Festival Buenos Aires Bluegrass: el country outlaw se apodera de la ciudad

“El género ya está importado y nosotros lo reexportamos”, explica Zeta Vaccaro, cantante de Angry Zeta, uno de los protagonistas del evento

Por  JULIETA GALIANO

octubre 13, 2023

@bigmicke

Este lunes 16 de octubre el Club Atlético Fernández Fierro (Sánchez de Bustamante 772, CABA) será la sede de una nueva edición del festival Buenos Aires Bluegrass, donde grandes exponentes del género a nivel local e internacional se presentarán para traerle al público un vistazo de primera mano al country, el bluegrass y el rockabilly con un giro especial.

Si bien Argentina es hogar del tango, la chacarera y una sólida identidad autóctona de rock, son cada vez más las bandas y artistas que apuestan a otros géneros que enriquecen a la música del país. Como headliners y coorganizadores —junto a Estación 39— del festival, la banda Angry Zeta tiene muy clara su propuesta y visión.

Zeta Vaccaro, guitarrista, vocalista y compositor de la banda, junto al violinista Pablo Ferrando, cuentan que este estilo típicamente estadounidense ya trascendió los límites de Norteamérica y desdibujó la tradición del country. Así como existe el tango finlandés, existe el bluegrass en todas partes, y es cada vez más grande. “El género ya está importado y nosotros lo reexportamos”, explica Zeta.

Angry Zeta ubica sus inicios en el punk, género que se hace popular gracias a la facilidad de su ejecución y alejamiento del virtuosismo, además de sus mensajes contraculturales y antisistema. Sin embargo, en contraposición, el bluegrass requiere de mucho estudio, a pesar de tener su germen en lo popular. La banda encontró el punto exacto de su fusión y hasta editó un disco tributo al punk nacional con versiones country. Según ellos, de hecho, “Ricky Espinosa (Flema) hacía bluegrass y no lo sabía”.

Fueron varios años y distintas vertientes las que ubicaron a Angry Zeta en la ruta del country. Tocar en la calle y recolectar adeptos al punk fue el paso uno. “Estábamos en una búsqueda enfocada al country, pero no sabíamos tocarlo”, cuenta Pablo. Con el tiempo, la combinación con géneros como el psychobilly y el rockabilly se dio naturalmente con la instrumentación: el banjo, el violín, la mandolina y el contrabajo terminaron de darle la coloratura bluegrassera a una fórmula fusionada que no debería funcionar… pero funciona.

De hecho, cualquiera pensaría que son incompatibles, debido a los mensajes republicanos y nacionalistas que moran detrás de varias de las letras del country. Es por esto que Angry Zeta se diferencia a sí misma de la movida internacional de bluegrass, y se autodenomina outlaw, o fuera de la ley. “No nos gusta que se nos asocie con esa parte más ‘derechosa’, es un country más rebelde. No nos sentimos representados por Estados Unidos, pero nos gusta la música”, dice Pablo. “Somos re Argentinos, crecimos en Sudamérica, no somos un country gringo”.

Y, si bien conservan esa identidad “sudaca” como respaldo identitario, para la banda las letras en inglés son moneda corriente. A veces por facilidad léxica, de a ratos para un mejor escudo emocional, e incluso para esquivarle a un sonido lindante a las corridas mexicanas, la lírica descansa en un aguerrido anglosajón americano con una naturalidad inusitada.

(Foto: @bigmicke)

Sin embargo, el violinista de la banda advierte que el camino de Angry Zeta no terminó una vez que se hallaron con el género. Su personalidad fue construida por el mismo camino y por lo académico. Al día de hoy, los miembros de la agrupación continúan estudiando el tradicional old-time bluegrass para perfeccionar el estilo. Pero, si bien refugiarse bajo el rótulo de un género específico hace que el público te encuentre más fácilmente, la banda no está dispuesta a ir en una sola dirección.

“¿Qué le aporta Angry Zeta a esto? Es esa argentinidad, esa independencia. Es un DIY para avanzar y disfrutar lo que hacemos”, asevera Zeta. “La argentinidad nos atraviesa mucho. A nosotros nos criaron diciendo que con la música no sobrevivimos. Entonces, nosotros hace ocho años que laburamos el doble para sobrevivir con la música. Tenemos esa ‘cararrotez’ argentina, incluso en los shows. Entonces, tal vez sin ser virtuosos, tenemos un show muy divertido que nos hace diferentes”, agrega Pablo. Y cierra: “Realmente nos proponemos dar buen entretenimiento, más allá de comunicar con la música”.

El festival Buenos Aires Bluegrass

Luego de varias giras por el exterior, incluyendo más de 150 fechas en territorio Europeo, Angry Zeta descubrió los festivales de bluegrass. “Estos festivales nos conectaron con un mundo distinto, y buscamos traerlo a la Argentina”, cuenta Pablo. Ahijuna, la productora independiente creada por los miembros de la banda, junto a Estación 39, fue quien impulsó el primer festival de bluegrass de nuestro país, llevado a cabo en octubre de 2022 y con apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“Tomamos consciencia de que es importante para nosotros tener un espacio para crecer y que la gente se entere de qué va esta música acá”, explica Zeta. “Y fue muy importante recibir el apoyo del gobierno. Este año no lo tenemos, y por eso lo hacemos en el CAFF”, agrega.

Para Angry Zeta, la mística del CAFF cae como anillo al dedo para este Volumen II. “No es supercheto, no es exclusivo. Siempre permitió la entrada de personas de distintas clases sociales, con entradas accesibles, y es cooperativo para la puesta en escena, lo cual se alinea con nuestra filosofía más punk, inclusiva”, señala Pablo.

Este lunes, a partir de las 12 del mediodía y con entrada gratuita, el Buenos Aires Bluegrass Festival tendrá un lineup nacional e internacional que incluye a Angry Zeta y Estación 39 (ARG), Bonanza (USA), Petunia and The Vipers (CAN); además de feria de instrumentos, talleres de line-dance, seminarios y otras actividades para todos los gustos.