El jueves, en los estudios de Metrovisión, en el barrio porteño de Chacarita, se proyectaron, en un evento privado para la prensa y algunos allegados, los doce videoclips que integran el correlato audiovisual de De la cabeza al corazón, el nuevo álbum de Gustavo Cordera. El que será, según anunció el artista, el que le ponga el punto final a su carrera discográfica. “Es el último disco que voy a grabar con la industria”, declaró el excantante de Bersuit Vergarabat. “Tengo casi 36 años de carrera y considero que con este disco, como compositor y como productor, he llegado a lo máximo que podía aspirar. No quiero hacer ningún esfuerzo para demostrar otra cosa. Tengo 62 años y quiero retirarme en buena forma, creativamente y físicamente hablando, para sostener las canciones. Mientras lo estaba haciendo, me daba cuenta de que iba a ser el último disco”.
El anfitrión del encuentro fue el presidente de Sony Music Argentina, Damián Amato. “Hoy es un día muy especial porque [Cordera] trabajó muchísimo en hacer este disco, esta obra que nos tiene a todos muy ilusionados”, explicó. “Todos saben el respeto y la admiración que todos en Sony tenemos por Gustavo como artista. Como compositor, siento que nadie expresa como él el sentimiento de muchos de los argentinos en sus letras y en sus expresiones”.
Con esas palabras, Amato le dio la palabra a Cordera, que arrancó agradeciendo: “[Amato] tiene en el reservorio haber recibido a lo largo de estos quince años que llevo en Sony todo tipo de propuestas y muchas contradicciones. El arte, para mí, es un lugar, un universo, un espacio que me lleva a encontrarme con mis contradicciones, con mis miedos, con mi sufrimiento, con mi ignorancia. Con todas, absolutamente todas las puertas que abren mis errores como ser humano. Entonces, el arte, de alguna manera, pone en una cubeta alquímica todo eso y lo transforma en canciones. Y en todos estos años, cada vez que soñaba un disco o soñaba algo en mi carrera, Damián estaba ahí, escuchándome, muchas veces sorprendido. Y otras veces acompañándome y diciéndome ‘estás muerto, te queda una sola bala. O pones todo tu arte en este disco o ya no tenés más chances’”, relató el cantante.
AT/DT. La vida y la obra de Gustavo Cordera pueden dividirse antes de Tea y después de Tea. Para ser precisos, antes del 8 de agosto de 2016, el día en que en una conferencia de prensa para alumnos de la carrera de periodismo en TEA (Taller Escuela Agencia) declaró: “Hay mujeres que necesitan, porque son histéricas, ser violadas, porque psicológicamente lo necesitan y porque tienen culpa y no quieren tener sexo libremente. Quieren jugar a eso. A mí no me gusta jugar a eso, pero hay gente a los que sí. Somos muy complejos los seres humanos”.
A partir de que se filtraron sus declaraciones, Cordera afrontó una acusación de “incitación a la violencia colectiva” en la justicia, de la cuál fue sobreseído en 2020, luego de un año y medio de probation, con la que evitó un juicio en el que podría haber sido condenado con una pena de hasta seis años de prisión.
Pero más allá de las instancias legales, sufrió una condena social. Desde ese momento pasaron casi ocho años.
Hace unos días, el DJ Villa Diamante contó que después del partido que le valió a la selección el pase a semifinales de la Copa América, hizo sonar “Toco y me voy”, un clásico futbolero de Bersuit, para ambientar el festejo. Un grupo de chicas se acercó a decirles que se sentían incómodas por la voz de Cordera, y él decidió cambiar la canción. Luego, lo contó en sus redes y abrió el debate sobre si había sido o no correcta su decisión.
Cordera grabó una nueva versión, cuartetera, de otro de los hits futboleros de la Bersuit, “El baile de la gambeta”, que fue el single con el que adelantó su nuevo álbum, De la cabeza al corazón, que el próximo jueves 18 de julio llega a las plataformas digitales. Y aprovechó para contar la historia de esa canción: “Hace muchos años Chelo, mi hermano, fue internado en una clínica psiquiátrica en Banfield. Él jugaba al fútbol en Independiente de Avellaneda, mi corazón se partió en pedazos y quise acompañarlo con una canción. Amo a mi hermano y le dediqué esta canción que hace alusión al fútbol que él tanto amaba, Como para enfrentar a ese planchazo en el medio del pecho. Hoy día hago una nueva versión porque hace poquito la canté con una guitarra para celebrar un alta grupal en una clínica de ex-adictos de La Plata. Es una canción que acompaña a aquel que intenta dar vuelta el partido de la vida, con el corazón”.
