Melanie Williams hace su tercer movimiento: “Ya me estoy transformando en otra cosa”

Junto a la banda de músicos itinerantes El Cabloide, lanzó TReSMO, una incursión a los beats en clave retrofuturista

Por  JUANA GIAIMO

junio 5, 2023

Foto: Ainara Marino

Para Melanie Williams, los números están estrechamente conectados a su vida artística. Su disco debut, Comprensión 1 (2019), representaba el comienzo de su camino, el crear por primera vez esa unidad conceptual llamada disco. Le siguió Somos 2 (2021), un álbum con un sonido orgánico, anclado en el rock psicodélico, en el que exploró cómo cada persona está estrechamente ligada a todo lo que la rodea. Plasmó esta concepción del arte en El Cabloide, una banda libre y dinámica en la que los integrantes van cambiando.

Ahora está lista para dar un nuevo paso con TReSMO: “Le puse así porque pienso que es mi tercer movimiento”, dice desde su estudio en Bernal, al que llama “la cabaña” porque está construido en madera. “A su vez, busqué si existía esa palabra y sólo encontré que era una palabra húngara o de no sé dónde [la palabra es, en realidad, croata], que significa ‘sacudimos’ y me pareció que estaba bueno”.

TReSMO es, efectivamente, un sacudón en la discografía de Melanie. La influencia de rock psicodélico sigue presente, pero ahora el teclado y los beats ochentosos pasan al frente para crear un sonido que ella define como “retrofuturista”. Así como el disco es conceptualmente el pasaje a una nueva era en su vida, la música también suena como un portal gracias a la incorporación de los sintetizadores que brindan cierta espacialidad o, como ella dice, un sonido galáctico. “Yo siempre toqué el teclado, desde los diez años”, cuenta. “En un momento de mi vida estudié piano clásico. Dejé porque claramente no era mi objetivo en la vida, pero después, cuando descubrí los sintes, me quedó como una relación con la tecla para componer”.

“Ultrasónico” abre TReSMO con capas de teclados jugando sonoramente entre sí, un ritmo groovero de base y, sorpresivamente, un solo de guitarra que lejos de llamar la atención, se une y conversa con el resto de los instrumentos. Es una introducción acorde a todo lo que viene después, en donde los teclados se funden en armonía con su identidad musical, la que empezó a construir en su debut. “Delirio místico”, por ejemplo, comienza como una canción rockera, con un bajo y batería pulsante y guitarras que le brindan textura. Pero de repente, en la mitad, hay un silencio y un quiebre: los sonidos electrónicos invaden completamente el tema, hasta que, al final, se incorporan otra vez los instrumentos analógicos y conviven todos en equilibrio.

“Es bastante actual cómo se escucha el disco con respecto a cómo estoy creando y tocando ahora”, dice Melanie Williams (Foto: Ainara Marino)

El salto fue posible gracias a su experiencia, no solamente de los discos anteriores sino también por su trabajo como música sesionista, tocando en las bandas de todo tipo de artistas: la guitarra y los teclados con Natalie Pérez, la percusión con Wos y la batería con la artista electrónica Lupe. Transitando estos dos caminos adquirió nuevos lenguajes musicales y hoy considera que es más consciente de su proceso artístico. “Lo siento muy rotundamente ese pasaje hacia otro estado, mayor claridad, mayor libertad… ya me estoy transformando en otra cosa, conociéndome dentro de ese plano [musical] y sintiendo cada vez más libertad y soltura”, dice.

Esa libertad se ve reflejada en el proceso de grabación desordenado del disco. “Hice un bardo…”, dice riéndose. Las canciones nacieron en su cabaña. Todos los teclados que se escuchan surgieron ahí, lo que para ella es muy importante, para que permanezca la esencia del momento de la creación. Después, pasó por el estudio del artista indie Guli, en Ingeniero Maschwitz. “Regrabamos muchas cosas que yo había grabado muy falopa en mi casa”, cuenta Melanie. “Cosas desprolijas que yo dejo porque la verdad es que a mí no me molestan, pero todos los que están a mi alrededor me dicen que me deje de joder con eso, ¿viste?”. Finalmente, el disco se terminó de grabar en Capital Federal junto a Ivanna “Chipi” Rud (que solía ser parte de El Cabloide y ahora toca en la banda de Marilina Bertoldi y Wos) y Caco Mazzotta (bajista de El Cabloide). “Les caí con toda la ensalada rusa que había armado, me atajaron y armamos este disco conceptualmente”, cuenta.

Otro salto importante en su carrera es que este es el primer disco que saca junto a Indie Folks, una productora que nació también en Bernal y que, en los últimos años, la acompañó en la organización de sus shows en vivo. “Sentí como una armonía con su curaduría musical, con los artistas que eligen traer al Music Wins Festival”, recalca. “En su momento trajeron a Tame Impala, Mac DeMarco, artistas con los que yo siento mucha afinidad”.

Cuando ROLLING STONE la entrevistó en 2022, Melanie ya parecía estar pensando en su tercer movimiento. Hablaba de Somos 2 con distancia, como si hubiese salido hacía años, cuando en realidad apenas habían pasado pocos meses. Sin embargo, su postura frente a TReSMO es completamente diferente. Se le nota entusiasmo y mucho orgullo al hablar del nuevo álbum. “Es bastante actual cómo se escucha el disco con respecto a cómo estoy creando y tocando ahora”, dice. “Cuando saqué Somos 2 yo ya estaba pensando en lo que seguía porque ya tenía otras ideas. En cambio, este disco fue un proceso más actual, más presente, y me muero de ganas de salir a tocar esto en vivo y hacer sonar esta nueva etapa artística”.