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La noche del crimen

El director de la inolvidable Harry, un amigo que te quiere bien, regresa a las pantallas con una cinta policíaca realizada a la vieja usanza, pero que se atreve abordar la dimensión psicológica de los guardianes de la ley

Dominik Moll  

/ Bastien Bouillon, Bouli Lanners, Lula Cotton-Frapier, Théo Cholbi, Johann Dionnet, Thibaut Evrard, Julien Frison, Paul Jeanson

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía Cinecolombia

El director y guionista Dominik Moll, autor de películas como Instinto animal, Solo las bestias y la recordada Harry, un amigo que te quiere bien, sabe muy bien cómo adentrarse a los rincones más oscuros de la psique masculina. Una nueva prueba de ello La noche del crimen, una cinta policíaca confeccionada a la vieja usanza e inspirada en un caso real documentado por la escritora Pauline Guéna en su libro 18:3 Une Année à la PJ, publicado en el 2018.

En una noche de octubre del 2016, una joven llamada Clara (Lula Cotton-Frapier), deja la casa de su amiga Stéphanie (Pauline Serieys) a altas horas de la noche, y mientras camina hacia su casa le envía un vídeo por su teléfono celular diciéndole lo mucho que la aprecia. Sorpresivamente, una persona enmascarada se atraviesa en su camino, le arroja una sustancia inflamable a su rostro y cuerpo, para luego disponerse a quemarla viva.

El libro de Guéna es producto de sus experiencias durante un año en el que estuvo inmersa en la investigación sobre el feminicidio llevada a cabo por la Policía Judicial (PJ) de París. (el título 18.3 se refiere al número de la sala en la que trabajaba la autora en el edificio de la PJ). Moll y el coguionista Gilles Marchand ficcionalizan el caso y nos muestran a un equipo de policías asignados al caso y liderados por un nuevo jefe, el joven e idealista Yohan (Bastien Bouillon). Dentro del equipo encontramos a un oficial veterano y curtido llamado Marceau (Bouli Lanners), amigo y confidente de Yohan, y quien está pasando por un infierno personal, debido a que su esposa embarazada le acaba de informar que su hijo no es suyo.

De una forma casi documental (y un estilo que nos recuerda mucho a la serie The Wire), Moll nos muestra cómo mientras se realiza el levantamiento del cadáver de Clara, su teléfono celular es recuperado y, gracias a él, el equipo de policías llega a conocer los numerosos detalles de su vida íntima. En un momento impactante y devastador, Yohan debe darle las terribles noticias a la madre de Clara y su profesionalismo se ve afectado por su involucramiento emocional. Esta no es una película que se enfoca solamente en el procedimiento policial, es también una cinta que aborda la dimensión personal de quienes intentan resolver el crimen.

El teléfono celular de Clara revela que ella tiene muchos compañeros sexuales y la mayoría son unos hombres que, de acuerdo con sus testimonios ofrecidos, la ven como una chica fácil. Algunos miembros del equipo policíaco ven esta situación como un factor determinante para el destino de Clara, ante lo cual Yohan se indigna por el machismo detrás de semejante afirmación. Sin embargo, cada uno de los compañeros sexuales de Clara es un claro sospechoso. Dentro de ellos encontramos a un hombre que interpretó un rap en YouTube en el que amenazaba a la chica con hacerle lo mismo que le ocurrió en la realidad, y otro con un antecedente penal, acusado de haberle destrozado el rostro a su pareja, ante la mirada de su hijo de cuatro años de edad.

La rabia y la frustración de Yohan y Marceau se pueden sentir en carne propia debido a las miradas, los gestos sutiles y las acciones llevadas a cabo por los estupendos actores que los interpretan. La noche del crimen nos muestra como en la vida real, los crímenes no se resuelven a último momento y los criminales pueden llegar a quedar impunes de sus actos brutales.

La cinta de Moll es un drama policíaco, pero, al mismo tiempo, es un thriller psicológico que trata de indagar sobre cómo los crímenes en sí, la falta de una explicación lógica, la frustración causada por la falta de resolución y la transferencia de la carga emocional causada por el trabajo, afecta la vida personal de los policías, de igual manera que un buen psicoterapeuta no puede evitar sentirse abrumado por las tragedias y conflictos de sus pacientes. Esto convierte a esta cinta en un trabajo envolvente, incómodo y generador de discusiones y debates, especialmente debido a los oscuros tiempos que vivimos.

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