Ale Segi tienen más hits de los que caben en un (o dos) set de festival (y un outfit diferente para cada tema). Optaron por no dar respiro con la mayor parte del contenido de Hotel Miranda, su reciente disco de reversiones y feats. Al público de San Isidro le dedicaron “Perfecta”, Misterioso alguien”, “Yo te diré” y “Uno de los dos”, entre otros temas para no parar de bailar y corear. Pero los invitados con los que los grabaron en aquel hotel, no estuvieron en este escenario. Emilia, Andrés Calamaro y Lali, por caso, solo se asomaron a través de las pantallas y en sincro (como es tendencia hoy, en el universo pop). No pareció importar demasiado: el de Miranda! quedó como uno de los grandes shows de esta edición del festival creado y regado por Perry Farrell.

Cuando los argentinos se despedían, tomaban el escenario Flow los franceses de Phoenix, con un sonido que parecía duplicar en intensidad al de Jungle y otros artistas que habían pasado antes precisamente por allí. También la intensidad del público se duplicaba, y más, hacia el final de una gran y masiva fiesta pop.