El Mató llegó al Luna Park: la celebración del fuego

Luego de dos décadas de trayectoria, la banda platense de indie rock se presentó por primera vez en el mítico estadio porteño

Por  MARTÍN SANZANO

septiembre 18, 2023

Foto: Luciana Demichelis

Pasaron dos décadas de aquel día en que Santiago Barrionuevo, hoy conocido como Santi Motorizado, y Manuel Sánchez Viamonte, guitarrista de la banda platense de indie-rock, decidieron bautizar a su incipiente proyecto musical con un subtítulo que les hizo gracia de la película de ciencia ficción R.O.T.O.R. (1987). Veinte años en los que el grupo se desarrolló (tiene seis discos editados, contando la banda sonora de la reedición de Okupas), se amplió (se sumaron un tecladista y un percusionista) y, además, encontró su propio sonido (de la trilogía iniciática a Súper Terror, su último álbum, hay un abismo). Por eso, a modo de corolario de todo ese recorrido, el fin de semana sucedió lo que para muchos era sólo un sueño lejano que debía materializarse alguna vez: Él Mató a un Policía Motorizado llegó al Luna Park.

(Foto: Luciana Demichelis)

En la puerta, las mantas con remeras truchas de la banda. En las esquinas, grupos de amigos y amigas apurando sus latas de cerveza. El perfume a Bajo porteño y la sensación de estar a punto de formar parte de algo histórico como antesala de no una, sino dos noches de localidades —y expectativas— agotadas. Un cúmulo de más de 16.000 personas, si se cuentan ambas jornadas, la mayor convocatoria de su historia se dio en un rincón mítico de Buenos Aires. La celebración del fuego, para hablar en sus propios términos. 

“Hoy empieza la primavera”, tuitearon el sábado por la tarde desde la cuenta de Él Mató. Una manera antojadiza, pero no por eso errónea de ver el calendario. Es cierto, todavía faltaban cinco días para el cambio de estación, ¿pero quién iba a atreverse a cuestionar semejante afirmación? Horas más tarde, la primavera se materializaría en el escenario del Luna Park con un setlist cargado con las canciones de siempre e intervenido quirúrgicamente con las más nuevas de su repertorio. Así fue como, después de la introducción a cargo de “El magnetismo”, siguieron con “Un segundo plan”, que abre el flamante Súper Terror, sin que se noten los once años de diferencia entre un tema y otro. 

Los seis músicos en escena son tan solo siluetas que recortan el fondo luminoso, por momentos estroboscópico. Más allá de la figura central de Santiago y su bajo, no hay protagonismos ni roles estelares en Él mató. No los hubo nunca. Tampoco diálogo con el público ni tribuneo ni invitados. Son seis muchachos con su ropa de fajina siguiendo el mismo plan de siempre, aunque esta vez a gran escala.

A “La noche eterna” y “Las luces”, de La síntesis O’konor (2017), le siguieron “El perro” (una de las más cantadas de la primera parte del primer show, a pesar de ser un simple y no estar incluida en ningún álbum) y “Vienen bajando”, de las más antiguas. Inmediatamente después, volvió a darse esa suerte de amalgama temporal con “Tantas cosas buenas”, del último disco, y “Sábado”, uno de los primeros ¿hits? de Él mató, parte de su ópera prima que editaron allá por 2004. 

Tan orgánica sonó la lista de 26 canciones el sábado en el Luna Park que “Navidad en los santos”, el clásico de Navidad de reserva (2005) que repite eso de “te persigue la policía/ el día de Navidad”, parecía destinada a continuar naturalmente con “Más o menos bien”, el himno generacional que vino incluido en La dinastía scorpio (2012) y que, en su momento, presagió: “Ahora somos nuevos creadores de rock and roll/ Tranquilos, todo va a estar más o menos bien”. 

(Foto: Luciana Demichelis)

Aunque la excusa de la noche no era otra que la presentación del último álbum (fue notable la recepción del público a canciones como “Medalla de oro”, “Voy a disparar al aire”, “Coronado”, “Diamante roto”, “El universo” o “Moderato”, todas nuevas apuestas sonoras de la banda), el contexto inédito transformó el asunto en un repaso necesario por toda su discografía, que duró dos horas exactas y no dejó demasiado tiempo para descansar.

La tríada compuesta por “Fuego” (“Ahora soy mejor/ te juro, soy mejor”), “Chica de oro” (“Jenny/ algún día, Jenny”) y “Mi próximo movimiento” (“Ahora estoy arriba de mi casa con un rifle”), ofició de despedida y así, sin saludo grupal, ni selfie con público de fondo, se fueron del escenario. ¡Feliz primavera!