Fer Pita y la cultura rollinga: “Ser stone es una cuestión espiritual”

En 2016, el cantante de Heroicos Sobrevivientes, que falleció este jueves a los 68 años, reflexionaba sobre la importancia de los Rolling Stones en su estética y su educación sentimental

Por  ROLLING STONE

abril 4, 2024

"Yo hice una carrera gracias a los Rolling Stones", sostenía Fer Pita.

Leo Majluf (gentileza Prensa/ Diego Perri)

El compositor, guitarrista y cantante Fernando Pita murió este jueves, a los 68 años, a raíz de una insuficiencia hepática. El líder de la banda Heroicos Sobrevivientes estaba a pocos días de lanzar en todas las plataformas su nuevo disco solista, Guerrero de la luz.

En febrero de 2016, antes de los conciertos de los Rolling Stones en el Estadio Único de La Plata, Fer Pita fue convocado a reflexionar sobre la cultura stone en la Argentina y la importancia de la banda en su vida artística y personal. El siguiente testimonio fue recogido por nuestro editor, Humphrey Inzillo, y publicado por la revista Brando.

La primera vez que escuché a los Rolling Stones me pegó fuerte. No solo era una cuestión musical, sino de actitud: un modo de vida contestatario ante esa época que era muy estandarizada. Era una manera de responder a la represión que había hacia la juventud. La música me encantó, claro, porque es rock & roll puro. Pero además yo adopté esa actitud de vida. Y esa actitud todavía la mantienen, porque aunque son millonarios siguen tocando “Satisfaction”. La tocaban a los 20 y la tocan a los 75. Es otra muestra de que continúan sacándole la lengua al mundo.

Lo primero que escuché fue un LP con la cara de ellos, nada más. Ni siquiera decía quién era cada uno. Me acuerdo de que miraba las fotos y pensaba que el cantante era Charlie Watts, por la cara de malo. Tenía “Satisfaction”, “Bajo la rambla”, “Under my Thumb”, esos temas… Fui uno de los primeros que los escuchó acá. Y de ellos aprendí todo: la forma de componer, el concepto, cómo armar un tema. Fueron mis maestros.

Se dice que Argentina es el país más stone del mundo, y a mí me parece que es cierto porque en el único lugar donde pasó eso fue acá. Es algo asombroso. Y creo que tiene ese estatus bien ganado porque verdaderamente es una cultura. El público es increíble. Es único. Si ellos vinieron a tocar acá fue por lo que pasó cuando Keith Richards vino a tocar a Vélez en el 92. Él convenció al resto de los Stones para tocar en Buenos Aires.

La primera vez que vinieron vi el recital delante de todo, completamente apretado, casi sin poder respirar. Ahí me ganó el fan. Era febrero y estábamos todos empapados. A Keith Richards lo tenía a dos metros, al pie del escenario. Yo estaba sofocado porque atrás me apretaban miles de monos, y en un momento me mira. Nos cruzamos la mirada. Yo sentí una cosa impresionante, una fuerza terrible. Era energía pura, electricidad. Eso lo sentí. Fue un contacto visual, que él también hizo conmigo sin saber quién era yo, por supuesto. Pero para mí fue demasiado.

Ver en vivo a los tipos que escuchaba desde que tenía 15 años era impresionante. Porque, además, gracias a ellos yo hice una carrera. Encima había tenido un sueño virtual con Richards. Creo que fue de verdad porque los sueños uno no sabe si son de verdad o de mentira. Estábamos en Londres, era de noche y caminábamos por todas esas calles. Hablábamos. Era tan real que sentía que estaba ahí con él. Tal vez sea porque tengo una relación muy especial con Keith. Me siento muy identificado en muchas cosas. Verlo en vivo después de tantos años de escucharlo fue muy fuerte para mí. Fuertísimo.

Ser rolinga es una forma de vida. Hay muchos chicos que no pueden demostrar lo que son porque al día siguiente tienen que ir a trabajar, así que se tienen que levantar y no pueden ser rolingas. Pero a la noche sí se peinan el flequillo, se cuelgan la lengua y salen a ver a la banda que les gusta. Ser stone es una cuestión espiritual, más que nada. En lo personal, cuando escucho a los Rolling me pongo bien, me alegran la vida. Se eleva el alma y me ponen contento. Y todavía me generan un sentimiento contestatario ante la sociedad pacata en la que vivimos.

CONTENIDO RELACIONADO