EXTRAÍDO DE RS183, SEPTIEMBRE 2018
Aretha Franklin fue una mujer que, con gracia, estilo y mucho soul convirtió a su voz y a su pasión al cantar en el reflejo de los sentimientos de toda una nación. En palabras de Luther Vandross: “La vocera de muchas personas y de cómo se sienten”. Y es que su espíritu y su voz eran tan inmensos que no podían ser encerrados en un solo género. Franklin conquistó desde góspel hasta el rock & roll.
“Nadie encarna más plenamente la conexión entre el espíritu afroamericano, el blues, el R&B y el rock and roll –la forma en que las dificultades y el dolor se transformaron en algo lleno de belleza, vitalidad y esperanza. La historia de Estados Unidos surge cuando Aretha canta”, comentó Barack Obama en 2015, quien nunca fue tímido al expresar su admiración por la Reina del Soul. “A través de sus composiciones y musicalidad inigualable, Aretha ayudó a definir la experiencia estadounidense. En su voz, podíamos sentir nuestra historia. Ella nos ayudó a sentirnos más conectados el uno con el otro, más esperanzados y humanos”, escribió el expresidente de Estados Unidos para despedirse de la cantante.
Aretha es y seguirá siendo una de las figuras más icónicas e influyentes en el mundo de la música contemporánea. Con una titánica voz y una musicalidad destacada, la intérprete se abrió paso en la industria musical en una época donde las barreras raciales y de género aún eran muy abrumadoras. Franklin se convirtió en la Reina del Soul y en la voz de movimientos liberadores justo cuando hacia falta alguien que hablara por todos aquellos que no podían hacerlo abiertamente.
Aretha Louise Franklin nació en 1942 en Memphis como la cuarta de cinco hijos que tuvo su madre Barbara Siggers Franklin. Creció en Detroit, en el mismo barrio donde vivía Diana Ross y Smokey Robinson. Se mudaron a ese lugar antes de que Aretha cumpliera los 6 años para que su padre, Clarence LeVaughn Franklin, un carismático y polémico reverendo estuviera al frente de una iglesia bautista. El hogar de los Franklin siempre fue inestable, los rumores de la excesiva promiscuidad e infidelidad de Clarence finalmente obligaron a Barbara a mudarse de vuelta a Búfalo en 1948. Muchos vieron esto como abandono, pero Aretha siempre lo negó. Cuatro años más tarde y antes del décimo cumpleaños de la cantante, su madre perdió la vida víctima de un ataque cardíaco.
Franklin poseía una voz atrevida, osada y gigante, cuyo destino no podía ser otro más que ser la mejor. Comenzó cantando en el coro de la iglesia donde su padre era el pastor. Allí aprendió algunas de las técnicas vocales más características del góspel que más tarde trasladó a la música secular, creando una escuela que más tarde fue adoptada por Whitney Houston, Mariah Carey, Céline Dion, Christina Aguilera y Beyoncé, convirtiéndose en el referente obligado de las grandes voces en la música popular. Como por ejemplo, en su momento, Freddie Mercury (Queen) afirmó: “Me gustaría cantar como ella. Su estilo es tan hermoso y natural, canta como un sueño. Es como si no tuviera que pensar mientras canta. Cuando yo canto, tengo que pensar, practicar algunas frases y después hacerlo. Puedo darme cuenta, cuando escucho los discos de Aretha, que ella sólo lo hace sin esfuerzo”.
La infancia de Aretha se vio interrumpida al convertirse en madre a los 12 años. Dos meses antes de cumplir 15 tuvo a su segundo hijo con otro hombre. Pero el sueño de Franklin por convertirse en una gran cantante nunca se desvaneció, continúo cantando en la iglesia y con la bendición de su padre se aventuró a perseguir una carrera como cantante de música secular. En 1961, Aretha dejó atrás a sus hijos y viajó a Nueva York a los 18 años para comenzar su carrera como cantante profesional bajo el cobijo de Columbia Records. En la ciudad que nunca duerme conoció a su primer esposo Ted White, su manager por varios años y con quien tuvo su tercer hijo. Su matrimonio estuvo plagado de rumores de abuso e infidelidades. Los diarios constantemente reportaban las escandalosas peleas entre la pareja. En 1969 y tras caer en el alcoholismo, Aretha dejó a White y se divorció un año más tarde. Franklin siempre se mostró celosa de su vida privada. A pesar de los problemas, ella insistía en aparentar que todo era perfecto en su vida, un auténtico cuento de hadas afroamericano.
El éxito llegó hasta 1967 tras ser firmada por Atlantic Records. Fue entonces cuando temas como “Respect», “(You Make Me Feel Like) A Natural Woman», “Spanish Harlem» y “Think» le trajeron el reconocimiento con el que siempre había soñado. Pero su impacto va más allá de grandes acrobacias vocales. El rol en la historia de Aretha también se extendió al terreno social. Habiendo crecido en Detroit en los años cincuenta y gracias a la popularidad de su padre, Franklin siempre estuvo rodeada por activistas de los derechos civiles. Su padre organizó la marcha hacia la libertad de Detroit en 1963, donde Martin Luther King Jr. participó. Años más tarde ella cantaría “Precious Lord, Take My Hand” en su funeral, tomando el dolor y la furia de una comunidad para transformarlos en algo más grande y bello, en esperanza y en confianza de que no sólo se trataba de un sueño, sino una, quizá distante, pero tangible realidad.
A pesar de no caer en actos de desobediencia personalmente, Aretha Franklin siempre fue muy abierta en su apoyo hacia la lucha por los derechos civiles y de la mujer. Una de las cláusulas del contrato de la cantante con Atlantic Records dictaba que nunca cantaría frente a una audiencia segregada. Apoyó estas causas a través de la música durante su carrera e indudablemente se convirtió en un ejemplo de éxito afroamericano en Estados Unidos.
En 1970, Franklin se ofreció a pagar la fianza de la activista y profesora de filosofía Angela Davis después de que fuera acusada de comprar armas de fuego que fueron usadas en un atentado que pretendía ayudar a escapar a unos prisioneros en California. El gesto de Aretha fue muy audaz, sobretodo porque el presidente Nixon había catalogado a Davis como una “terrorista peligrosa”.
Con sus canciones, Aretha moldeó la banda sonora de los afroamericanos y en especial la de las mujeres de esa comunidad. Para ellos y ellas la voz de Franklin podía tener muchos significados: esperanza, amor, orgullo, dolor, frustración y hermandad. Todos ellos sentían que sus historias estaban siendo contadas a través de su música con una honestidad brutal e inevitablemente se convirtió en un símbolo de su lucha.
“Respect» fue originalmente lanzada por Otis Redding en 1965, pero la Reina del Soul se apoderó de ella y la transformó en un estandarte de la lucha por los derechos civiles y movimientos feministas de la época. “Me encanta. Por supuesto que se convirtió en un mantra para el movimiento de los derechos civiles. El respecto es básico para todos. Incluso los niños pequeños quieren ser respetados. Todos buscan y necesitan ser respetados, es básico para la humanidad. Quizá lo que la gente no podía decir, esta canción lo dijo por ellos”, dijo Aretha sobre “Respect” para Rolling Stone en 2014.
Este tema llegó a la cima de lo que ahora es el Hot 100 de Billboard y permaneció allí por dos semanas. “Estaba atónita cuando llegó al número uno y se quedó allí por un par de semanas. Era la canción correcta para el momento adecuado», dijo Aretha. “Como mujeres tenemos el poder. Somos muy hábiles. Las mujeres definitivamente merecen respeto», añadió Franklin.
Con una discografía conformada por más de 40 álbumes y habiendo lanzado más de 130 sencillos, no sorprende que Aretha Franklin sea considerada como una de las intérpretes más exitosas de la historia. Hasta 2017, la cantante poseía el récord de la mayor cantidad de sencillos dentro de la lista Hot 100 de Billboard, con un total de 73 ingresos. En 1987 se convirtió en la primera mujer en ser inducida al Salón de la Fama del Rock & Roll y recibió 18 premios Grammy de un total de 44 nominaciones, siendo uno de los actos más galardonados. Canciones como “Respect», “(You Make Me Feel Like) A Natural Woman», “Chain of Fools», “I Say A Little Pray For You» y “Think» han quedado plasmadas en la historia y en la memoria de millones. Estos temas interpretados por su poderosa voz serán los encargados de mantener el legado de la icónica Reina del Soul. Pero es su naturaleza como la voz de generaciones enteras lo que la ha convertido en una auténtica leyenda.