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Aretha Franklin fue rastreada por el FBI durante 40 años. Esto es lo que hay en su expediente

La Oficina intentó, y fracasó, durante décadas vincular a la Reina del Soul con “extremistas”

Por  ROLLING STONE

octubre 4, 2022

Archivo de Michael Ochs/Getty Images

Por JENN DIZE y AFENI EVANS

Desde 1967 hasta 2007, la Oficina Federal de Investigación recopiló metódicamente información sobre Aretha Franklin mediante llamadas telefónicas falsas, vigilancia, infiltración y fuentes muy situadas, según los documentos obtenidos en septiembre por Rolling Stone.

El archivo del FBI sobre Franklin, solicitado por primera vez a través de la Ley de Libertad de Información el 17 de agosto de 2018, tiene 270 páginas, repleto de frases como “extremistas negros”, “procomunistas”, “odio a Estados Unidos”, “radicales”, “violencia racial” y “poder negro militante” y desbordadas de sospechas sobre la cantante, su trabajo y demás activistas y artistas con los que pasó tiempo en vida. Algunos documentos están muy redactados y otros indican que puede haber material adicional en poder del FBI. Rolling Stone ha solicitado a dicha institución que facilite todos los documentos adicionales.

“No estoy seguro de si mi madre era consciente de que el FBI la estaba siguiendo. Lo que sí sé es que no tenía absolutamente nada que ocultar”, señala el hijo de Aretha Franklin, Kecalf Franklin, a Rolling Stone.

Nacida en Memphis en 1942 y criada en Detroit, la joven Aretha Franklin cantaba en el coro de gospel donde su padre Clarence L. Franklin era ministro y activista de los derechos civiles, a quien ella le siguió sus pasos.

El trabajo de Franklin en favor de los derechos civiles y su asociación con Martin Luther King Jr., Angela Davis y otros revolucionarios de la justicia social de la época, se convirtió en una preocupación del FBI, con direcciones, números de teléfono y actividades de la cantante rastreadas regularmente por los agentes, según los documentos obtenidos por Rolling Stone. Además de toda la vigilancia, los documentos contienen cartas e informes de amenazas de muerte contra Franklin. En 1974, por ejemplo, recibió esta ominosa misiva: “Querida Aretha… sigo a cargo de ti… no intento intrometerme… deberías… pagarme algo de mi dinero… evidentemente tus asesores no conocen los peligros de descuidar lo que digo… odiaría arrastrar [a tu padre] a esto”.

En 1979, cuatro meses después de que su padre fuera tiroteado en Detroit, recibió otra amenaza de un hombre que dijo que iba a matarla a ella y a su familia. En otro incidente, los archivos muestran un intento de extorsión contra Franklin. La información sobre los sospechosos de estos incidentes ha sido redactada.

Esta foto de archivo del 26 de marzo de 1972 muestra al reverendo Jesse Jackson hablando con los periodistas en el Picnic del Alma de la Operación PUSH en Nueva York mientras Tom Todd, vicepresidente de PUSH, desde el segunda a la izquierda, Aretha Franklin y Louis Stokes.
Jim Wells/AP

El FBI declinó varias solicitudes de comentarios para este artículo.

Entre los archivos obtenidos por Rolling Stone, algunos de ellos recién desclasificados, hay un documento de 1968 en el que se discuten los planes del funeral de Martin Luther King Jr. y se califica de “situación racial”. Señala además que “Sammy Davis Jr., Aretha Franklin… de este grupo, algunos han apoyado el concepto de poder negro militante… [la actuación en el memorial de MLK por parte de estos prominentes artistas] proporcionaría una chispa emocional que podría encender los disturbios raciales en esta área”.

La Agencia también intentó, sin éxito, relacionar a Franklin con el Ejército Negro de Liberación y otros movimientos llamados “radicales”. En un caso, el FBI detalló su contrato de 1971 con Atlantic Records “por si acaso” los agentes podían vincular los negocios de Franklin con el Partido de las Panteras Negras.

Otro documento titulado “Posible violencia racial” describe un incidente ocurrido en agosto de 1968, cuando Franklin canceló un espectáculo en el anfiteatro Red Rocks, cerca de Denver (Colorado). Según las noticias locales de la época, los fans se enzarzaron en un “tumulto de 20 minutos” y “rompieron sillas y atriles, dañaron un piano de cola e incluso prendieron fuego a árboles, arbustos y montones de basura”.

Las notas de la Agencia dicen que los “disturbios empezaron sobre las 9 de la noche, después de que la señorita Franklin se negara a actuar porque no le pagaban los honorarios, garantizados por el promotor”. 

Franklin emitió un comunicado en el que pedía disculpas a sus fans y decía que esperaba que se les devolviera el dinero. Franklin tenía una regla firme: Tenía que cobrar antes de sus actuaciones, normalmente en efectivo. Tavis Smiley, el presentador de un programa de entrevistas, dijo a David Remnick, de The New Yorker, que a ella le preocupaba que la engañaran, como a muchos músicos negros destacados. “A menudo tiene la sensación de que la gente quiere perjudicarla. Y ella no lo va a consentir. No va a faltarle el respeto”, dijo Smiley en 2016.

El productor discográfico y ejecutivo de la industria musical Clive Davis, la cantante Aretha Franklin y Kecalf Cunningham asisten a la celebración del 72 cumpleaños de Aretha Franklin el 22 de marzo de 2014 en Nueva York.
Cindy Ord/FilmMagic

Desde los primeros días del movimiento por los derechos civiles y hasta hoy, el gobierno ha sido conocido por vigilar a destacados líderes, artistas y activistas negros y a decenas de otras celebridades involucradas en los movimientos contra la guerra o por la justicia social o sobre las que J. Edgar Hoover pensó que podría ser beneficioso recopilar información sucia.

Marvin Gaye tiene un breve expediente de seis páginas, en el que se detalla un incidente que se produjo después de que no le pagaran por un concierto. Jimi Hendrix tiene un archivo que incluye documentos relacionados con una redada de marihuana en Canadá. Mariam Makeba, activista antiapartheid que estuvo casada con Stokely Carmichael, tiene un expediente de 292 páginas que detalla todos los movimientos de la pareja, incluida la compra de nuevos electrodomésticos.

Como informó recientemente Rolling Stone, Micky Dolenz, de los Monkees, ha demandado al FBI por no haberle entregado el archivo completo que tiene sobre la banda. Robin Gibb, Whitney Houston, The Notorious B.I.G. e incluso John Denver tenían archivos del FBI.

A pesar de las cuatro décadas de vigilancia y de los cientos de páginas de notas, la Agencia finalmente nunca descubrió nada que vinculara a la Reina del Soul con ningún tipo de actividades extremistas o “radicales”. “Me hace sentir de cierta manera saber que el FBI la tenía en el punto de mira y quería conocer todos sus movimientos”, dice Kecalf Franklin. “Pero al mismo tiempo, conociendo a mi madre y la forma en que llevaba su negocio, sé que no tenía nada que ocultar, así que no habrían encontrado nada y estaban perdiendo el tiempo. Como ves… no encontraron nada en absoluto”.