La historia de la “guitarra química” que toca Charly García en su nuevo disco: “Es muy yo”

Un artista plástico y un luthier unieron sus talentos para ofrendarle a su ídolo un instrumento hecho a su medida y estética

Por  JUAN FACUNDO DÍAZ

enero 23, 2024

Foto: Gentileza Nacho Gardonio

Toda epopeya nace con un objetivo épico por el cual vale la pena llevar adelante una cruzada heroica. Nacho Gardonio, artista plástico, y Sebastian Lista, luthier, tuvieron su propio sueño mitológico: regalarle una guitarra a Charly García. Fue así como nació la idea de la Guitarra Química, un instrumento hecho desde cero, intervenido con influencias de la estética visual Say No More, con el que, guiados por el agradecimiento y el amor, buscaron homenajear al músico.

Con un primer paso vía mensajes de Instagram, un pasamano de favores y una serie de personas que fueron presentando a otras, músicos como Carca, Lula Bertoldi, Andy Chango, Lolo Fuentes y Stuka, probaron el instrumento y apoyaron la causa. Y por esa cadena de hechos fortuitos, la guitarra finalmente llegó a las manos de su destinatario, en su sala de Caballito, mientras grababa La lógica del escorpión, su esperado disco para este 2024. “Es muy yo”, dijo Charly.

Charly García, feliz con su Guitarra Química. (Foto: Gentileza Nacho Gardonio)

“De pendejo siempre me gustó la estética García, su lenguaje pictórico”, cuenta Nacho. “Seba venía armando una guitarra, los dos nos miramos y dijimos: ‘che, ¿y si le regalamos algo a Charly?’. Pensamos que no íbamos a poder llegar a él, pero decidimos hacerlo de todas formas. Nos pusimos a trabajar los dos juntos, él haciendo el instrumento de cero y yo haciéndole la parte visual”.

Nacho es un artista plástico que trabaja, principalmente, con materiales en desuso. En un principio, utilizó elementos que podía encontrar en contenedores. Reciclaba telas y residuos de su propio taller que incorporaba luego a los cuadros. Luego comenzó a pintar chatarra y finalmente llegó a idear un proyecto llamado Arte y Huerta, en el que todo lo que hacía con su arte lo puso al servicio de, básicamente, generar alimentos. “Cuando pintaba me faltaba una dimensión más. Sentía que me quedaba ahí. Necesitaba un poco más de textura y tridimensionalidad. Allí empecé a poner huertas, entonces pude generar oxígeno y comida con los mismos desperdicios del taller. Usé el arte y la agricultura para sentirme mejor”, explica. 

Pita Fortín, Charly García y Nacho Gardonio, en el estudio con la Guitarra Química. (Foto: Gentileza Nacho Gardonio)

Sin embargo, la cruzada por llegar a Charly García estuvo lejos de sus anteriores búsquedas artísticas, fue más bien desde la admiración y el amor por su música y su arte. “Fue nuestro presente, una forma de agradecerle por todo lo que nos regaló en la vida”, dice. Y ese trabajo conjunto debió, además, adaptarse a los tiempos pandémicos de distancia. “Seba trabajaba en su taller y me enviaba por moto-delivery las partes de la guitarra y yo le volvía a mandar esas piezas pintadas. Se armó una re-comunión”.

“Se realizó el mueble pensando en una estética tipo Les Paul, como la que usaba McCartney”, explica Sebastián. “Se utilizaron diferentes maderas: el cuerpo es de guindo, el mango guatambú y la trastera de palisandro. Cuenta con dos micrófonos. Por un lado, un Humbert para dar el sonido característico de rock, que sería dulce y redondo, con poder”. Después de armarse completa, haberse lijado y estar casi lista, lo siguiente fue responsabilidad de Nacho para terminar la parte de pintura. Fue allí cuando se pusieron las cuerdas, se afinó y se dejó puesta a punto. Lo que vino fue trash y psicodelia.

La Guitarra Química. (Foto: Gentileza Nacho Gardonio)

En paralelo a su impacto musical, Charly García supo construir una identidad visual muy marcada. El músico llegó a exponer sus obras como artista plástico por primera vez en el 2022 en el marco de arteBA y fue el mismo ciclo el que lo definió como parte del movimiento llamado Art Brut. El filósofo Dani Mundo, quien escribió un comunicado sobre la serie de 300 dibujos que García expuso y vendió, señaló que es un estilo creado por personas ajenas al mundo artístico y que no poseen formación académica, tal como definió el pintor francés Jean Dubuffet.

La búsqueda visual de Charly no es algo novedoso. Sus intervenciones, sus dibujos, la manera en que se transformó en una obra en sí mismo y la forma en que vistió estéticamente su etapa en los 90 tuvo su profundización desde el mismo Say No More (1996). “Siempre respeté y admiré mucho esa faceta de Charly, su forma de intervención. No quise hacer algo exacto, pero es un lenguaje que ya me es propio por haber consumido tantos discos, el libro de dibujos, esas intervenciones. Salió de una”, explica Nacho. “Estoy todo el tiempo escuchando a Charly, respirando su energía”.

Trash y psicodelia en el instrumento hecho para Charly García. (Foto: Gentileza Nacho Gardonio)

Toda epopeya, para llegar a su objetivo, necesita de la intervención de seres fantásticos que aporten lo suyo. Es así como un grupo de músicos fueron recibiendo a Nacho y Sebastián para probar la Guitarra Química y celebrar en sus redes la intención de la aventura. “Al principio dimos con Carca y Lula Bertoldi. Ahí se empezaron a copar los músicos, todo de forma orgánica”, cuenta Nacho. “Carca estuvo haciendo un par de temas de Charly. Lula hizo un set de 15 minutos, así, al palo. Le gustó mucho el poder de la guitarra. Lolo Fuentes, ex Miranda!, también estuvo media hora tocándola. Muchos hablaban de eso, del sonido”. 

“Fue una hazaña que duró unos meses, fue muy linda. No sabíamos si íbamos a poder llegar a él, pero toda esa aventura, todo ese recorrido fue muy lindo. Incluso si no llegábamos a Charly, todo el proceso había estado buenísimo”. La novia de Nacho, periodista, fue la facilitadora del teléfono indicado con el que lograron llegar al equipo de trabajo de Charly. Entre idas y vueltas, coordinación de agendas y un poco de azar, los convocaron a la sala donde Charly se encontraba grabando La lógica del escorpión.

“Nos abrieron la puerta y ahí estaba Charly. A mí me temblaban las patas, como que no caía. Cuando se la muestro a Charly, le dijimos que se la hicimos especialmente para él, ahí me mira y me dice: ‘es muy yo’. Y estaba copado, se la puso encima, estaba muy enérgico”.

“Es como la de Harrison”, dijo Charly haciendo referencia a la Fender Stratocaster Rocky del guitarrista de The Beatles. “Sí, pero esta es la tuya”, le contestó Nacho. “Después nos escribieron diciendo que se quedó un par de horas con la guitarra. Con Seba no lo podíamos creer”, cuenta el artista. “Es nuestra ofrenda, es nuestro modo de agradecer a nuestro ídolo”, dice Nacho e insiste: “Desde nuestra materia prima, esto es lo que podemos darle a él a modo ofrenda, tal como hacían los griegos”. 

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