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A 22 años de su estreno, ‘Mezzanine’ sigue intacto

La necesidad de evolucionar detonó los más oscuros sentimientos de Massive Attack

Por  LILIANA GARCÍA

abril 20, 2021

Flickr

Mezzanine, el tercer álbum de estudio de Massive Attack, lanzado el 20 de abril de 1998, nos muestra la radical evolución de los originarios de Bristol. Después del éxito adquirido con Protection de 1995, la agrupación consideraba que debía experimentar con su sonido y cambiar la fórmula en tema de producción. Mezzanine fue uno de los primeros álbumes que ofreció un enlace para su descarga digital.

Blue Lines fue la ópera prima de Massive, un disco al que dentro de los primeros días de lanzamiento se le adjudicó el origen del género Trap Hop; al paso del tiempo, este mismo disco los colocó, sin intención, debajo de una etiqueta que pudieron quitarse con la creación de Mezzanine, el cual representó la oportunidad de sumarle un nivel a su carrera.

La conceptualidad del disco se define con los sonidos típicos de la ciudad, oscuros y muy acentuados con ritmos graves, algo de la característica electrónica de Massive Attack; en el álbum, la banda creó un ambiente nostálgico, denso y desalentador. Es un material que sin duda es emocionalmente abrumador y se encarga de cerrar el proceso en la creación de trip hop británico.

La paranoia de Robert del Naja puede ser perceptible en las letras, que están llenas de una atmósfera que resultar asfixiante y las cuales llegan a ser descritas implícitamente, como es el caso de «Inertia Creeps». La intermitencia de sensaciones, sentimientos y estados de ánimo cambia segundo a segundo.

Hablar de Mezzanine es hablar de uno de los mejores discos de Massive Attack y uno de los mejores en la industria musical británica; es hablar de una de las influencias más fuertes para artistas como Portishead o Gorillaz. Mezzanine es un cúmulo de ideas y experiencias cansadas de seguir bajo la línea de lo convencional, es la última oportunidad que tiene la banda de renovarse o predestinarse.

Dos voces, el protagonismo de Mezzanine

Una de las características más notorias en Mezzanine recae sobre las interpretaciones y el contexto de éstas. Somos testigos de que una simple instrucción pudo cambiar una de las voces más representativas del reggae en la década de los setenta: Horace Andy, quién a través de un par de temas y sampleos de canciones de su autoría, logra de forma magistral llevarnos a la desesperación total, conteniendo toda aquella energía que pudiera existir en su garganta.

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La dupla con Andy es complementada por Liz Fraser, que como estudiante de ópera y su voz registrada en soprano, explota la melancolía que va en paralelo a los elementos electrónicos, haciendo que la intermitencia de las voces de Andy y Fraser, resulte perturbadora por momentos.

Mezzanine nos presenta dos piezas que fueron más allá de la idea inicial: «Teardrop» es el track que probablemente todos conocimos por ser el opening de una de las series más exitosas en el año 2000, Dr. House, y «Dissolved Girl» que aparece por unos instantes en una escena de la cinta Matrix, y que justamente hace una dupla perfecta con la esencia y trama de la película; también cuenta con un par de sampleos de Led Zeppelin y The Cure.

Mezzanine, aunque no mejor que Blue Lines, sobrevivió mucho más allá después de la entrada del britpop, llevó mucho más lejos el concepto entero desde su estreno a hoy día, pero a costa de la desintegración de la alineación original, con la salida de Mushroom. Esto le ha valido a Mezzanine se le considere un gran material de culto, una referencia que es retomada por las generaciones de su época y actuales.

Escucha Mezzanine a continuación: