“Vení Skay, ¿querés tocar un blues?”, preguntó Manal Javier Martínez desde el escenario del Café Berlín, en Villa Devoto. La noche del jueves, el baterista, uno de los fundadores del rock argentino, festejaba su cumpleaños 77 acompañado por la Pino Callejas Band e invitados como Iván Noble y la ex Blacanblus Cristina Dall. La lista de temas había recorrido canciones de distintas etapas de su carrera, incluyendo “Una casa con diez pinos”, “Jugo de tomate” y “Basta de boludos” (pedido especialmente por Iván Noble).
Mezclados entre las más de cien personas que llenaron el lugar estaban Skay Beilinson y su compañera, la Negra Poli. La presencia del ex guitarrista de los Redondos sobre el escenario no estaba en los planes de nadie. Pero apenas finalizado el “Blues de Pappo” y lanzada la invitación de Javier por el micrófono, Skay no tardó en abrirse paso entre las mesas apretadas del Berlín para calzarse la viola.
Después de un abrazo que duró varios segundos, el baterista de Manal contó “uno, dos, tres, cuatro” con los palillos y se armó una improvisada big band que entregó una emotiva versión de “No pibe”. El clásico de Manal con los solos de guitarra del guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y la voz del líder de los Caballeros de la Quema fue el cierre dorado y sorpresivo de un encuentro histórico.
La noche llegó a su final con “Quiero estar mejor” -ya sin Skay sobre el escenario- y la ovación del público que despidió de pie a uno de los mitos del rock argentino.
