Arcade Fire homenajeó a Violeta Parra y le puso épica melódica a la noche de Lollapalooza

La troupe canadiense interpretó “Gracias a la vida“ junto a Javiera Parra, la nieta de la artista chilena, en uno de los momentos más destacados de la primera jornada

Por  FACUNDO ARROYO

marzo 16, 2024

Arcade Fire en el escenario Samsung, la noche de viernes en Lollapalooza Argentina.

Florencia Daniel

Después de una base electrónica, y de que la multiinstrumentista Régine Chassagne dejara algunos ramos de flores por el escenario Samsung, parecía que Arcade Fire había venido por tercera vez al país a presentar su último disco We, editado en 2022. De hecho, el primer tema de la lista fue “Age of Anxiety II (Rabbit Hole)”, el segundo track de ese LP, pero hasta ahí llegó el amague. Lo que siguió fue un set cancionero en el que la banda oriunda de Canadá se paseó por toda su discografía y decidió inmolarse en un mood mucho más pop que su última vez en 2017.

(Foto: Florencia Daniel)

Arcade Fire es pasión, devoción, estética, voces en la noche, intensidad y reflexión. Son una troupe rítmica en sintonía que trabajan con la canción extendida. Para ellos, los coros son el estribillo. No hay destreza, ni interpretaciones sobresalientes. Su mayor característica es hacer crecer cada canción a medida que pasan los minutos y el ánimo de cada pieza. En “Intervention”, la voz de Butler finalmente se quebró en esa eterna emulación con The Cure y la banda flotó sobre esa desesperación que tienen por llegar a la nostalgia. Pura épica melódica.

Después de cincuenta minutos con esa sintonía en el horizonte llegó, finalmente, un rato más para We. En lo que podría ser una segunda parte del show, sonaron las canciones “The Lightning I” y “The Lightning II” para que el ojo realista de la tapa del disco se encienda como en Mordor y la melodía, compuesta en pandemia, se haga presente. En esa segunda canción, Butler canta apurado los siguientes versos: “Esperando el relámpago, esperando el relámpago/ Esperando la luz, ¿qué traerá la luz?”, como dialogando con el clima de Buenos Aires. La última canción de We en la lista de 16 fue para la balada “Unconditional I (Lookout Kid)”. La voz de Butler otra vez se quebró.

(Foto: Florencia Daniel)

Un padre que estaba abrazando a su hija con la remera de Blink-182 se rio irónico cuando escuchó al cantante de Arcade Fire repetir un par de veces en español “gracias a la vida”. Le susurró a su hija: “¿Sabrá que esa frase, en esta parte del planeta, tiene una connotación folklórica importante?”. Lo curioso fue que antes de que su hija le pudiera responder algo, lo hizo la banda.

De repente, apareció Javiera Parra y la canción de su abuela Violeta empezó a sonar. En Argentina, “Gracias a la vida” también es un tema de Mercedes Sosa, porque a veces la interpretación se vuelve una forma de composición. “Gracias a la vida” tomó fuerza a través del charango de Javiera y de la potencia rítmica de Arcade Fire. Régine Chassagne se acercó a Parra y, ante el segundo asombro de ese momento de la noche, ambas comenzaron a cantar la canción en español. Luego se sumó Butler. De esa forma, una canción de la compositora chilena fue el momento destacado de la primera jornada del festival más grande del país. Y así distinguieron la dicha del quebranto.

(Foto: Florencia Daniel)

El cierre fue con todos y el idioma español quedó volando entre los fierros de Arcade Fire. Los acordes de la épica fundamental de “Wake up” empezaron a sonar, otra vez, en el charango de Parra y la letra fue traducida, en parte, al español. No a cualquiera Bowie le otorgaba su bendición. Para Arcade Fire llegó en sus inicios, a través de esta canción, por parte del duque blanco. Ojo, entonces, con ponerse irónicos con la vuelta a escena de Arcade Fire. De David Bowie a Violeta Parra, de los suburbios de Canadá a una biblia de neón. Los coros como estribillo y la canción como estandarte de la pena y las glorias.

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